11 estadios, 11 arquitectos, 11 Mundiales (Parte I)

No es revelador señalar que el anuncio, diseño y construcción de los estadios mundialistas se ha convertido estrictamente en una operación de marketing urbano: sabiendo que el encargo programático de un estadio es bastante explícito, rígido y técnico, el principal esfuerzo creativo está en su exterior y en cómo una vista aérea nocturna lo mostrará iluminado como faro de espectáculo en medio de la noche. Tal como ocurre en las ferias internacionales, es la oportunidad de decirle al mundo lo bien que estamos.

Asumiendo esta condicionante, hay algo externo -pero fundamental - a este esfuerzo arquitectónico que la mayoría de las veces puede verdaderamente inmortalizar a un estadio: un público enmudecido por una red inflada, una jugada épica relatada con el corazón en la mano, una final infartante o un partido particularmente cargado de dobles lecturas.

Estadio Centenario, Uruguay
Mundial 1930

Estadio Centenario. Image © Flodigrip's world

Diseñado por el arquitecto uruguayo expresionista Juan Antonio Scasso, el estadio Centenario fue construido con motivo tanto de los primeros cien años de la república de Uruguay -de ahí su nombre- como del primer Mundial de fútbol de la historia. Acá se jugaron la mayoría de los enfrentamientos de aquella competición, forjándose en la final la eterna rivalidad rioplatense entre uruguayos y argentinos en un partido (4-2, locales) que causó sendas fricciones entre simpatizantes y gobiernos respectivos, además de la propia preocupación de los árbitros ante el peso que recaía en sus hombros.

Tras ciertas precauciones como un boleto en barco a Europa para ese mismo día en caso de peligro, a las 14.15 del 30 de julio de 1930, el árbitro belga Jean Langenus dio por iniciada la final entre Uruguay y Argentina. Los últimos noventa minutos de la Copa del Mundo Uruguay 1930, en una jugada de la FIFA por conferir tranquilidad a las selecciones y administraciones europeas -aún resentidas por la Primera Guerra Mundial- en el coliseo sudamericano.

Estadio Nacional, Chile
Mundial 1962

Estadio Nacional. Image vía Wikipedia Commons

Previo a las competiciones abiertas por acoger el Mundial, los países sedes se escogían pactando: para el Mundial de 1962, en Chile se inmortalizó el "Porque no tenemos nada, queremos hacerlo todo" del dirigente deportivo Julio Dittborn en su discurso oficial para quedarse con la organización de aquel Mundial. Y lo consiguió.

Diseñado por Ricardo Müller, Aníbal Fuentealba y Alberto Comatches, inaugurado en 1938 y remodelado en 1960, el Estadio Nacional albergó once finales de la Copa Libertadores y diez partidos del Mundial del 62, incluyendo la gran final (Brasil 3 - Yugoslavia 1), una semifinal y la polémica 'Batalla de Santiago', boxeado partido entre Chile y Italia (2-0), en el que los europeos terminan con 9 jugadores.

Sin embargo, a pesar de su esplendor deportivo, el golpe militar de 1973 en Chile convierte automáticamente al coliseo en centro de tortura y detención durante dos meses, aprovechando la capacidad y vista panorámica que les permitía a los militares vigilar a los presos errantes en las tribunas.

Estadio Nacional (1938). Image © Pedro Encina [Flickr]

FC Start Stadium, actual Ucrania
1942

© Vía Blog Historias de una pelota

Como nunca, el fútbol estaba cargado de lecturas ideológicas antes de la caída del Muro de Berlín. Si bien la Segunda Guerra Mundial abortó la posibilidad de desarrollar dos Mundiales consecutivos (1942 y 1946) -a pesar de interés de Hitler y Mussolini por jugar el primero en América Latina-, hubo un partido clave que refleja los tormentos de esa época en un sencillo estadio de Kiev: el llamado Partido de la muerte.

En este encuentro se enfrentó en el Zenit Stadium (FC Start Stadium desde 1981) a un combinado de futbolistas del Dínamo de Kiev tomados como prisioneros de guerra (Start FC) contra un equipo del Luftwaffe, la fuerza aérea nazi (Flakelf). Un partido que finalizó 5-3 a favor de los prisioneros, ante una galería engalonada con símbolos nazis y un oficial de las temidas SS como árbitro del encuentro.

La humillación sufrida por los nazis fue vengada días después cuando los jugadores del Start FC fueron arrestados y torturados por la Gestapo. Algunos murieron en la tortura o asesinados y otros enviados a campos de concentración.

Pelé en 'Escape a la victoria' / 'Evasión o victoria' [España] (1981). Image

Estadio Azteca, México
Mundial 70 y 86

Estadio Azteca. Image © Heriberto Cortés Bravo [Flickr]

Como una analogía a la formación de la propia Ciudad de México sobre la laguna de Texcoco, el Estadio Azteca diseñado por Pedro Ramírez Vázquez y Rafael Mijares se construyó luego de despejar "una masa de piedra llena de fumarolas extinguidas que había dejado el volcán Xitle", junto a la ayuda de "diez arquitectos, treinta y cuatro ingenieros, quince técnicos y ochocientos obreros".

Para ensalzar el autoestima del tercer estadio más grande del mundo, el coloso no sólo ha albergado dos finales de Mundiales (1976 y 1986), sino también fue escenario para el llamado Partido del Siglo, la semifinal entre Italia y Alemania (4-3) en México '70 y la controvertida Mano de Dios de Maradona en un tenso partido con tintes políticos en cuartos de final entre Argentina e Inglaterra. Casa del club América de México, fue el estadio donde Roberto Gómez Bolaños, junto al elenco del Chavo del Ocho, rodó 'El Chanfle', una película sobre un honrado y humilde utilero del equipo mexicano.

"Y conocí el Estadio Azteca / me quedé duro, me aplastó ver al gigante / de grande me volvió a pasar lo mismo", cantó alguna vez Calamaro.

Panorámica del Estadio Azteca. Image © Juan Chanclas [Flickr]

Estadio Ellis Park, Sudáfrica
Copa Rugby 1995 y Mundial 2010

Ellis Park. Image Cortesía de DBM Architects-JDA

Inaugurado en 1927 como estadio de rugby y reconstruido en 1982, algunos recordarán al Ellis Park en Johanesburgo por ser una de las sedes sudafricanas del Mundial de 2010, en donde se enfrentaron Paraguay y España (0-1) por cuartos de final. Sin embargo, la historia lo reconocerá por albergar la final de la histórica Copa Mundial de Rugby de 1995, que coronó campeón del mundo a Sudáfrica, un país que llegó socialmente fracturado al torneo tras sus primeras elecciones democráticas (1994) luego de casi medio siglo de apartheid, el sistema estatal de segregación racial.

La epopeya fue rescatada por la película Invictus (2009), inspirada a su vez por el libro Playing the Enemy: el torneo fue la jugada política del recién asumido Nelson Mandela en la jefatura presidencial para ayudar a cicatrizar las heridas nacionales a través de una selección integrada por blancos en un país de mayoría negra.

Nelson Mandela felicita al capitán de la selección sudafricana de rugby, Francois Pienaar (1995). Image © Vía SCMP

Estadio Maracaná
Mundial 1950 y 2014

Estadio Jornalista Mário Filho (Maracaná). Image © Vía FIFA

“Sólo tres personas han hecho callar al Maracaná con un solo gesto: el Papa, Frank Sinatra, y yo”, dijo el delantero uruguayo Alcides Ghiggia después de unos años de haberle marcado el segundo tanto a Brasil en el último partido de un cuadrangular final en el que la prensa, la hinchada y el gobierno brasileño derrocharon un triunfalismo fatídico. Si alguno es supersticioso, ésta es quizás la mayor mufa de la historia del balonpié.

Con el gol de Ghiggia en el minuto 79, el estadio más grande del mundo hasta la inauguración del estadio Azteca (México) en 1966, y diseñado por el equipo de Rafhael Galvão, quedó en total silencio. Un silencio que se sintió eterno y doloroso en la mayoría de los 199.854 espectadores, penándole tanto a la selección brasileña al punto que luego arrancarían de raíz todo aquello que les recordara al Maracanazo: pasaron de vestir de blanco puro a usar la verdeamarelha que los elevó al pentacampeonato. Mientras tanto, el segundo gol llenó de ingratitudes la vida del arquero Moacir Barbosa: en 1963 le regalaron los postes de madera del arco defendido en aquel partido, ya que la FIFA ordenó instalar nuevos arcos de hierro. Barbosa los quemó en un asado al que asistieron familiares y amigos cercanos.

"Quema los palos Barbosa/ del arco de Brasil/ la condena del Maracaná/ se paga hasta morir", le cantaron en Uruguay.

Barbosa mira el balón dentro del arco. Es el 2-1 para Uruguay. Image © Vía orgullo-celeste.com

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Sobre este autor/a
Cita: Nicolás Valencia. "11 estadios, 11 arquitectos, 11 Mundiales (Parte I)" 12 jun 2014. ArchDaily México. Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/02-369726/11-estadios-11-arquitectos-11-mundiales-parte-i> ISSN 0719-8914

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