- Área: 1680 m²
- Año: 2009
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Fotografías:Jordi Bernadó
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Las instalaciones deportivas del ATHC se encuentran situadas en un entorno paisajístico privilegiado directamente conectado al Parque Natural de Sant Llorenç del Munt. Su proximidad a los núcleos urbanos de Terrassa, Matadepera y Sabadell le confieren una posición estratégica de gran potencial.
El edificio preexistente, una antigua construcción del 1952, se caracteriza para estar situado en medio de un pinar consolidado que genera un agradable microclima en donde se han ido desarrollando sus actividades. Inmediatamente anejo al edificio se sitúa el campo de hockey principal del club, creando una intensa interacción de acontecimientos.
La construcción preexistente se compone de dos volúmenes construidos en dos momentos diferentes: un primer volumen en forma de U que contiene el área de bar-restaurante y genera un espacio público exterior en forma de era y un segundo volumen hexagonal de geometría inclusiva que contiene varias salas de reuniones y oficinas.
La intervención sobre el edificio se realiza en base a tres estrategias proyectuales:
El vaciado de dependencias en el interior del edificio existente genera un nuevo espacio vacío de características indeterminadas que se convierte en un espacio social más amplio.
Entorno al espacio central vaciado se desarrolla una nueva construcción perimetral donde se disponen las nuevas dependencias. Éstas lo califican y a la vez multiplican las posibilidades programáticas del conjunto.
La inserción de una rampa interior entre los dos volúmenes existentes activa las conexiones del edificio con el entorno y con la cubierta perimetral. Esta se extiende hacia el campo de hockey generando una terraza umbráculo que ofrece una vista panorámica de las instalaciones a la vez que se convierte en un lugar ideal para seguir la competición.
El bajo costo de ejecución material del proyecto y el carácter flexible de sus espacios condicionan decisivamente el desarrollo de la propuesta.
La apuesta por el uso del vidrio laminar como cerramiento predominante en el proyecto se realiza con la intención de trabajar con la luz como material de construcción esencial, considerando las interacciones positivas que genera en el entorno y entre las personas.
La cubierta perimetral se dispone en el solar con la máxima atención a los árboles existentes, convirtiéndose en una marquesina transitable que se integra al entorno.
El borde de la marquesina, construido con una plancha deployé de color ocre, actúa como filtro solar de los espacios interiores y genera una sinergia cromática con la pineda existente, integrándose al color de las hojas y las cortezas de los pinos.
El nivel lumínico de los espacios interiores situados en el perímetro se atenúa con el propósito de intensificar la percepción de la luz exterior y los elementos vegetales. La disposición de los diferentes cerramientos de vidrio en el proyecto hace difusa la línea de separación entre espacios interiores y exteriores.