El amor por lo imperfecto, la fantasía de ciudades post-apocalípticas, los recuerdos de las viejas glorias o simplemente morbosidad. La verdad es que se superponen las razones que han estimulado una reciente moda que los estadounidenses llaman ruin porn: un súbito entusiasmo por el registro fotográfico de aquellas ruinas de la ciudad contemporánea del primer mundo.
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Las ruinas modernas son construcciones carcomidas por el tiempo, la soledad y el abandono. Cualidades despreciadas por la cultura de lo instatáneo, la renderización de la sociedad y el new is always better. Embellecidas todas por un ojo fotográfico preciso, pero también reveladoras del paso de las crisis económicas -por eso mismo, Detroit es la Meca de la fotografía de ruinas-; las consecuencias del desarrollo urbano en las ciudades estadounidenses; el ocaso de los equipamientos públicos, o bien, las evidencias del abandono aparentemente invisible en los países del primer mundo.
Matthew Christopher es creador de la galería digital Abandoned America, en donde ha publicado cientos de fotografías en el país norteamericano. "A medida que nuestro sector industrial decae y mucho de nuestras instituciones sociales que alguna vez fueron el orgullo de nuestro país ahora caen en ruinas, es vital que recordemos nuestro patrimonio y nuestros logros", señala Christopher.
De esta manera, el ruin porn se suma a la cadena de movimientos nostálgicos de la generación, como el rescate de la moda vintage, la revalorización del tocadiscos, la gentrificación y la tan vilipendiada cultura hípster. Una nostalgia de viejas glorias, de miedos ya aplacados y valores ya perdidos.
Aunque a fin de cuentas, hay algo de morbosidad.
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