Emilio Canek: "Esta pandemia refuerza el sentido del aprendizaje presencial de la arquitectura"

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En México, oficialmente la Jornada de Sana Distancia comenzó el 23 de Marzo de 2020, durante este periodo diversos despachos, empresas y universidades presentaron un momento en donde fue necesario discutir sobre el presente y el futuro de lo que la pandemia de COVID-19 traería en las formas de operar a distintos niveles. Hace unas semanas en ArchDaily lanzamos una serie de entrevistas a despachos mexicanos en donde nos cuentan su experiencia de organización y trabajo dentro del proceso de cambiar la modalidad presencial a la modalidad online. Pero ¿qué pasa en las universidades? ¿qué pasa con las nuevas generaciones que presenciaron este cambio dentro de sus escuelas? ¿qué pasa con la forma con la que se piensan los espacios después de vivir casi dos meses de distanciamiento social? ¿qué pasa con los modelos educativos y sobre todo con los espacios de las universidades?

En esta ocasión, te presentamos una conversación con Emilio Canek Fernández –arquitecto por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México donde imparte clases desde 2002, quien actualmente es coordinador del Colegio Académico de la Licenciatura en Arquitectura de la Facultad de Arquitectura de la UNAM– en donde reflexionamos sobre los modelos educativos, los espacios universitarios, la educación a distancia, la formación de las nuevas generaciones y el futuro del espacio público.

Mónica Arellano: Me gustaría que me contaras primero cómo fue este cambio presencial a online dentro de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, ¿cuánto tiempo aproximadamente duró este proceso? ¿cómo se aseguran de que las clases se lleven a cabo de una forma adecuada?

Emilio Canek: Cuando vimos que la situación era ya inevitable, decidimos establecer una serie de estrategias para hacerle frente. Primero pensamos que se trataría de un periodo de tiempo relativamente corto. Luego nos dimos cuenta de que ese no era el escenario, y haciendo un consenso general en la facultad, a través de los talleres de las licenciaturas, decidimos tratar de construir a la distancia lo que hacemos de manera cotidiana en las aulas.

© Yueqi "Jazzy" Li

Eso fue lo que detonó que, en una semana prácticamente, se tuvieran reuniones tanto con profesores, como con los cinco seminarios de área y los 16 Talleres para saber cómo cada grupo académico iba a construir esas formas de trabajo académico de manera no presencial y cómo se implementarían las siguientes semanas. Quisimos ser muy cuidadosos en que no se entendiera como la migración al modelo de educación a distancia ya que los programas académicos no fueron diseñados con las plataformas y la infraestructura para desarrollar los contenidos que detonen otros procesos de aprendizaje en los alumnos, incluso sin la presencia permanente del profesor. Al no estar en esa situación ni tener ese antecedente, lo que tuvimos que hacer es pensar que se trata de una modalidad no presencial. Es decir, que tanto los alumnos como los profesores desde sus casas están tratando de construir esa normalidad dentro de toda esta crisis. Durante esta primera semana se perfilaron todas las dinámicas de trabajo y de adecuación de los programas académicos para generar las mejores condiciones de trabajo académico, incluso en el Taller Integral de Arquitectura.

© Yueqi "Jazzy" Li

Mónica Arellano: En estas juntas que tuvieron sobre las estrategias inmediatas ¿se discutió sobre las acciones que quizá se podrían quedar a futuro dentro de los planes académicos de la universidad? 

Emilio Canek: Lo que asumimos es que esta situación tomaría un tiempo probablemente no tan corto y que el semestre se tendría que teminar de manera no presencial, eso es algo que fuimos corroborando con el tiempo porque originalmente se había pensado que el periodo de confinamiento era del 23 de marzo al 20 de abril. Conforme pasó el tiempo esa condición se fue diluyendo hasta el día de hoy. La propuesta de trabajo de cerrar el semestre a distancia implicó ajustar los programas, construir o reconstruir los criterios de evaluación para pensar cómo sería el cierre del semestre y cómo vamos a iniciar el siguiente retomando las dinámicas académicas desde los lineamientos de la universidad y las experiencias acumuladas en este período.

© Yueqi "Jazzy" Li

Hemos encontrado algunas lecciones que son importantes para tomar en cuenta. Por un lado, ha habido profesores y alumnos que han encontrado ventajas en esta forma de trabajo al descubrir o potenciar dinámicas de comunicación para conocer problemáticas específicas que tendrían que ser atendidas de forma diferenciada. La comunidad se está reconociendo. Por otro lado se han tenido que adecuar los contenidos académicos (pensando en material didáctico) y en las estrategias didácticas que normalmente se trabajan con los alumnos en el aula o el taller para poder construir otro otro tipo de herramientas de aprendizaje que probablemente no habíamos explorado antes. Es un aprendizaje constante que nos permite compartir experiencias y reconocer en algunos casos dinámicas que pudimos haber satanizado por utilizar la tecnología como base de la comunicación entre profesores y alumnos.

© Yueqi "Jazzy" Li

En el caso de los profesores, notamos que hay una carga impresionante de trabajo que se traduce en adecuar estas condiciones en algo que todavía no exploramos en su totalidad y sobre todo en la parte que tendría que ver con lo disciplinar. Nos estamos dando cuenta que probablemente haya un potencial interesante que también refuerza las cualidades que uno tiene como docente al estar frente a frente con un alumno, es decir, que el peso de la ausencia está reforzando la reflexión pedagógica en la medida en que estamos identificando cosas que funcionan muy bien cuando tenemos a un alumno enfrente de nosotros y que probablemente habíamos dejado de percibir. El hecho de poder construir discusiones grupales que no estuvieran mediadas por una pantalla y el hecho de reconocer expresiones faciales que pueden permitir comunicarnos de otra manera con nuestros interlocutores, va construyendo una manera diferente de percibir la educación. Identificar la riqueza del contacto humano en las asesorías y las actividades de aprendizaje que se tienen en nuestra propuesta educativa dentro del Taller Integral y de las asignaturas está arrojando experiencias nuevas. Es interesante lo que estamos explorando.

© Yueqi "Jazzy" Li

Otro de los temas que se ven a futuro como lo mencionas, es el tiempo de traslados y el tema de la movilidad universitaria, lo vimos en la ciudad el 9M y lo estamos identificando ahora, es un tiempo valioso tanto para profesores como para alumnos el que se ahorra al trabajar desde casa y que ayuda en parte a desahogar el tráfico que la misma Ciudad Universitaria genera en tiempos regulares.

Evidentemente también creo que los espacios de aprendizaje como las aulas isópticas, los talleres, las bibliotecas, las cafeterías, son lugares en donde también se construye el aprendizaje. Hablan de que la arquitectura permitía –en el caso de Ciudad Universitaria– que esas lógicas de aprendizaje se reforzaran continuamente en la vivencia de los espacios y en el ejercicio pleno de su uso. Por un lado, refuerza el sentido del aprendizaje de la arquitectura de manera presencial, pero también abre un panorama para poder generar nuevas herramientas donde la vía digital o la vía no presencial pueda aportar en cosas que podrían ser útiles para pensar a futuro.

© Gonzalo Mendoza Morfín

Mónica Arellano: Esto que mencionas sobre los espacios para la educación es muy interesante porque en las aulas siempre ha habido una discusión en cuanto a la organización del espacio para que sea más democrático. Creo que los espacios de la universidad sí son muy nobles y estimulaban el aprendizaje, pero se tendría que retomar esta discusión con más fuerza, no para aceptarlos de manera nostálgica como siempre pasa con la modernidad, sino como algo que puede reinventarse. En este sentido me gustaría saber ¿cómo lo están viendo las nuevas generaciones?

Emilio Canek: Obviamente hay una dosis de nostalgia al pensar en los espacios perdidos. En las aulas hicimos un ejercicio en el taller de investigación en donde abordamos el tema de tipologías, discutimos una serie de acciones que tenían que ver con con el uso de los espacios y para poder conocer qué es lo que estaba pasando con el grupo, les preguntamos que a dónde irían cuando terminara la cuarentena y me sorprendió que muchas de las respuestas pasaban por Ciudad Universitaria.

© Gonzalo Mendoza Morfín

Parece que hay un interés no solo nostálgico sino de memoria del espacio público que es la universidad. Lo que también hemos discutido es que una situación así nos hace replantear la manera en cómo habitamos los espacios; desde nuestras propias viviendas hasta los espacios públicos y la ciudad misma pero también creemos que los espacios de equipamiento urbano tendrán que redefinirse en conjunto con el modelo educativo. Porque muchos reconocemos que no solamente era la condición unidireccional de profesor alumno en donde se construía el aprendizaje, sino que hay una colectividad detrás que hace que este ejercicio suceda.

Mónica Arellano: ¿Qué pasó con todos estos proyectos de los alumnos que tenían uno o dos meses de proceso (concebidos en ese otro mundo antes del confinamiento) que se enfrentaron con todas estas nuevas condiciones y modos de ver/habitar el mundo? 

Emilio Canek: Algo que estamos percibiendo es que probablemente tendremos que repensar esos espacios proyectados bajo un programa que tiene que mutar para albergar otro tipo de lógicas de relación entre las personas. Lo que pasó con el Concurso Intertalleres fue que tuvimos que mover la organización para reconocer que no podíamos hacer un concurso tradicional porque las condiciones son diferentes en cada uno de los participantes. El no poder conocer el sitio, no poder hacer los recorridos para hablar con la gente o la investigación que requiere conocer otro tipo de documentación para acercarse al proyecto obligan a pensar cómo se está afectando la arquitectura en situaciones límite como esta. Por otro lado, ya se están planteando las preguntas que tienen que ver con la sociedad que viene y eso significa que evidentemente, la manera en cómo nosotros pensamos lo público está cambiando la manera en cómo pensamos el aprovechamiento de los espacios.

© Yueqi "Jazzy" Li

Debe haber un replanteamiento del concepto del espacio como tal, pensando en cómo estas generaciones perciben ese cambio de escala. Ahora los alumnos hacen referencia ya no exclusivamente a la ciudad, sino a cuestiones arquitectónicas que tienen que ver con el diseño de los espacios del mobiliario y los detalles. Quiere decir que les está afectando la manera en cómo están viviendo una habitación y que probablemente hace un mes no la percibían porque no habitaban tanto tiempo en ella. Este confinamiento nos está llevando a reflexionar sobre el interior, sobre el cambio de escala, sobre el detalle, sobre cosas que quizá habíamos perdido de vista.

Mónica Arellano: Esta pandemia nos ha hecho repensar muchas cosas, tanto los espacios públicos como privados, pero sobre todo las formas en las que nos relacionamos, ¿cuál crees que es el panorama de las ciudades para este nuevo mundo que vamos a habitar?

Emilio Canek: Evidentemente hay varios escenarios que tienen que ver con la crisis en la que estamos y me parece que justo Ai Wei Wei lo comentó en una entrevista: hay una crisis permanente que se va construyendo en una serie sucesiva de crisis que ya sea en nuestra condición geográfica, sea la cuestión biológica o la ambiental. Las crisis recurrentes en las que nos vamos a enfrentar, tendrán un impacto en la forma de relacionarnos y en nuestra forma de sobrevivir.

Existe aún una esperanza de que la normalidad como la conocíamos llegue algún día y probablemente ese no sea el escenario más real, sobre todo en las zonas urbanas. Creo que hay ya una esquizofrenia social, un temor y una incertidumbre por el otro. Eso probablemente pone en evidencia dos cosas: la aparente apuesta por el espacio público como lo conocíamos probablemente no sea más que una especie de tinglado –como lo planteaba Venturi– que en realidad no obedecía a un cambio social profundo y más democrático donde la sociedad se expresaba, sino que probablemente estábamos viendo una situación cosmética e irreal donde los espacios públicos, democráticos y plurales no eran tales y que hoy, justo esta crisis, está poniendo en evidencia.

© Yueqi "Jazzy" Li

La imagen anarquista que planteaba Bruno Taut, una imagen de reservas frente a los modelos urbanos de principios del XX y que tuviera como alternativa el regreso al campo para realizar una vida liberada con una arquitectura de cristal para que una sociedad diferente fuera posible, tiene un eco en las propuestas actuales de diversos grupos sociales que ya no ven en la ciudad la alternativa promisoria de futuro, el mismo Koolhaas en su propuesta curatorial para la exposición Countryside, The future para el Guggenheim, reconoce una fuerza elemental de las zonas no urbanas de este planeta como un territorio alterno para encontrar nuevos espacios que tengan otras formas de relación entre lo natural y lo artificial, en el que sean posibles nuevos encuentros afectivos donde la desconfianza social ya no sea tema promovido desde la densidad urbana.

La parte positiva, es que probablemente ya estamos viendo con mayor insistencia el hecho de saber si esta vida frenética a la que nos tenía acostumbrados la vida urbana es suficiente como para poder saber que podemos vivir en términos de confort. El hecho de que ahora veamos que los animales salvajes empiezan a poblar las ciudades por el cambio de ruido, la menor densidad y las condiciones medioambientales que ahora favorecen que podamos incluso escuchar a los pájaros trinar en la mañana, también nos habla de una situación donde el planeta está teniendo un respiro, que lo estamos viendo en la forma en cómo estos animales están ocupando lugares que no sabían que existían.

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Emilio Canek Fernández Herrera es arquitecto por la Facultad de Arquitectura de la UNAM donde imparte clases desde 2002. Estudió la maestría de Arquitectura en el campo de conocimiento de Análisis Teoría e Historia. Actualmente es coordinador del Colegio Académico de la Licenciatura en Arquitectura de la Facultad de Arquitectura de la UNAM. De 2015 al 2017 fue Coordinador del Seminario del área de Teoría, Historia e Investigación por la facultad de Arquitectura de la UNAM. Ha sido coordinador del taller Carlos Leduc Montaño de la Facultad de Arquitectura. Es coordinador del nodo México UNAM de la Red latinoamericana Hipótesis de Paisaje y forma parte del Comité editorial de la Revista Bitácora, ACADEMIA XXII, y 30-60, Cuaderno Latinoamericano de Arquitectura. Escribe en distintas publicaciones especializadas en los campos de la arquitectura y el arte.

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Sobre este autor/a
Cita: Mónica Arellano. "Emilio Canek: "Esta pandemia refuerza el sentido del aprendizaje presencial de la arquitectura"" 20 may 2020. ArchDaily México. Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/939870/emilio-canek-esta-pandemia-refuerza-el-sentido-del-aprendizaje-presencial-de-la-arquitectura-abriendo-el-panorama-a-nuevas-estrategias-digitales> ISSN 0719-8914

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