El impasse de la arquitectura diseñada para personas afectadas por desastres

El vuelo de un pájaro, una lluvia de verano, la modificación del nivel del mar, los relámpagos en una tormenta o una sequía prolongada son algunos fenómenos naturales que, si bien ocurren con frecuencia, pasan relativamente desapercibidos. Sin embargo, algunos otros son capaces de llaman significativamente nuestra atención, como puede ser la erupción de un volcán, un terremoto, la aparición de un nuevo virus o una gran inundación. Aun así, si los mismos se producen en una región deshabitada y no causan daños materiales considerables, siguen siendo sólo fenómenos naturales. En cambio, si se producen en lugares del planeta donde habitan muchas personas y como consecuencia producen muertes, lesiones, interrupciones en las actividades productivas, grandes pérdidas financieras y la necesidad de desplazamiento de la población, entonces se consideran desastres naturales.

También existen los desastres tecnológicos, fenómenos causados -intencionadamente o no- por alguna acción humana: de esta naturaliza son los conflictos armados, los ataques terroristas, los fallos en grandes construcciones, las consecuencias derivadas de decisiones políticas y económicas equivocadas o las medidas que terminan siendo perjudiciales para el medio ambiente -muchos de estos fenómenos tan o más peligrosos y dañinos para el mundo como los desastres naturales-.

Algunos desastres ocurren de manera repentina, reduciendo las posibilidades de reacción debido a la nula anticipación o preparación -como un terremoto, un ataque terrorista, un tsunami, el colapso de una gran represa, una inundación repentina o un alud-. Otros evolucionan lentamente y permiten cierta preparación gradual, como pueden ser las sequías prolongadas, la epidemia de un nuevo virus mortal, las guerras civiles, la grave inestabilidad política y económica, las plagas en la agricultura, los cambios climáticos inesperados, etc.

Vivienda permanente de papel de Shigeru Ban en la India. Imagen © Kartikeya Shodhan

Para cada uno de estos casos, las autoridades responsables deben ser capaces de articular diversas soluciones para solventar de manera rápida y efectiva las problemáticas derivadas del desastre. En muchos de estos casos, es común que exista la necesidad de trasladar y albergar a un gran número de personas afectadas que, por un motivo u otro, no han podido permanecer en los lugares donde vivían. Aquí surge un gran problema: ¿Cuál es la manera de alojar a esta población desplazada para asegurarle un mínimo de dignidad en cuanto al habitar?

Cuando estas situaciones de emergencia generan que las personas deban alejarse de sus hogares por horas o días, las mismas tienden a ser acogidas por familiares o amigos -si existiese la posibilidad-, o bien son trasladadas a infraestructuras o espacios vacantes como escuelas, iglesias, centros comunitarios y estadios, que funcionan como refugios de manera temporal. Estos "Refugios de Emergencia" requieren de una infraestructura mínima para brindar servicios de alimentación, higiene y atención médica básica. Un ejemplo del modo de operar ante un desastre puede observarse en las usuales inundaciones que, de manera intermitente, devastan ciudades en el Valle del Río Itajaí en Santa Catarina. El río inunda con frecuencia grandes zonas habitadas, obligando a los residentes a retirarse. Unos días más tarde, el río vuelve a su cauce normal, la gente regresa a sus casas y comienza inmediatamente las actividades de limpieza. Pocos residentes van a los refugios que ofrecen los municipios, prefiriendo quedarse en casa de parientes o amigos.

Cortesia de WTA

Si es necesario mantener a las personas más tiempo alejadas de sus hogares -días o semanas-, se vuelve crucial proporcionar lo que se denomina un "Refugio Temporal". Los refugios son estructuras temporales, preparadas para albergar por un período corto de tiempo a las personas afectadas. No necesariamente tienen que ser construcciones diseñadas con ese fin específico, sino que pueden ser escuelas, iglesias, centros comunitarios o estadios que se transforman y acondicionan para recibir a la gente. Estos refugios requieren adaptaciones para tener una mejor infraestructura y brindar servicios esenciales que garanticen la dignidad de sus usuarios, proporcionando refugio, alimentos, ropa, agua limpia, salud y protección. La comunidad refugiada también desempeña un papel muy importante para la gestión de estos espacios, trabajando en conjunto con las autoridades o funcionarios locales designados. Otro ejemplo de desastres naturales que solicitaron la construcción de refugios fueron los deslizamientos de tierra e inundaciones producidas en la región de Serrana en el Estado de Río de Janeiro -en el año 2011-, cuando las personas desplazadas tuvieron que esperar varias semanas antes de poder regresar para reconstruir sus hogares.

Si la situación resultante del desastre se prolonga durante meses o años, se vuelve necesario desarrollar un "Alojamiento Temporal" para albergar a las personas hasta que sea posible proporcionarles una solución permanente. Los desamparados pueden quedarse en unidades prefabricadas, apartamentos alquilados, tiendas de campaña, etc. Este es el caso de los refugiados de Venezuela, que permanecen en el estado de Roraima hasta el día de hoy, sin un plan para regresar a su país a corto plazo. El gobierno brasileño ha proporcionado una serie de campamentos temporales para estas personas e intenta darles una asistencia mínima para que puedan subsistir hasta que puedan volver a trabajar y mantenerse. Este es también el caso de los refugiados de Siria y el norte de África.

Si la región en la que vivía la persona ha sido destruida y no puede ser reocupada, como las zonas que han sufrido deslizamientos de tierra, erupciones volcánicas, contaminación nuclear (Chernóbil), o si es necesario reconstruir toda la infraestructura del lugar, incluidas las viviendas -lo que puede llevar años- entonces surge la necesidad de proporcionar "refugios o viviendas permanentes", en los que las víctimas vivirán un gran período de tiempo hasta que se reconstruyan o reparen sus casas -o hasta que ellos decidan reubicarse en otro lugar de forma permanente-. Este es el caso de las personas sin hogar que han sido desplazadas por la interrupción de las presas de Mariana y Brumadinho, que, hasta hoy, viven en condiciones precarias, sin poder volver a sus hogares.

Derivado de estas reflexiones, se plantea el siguiente interrogante ¿Cómo dar refugio a las personas afectadas por grandes desastres? No es fácil de responder. Cada tipo de accidente, cada lugar, cada época del año, cada cultura y cada situación económica requerirá de una solución diferente. No es posible generar un modelo universal que pueda ser aplicado en todas las situaciones. Ahí es donde entran en juego el potencial creativo y la capacidad de trabajo de los investigadores y profesionales de la arquitectura.

Cortesia de Delfino Sisto Legnani and Marco Cappelletti

El diseño adecuado de un alojamiento de emergencia es importante porque, además de brindar refugio a las personas sin hogar, puede contribuir a la recuperación de las víctimas, ofreciéndoles condiciones de vida dignas a personas que han pasado por situaciones extremas.

Inicialmente, un refugio se construye para proteger a las personas de los elementos externos, especialmente de las inclemencias climáticas. El calor, el frío, la lluvia y el viento son factores que pueden interferir con la capacidad de supervivencia y deben ser cuidadosamente considerados al momento de diseñar los espacios donde las víctimas esperarán el regreso, al menos en parte, de su normalidad.

Cortesia de Delfino Sisto Legnani and Marco Cappelletti

Además de garantizar la protección, otro factor importante es la preservación de la dignidad. Los individuos y sus familias requieren de cierta privacidad en relación con los otros refugiados que están en el mismo ambiente. Es crucial que exista un pequeño espacio que sea considerado por la persona como un "territorio propio", por más mínimo que sea. Es muy conveniente que la persona tenga el control de la permeabilidad de su espacio, que pueda personalizarlo según su cultura y sus gustos. Y además de los espacios de uso privado, deben considerarse también las áreas para la convivencia, el intercambio, la cultura y el ocio.

Cabe destacar que un refugio de emergencia no es un lugar deseado por la gente. Cada individuo prefiere tener su propio espacio, su vivienda fija. Cuando este derecho es arrebatado por un desastre natural o por una acción humana equivocada, los gobiernos deben poder garantizarle a los refugiados un mínimo de comodidad y dignidad. Así pues, la arquitectura tiene un papel indispensable en el desarrollo de refugios o intervenciones que respondan a las principales directrices y necesidades de las víctimas, creando espacios que, aunque temporales, se sientan como un hogar.

Sobre este autor/a
Cita: Souza, João Carlos. "El impasse de la arquitectura diseñada para personas afectadas por desastres" [O impasse da arquitetura para abrigar pessoas atingidas por desastres] 29 may 2020. ArchDaily México. (Trad. Maiztegui, Belén) Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/939920/el-impasse-de-la-arquitectura-disenada-para-personas-afectadas-por-desastres> ISSN 0719-8914

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