10 Años de ArqFilmFest: ¿De qué hablamos cuando hablamos de cine y arquitectura?

En el marco de la celebración de la primera década de ArqFilmFest, Arquitectura Film Festival Santiago, distintos miembros de su comunidad como arquitectos, gestores, críticos de cine, académicos, entre otros profesionales, recibieron una invitación a responder la pregunta ¿De qué hablamos cuando hablamos de cine y arquitectura?

El periodista y crítico de cine Christian Ramírez contesta con "Espacio filmado, espacio habitado", reflexionando sobre la relación entre lo registrado y lo construido; el arquitecto Martin Schmidt Radic presenta "Reflejos de futuro", abordando las proyecciones a través del tiempo; y la socióloga y gestora cultural Julia Ramos responde con "10 años de narrar la ciudad", indagando sobre la importancia de promover el intercambio entre cine y arquitectura. Revisa todas las columnas, a continuación.

Espacio filmado, espacio habitado

Por Christian Ramírez. Periodista y crítico de cine. Jurado ArqFilmFest 2013.

Todo espacio filmado es, en el fondo, un espacio construido. No importa si tiene que armarse desde cero -como ocurre con los sets de grabación- o si existe en la naturaleza, como potencial locación de un proyecto. No importa si es producto de una animación digital o es el perfil de una ciudad real, uno que podemos reconocer a simple vista. El espacio filmado es algo que puede tocarse y también imaginarse: basta que la cámara apunte en tal o cual dirección para que de inmediato el espectador comience a crear su propia versión del lugar que están habitando los personajes. Una versión que ni siquiera tiene que coincidir al cien por cien con la imaginada por los cineastas. Una que coge su propio vuelo, que arma su propia geografía a medida que el relato avanza. Una que debería disolverse cuando éste termina, pero que sin embargo continúa habitando en la audiencia largo tiempo después que la función ha finalizado.

Extraño. Creo que puedo recorrer de memoria algunos lugares cinematográficos, sin tener que volver a mirar la película para evocarlos. La pieza del “Motel Bates”, donde Marion Crane toma su última ducha, en “Psicosis”; el estudio fotográfico, sin ventana alguna, en “Blow Up”, y luego ese parque, tan genérico que semeja un dibujo hiperreal; los pasillos de la primera Estrella de la Muerte, el oscuro departamento donde Rick Deckard revisa las pistas que dejan sus replicantes, las diagonales blanco y negras en el piso del cuarto rojo que aprisiona al agente Dale Cooper, las puertas del closet donde Elliot esconde a ET…

A veces tiendo a pensar que las mejores películas son aquellas que consiguen crear en quien mira la ilusión de que este mundo que están contemplando sí existe; que es posible recorrer esos departamentos, caminar por esas calles, ciudades y barrios, anclados a sus respectivas historias. Habitar esas imágenes, tal como le ocurre a esos extras que en las películas aparecen vistos de lejos, filmados al pasar o perdidos entre la multitud, totalmente ignorantes de las angustias del protagonista, pero compartiendo su mundo, aunque sea por breves instantes.

Y una cosa lleva a la otra: en la medida que es un arte que se desenvuelve, que va gestionado su propio espacio y área de acción, minuto a minuto, escena tras escena, el cine quizás pueda entenderse además como una suerte de construcción arquitectónica, una que no sólo depende de quienes construyen los sets o buscan las locaciones, sino que involucra sobre todo a quienes escriben el guión, quienes lo actúan y quienes lo ponen en escena.

Tal como el ArqFilmFest ha ido atestiguando de modo constante durante su primera década, todos ellos también son arquitectos.

Reflejos de futuro

por Martin Schmidt Radic, arquitecto.

Leí a un crítico de arquitectura que dijo que no existen los arquitectos de vanguardia, ya que nuestro quehacer sería más bien un reflejo del presente. Y es verdad. Los arquitectos siempre hemos ido detrás de los adelantos tecnológicos y de aquellos que han generado los movimientos sociales y culturales. De esta manera, acomodando muros y ventanas, hemos estado siempre atentos para acoger las nuevas formas de habitar.

De ahí que me interesa lo que refleja el cine, aunque primero tengo que aclarar que no soy un cinéfilo, algo muy propio de los arquitectos que “sabemos poco de mucho”; nos gusta el arte por la composición y el equilibrio, la música por el ritmo y el silencio, algo conocemos de ingeniería para poder mostrar a los ingenieros lo que queremos, lo mismo de construcción para los constructores y, así. Creo que reconocemos en cada uno de ellos su talento y, quizás, eso es lo bueno de nuestra profesión, que disfrutamos y nos maravillarnos con todo, pues es lo que aprendemos desde el aula: el ejercicio de ver el sentido profundo de las cosas. 

Así es que del cine me interesan dos de sus acepciones temporales, el reflejo del presente y el reflejo del futuro. 

Primero, claro, está el reflejo del pasado. Aunque por ser el cine un arte reciente, describe reconstrucciones que más bien me hacen pensar cuan verídico será lo que presentan de algo concreto. Obviamente, con el pasar de los años el material existente servirá como reflejo de algo que ocurrió, pero cuando me refiero a reflejo -lo que realmente me interesa por mi deformación de arquitecto- estoy pensando en cómo se habitará un lugar, cómo será su clima, cómo se construirá y, además, en cómo han ido cambiando las ciudades a través del tiempo, para luego poder pensarlas y proyectarlas a futuro. 

Y es por eso que el cine reflejo del presente es tan interesante para los arquitectos, pues desmenuza a la sociedad, revelando sus conflictos e intereses, presentando qué está pasando y mostrándonos hacia dónde podríamos ir. Se sumerge en la sociedad, analiza cómo nos articulamos y de qué manera la ciudad creada en el pasado encaja con un mundo que cambia a gran velocidad. Quizás un buen ejemplo de este cine es “American Beauty” (Sam Mendes, 1999), una película que sutilmente presenta al sueño americano reflejado en la familia, el trabajo y la interacción social. Ya tiene más de 30 años, pero sigue enormemente vigente. Es la que te detiene a apreciar una bolsa de plástico girar y volar por una corriente de aire.

Finalmente, las películas reflejo del futuro son las que más me interesan porque hacen una apuesta preguntándose hacia dónde vamos considerando lo que somos hoy, por supuesto, con aciertos parciales. Así, por ejemplo, ver las ciudades con sus perfiles de noche y los haces de luz iluminando el cielo me recuerda los afiches “Metrópolis” una película de hace casi cien años. O al transitar por ciertos barrios tengo la sensación de estar en alguna de las escenografías de “Blade Runner”, filme que presenta ciudades en varias dimensiones, subterráneos con metros en todas direcciones, estructuras en distintos niveles por donde pasan peatones, ciclistas, autos y trenes, además de ductos y cables de todo tipo de servicios. Todas las razas y géneros conviviendo juntos y, al igual que en “American Beauty”, nos muestra que al final la vida está en esos momentos insignificantes que se pierden como lágrimas en la lluvia.

10 años de narrar la ciudad

Por Julia Ramos de “Ciudades Reveladas” (muestra internacional de cine y ciudad de Argentina).

Parece que fue ayer cuando buscando experiencias similares a “Ciudades Reveladas”, nos topamos con el maravilloso ArqFilmFest de Chile. No recuerdo quien contactó a quién, pero pronto el vínculo se transformó en amistad y alianza duradera.

Pasaron 10 años y un montón de cosas. Pasaron convocatorias, horas de visionado, discusiones hermosas por la extraña tarea de seleccionar qué queda adentro y qué fuera de la programación. Buscar salas, presentar proyectos acá y allá, salir a conseguir el bendito financiamiento que nunca alcanza, organizar las celebraciones que no pueden faltar en los festivales. Un festival con suerte dura una semana, pero lleva un año organizarlo.

Pudimos asistir a varias ediciones y siempre nos dimos un momento para preguntarnos ¿Por qué hacemos festivales de cine y ciudad? “Ni idea, puros problemas”, nos reímos muchas veces tratando de dar respuestas durante la conversación. Además del amor por el cine y de que las trayectorias profesionales de los equipos que hacemos ambos festivales - cordillera mediante- giran alrededor de temáticas urbanas y de la gestión cultural, hay un deseo y un suspirar por la cosa colectiva, por la práctica de hacer con otrxs y compartir espacios y actividades con la comunidad. Hacer redes, promover la reflexión y el intercambio sobre las ciudades y sus millones de facetas y recortes subjetivos a través del cine y, también, encontrarse en una sala o al aire libre para ver buenas películas y simplemente disfrutar.

Si bien el cine siempre se inquietó por las ciudades -como tema o como escenario- a lo largo de estos 10 años de ArqFilmFest pudimos asistir a una gran expansión y proliferación de producciones audiovisuales que dan cuenta de su gran capacidad para captar las transformaciones del espacio urbano, sus ritmos, sus novedades, sus personajes y las múltiples formas de existir en las ciudades. Durante estos años también vimos como un festival “de nicho” o “para arquitectxs” se convertía en una plataforma cultural de exhibición y despliegue de diversos formatos de corte más experimental alrededor del espacio urbano. En esta línea, entre los proyectos que permitieron ampliar públicos y que se escaparon de la pantalla, se destacan las charlas y actividades alrededor del cómic, la arquitectura y la ciudad a cargo de historietistas locales e internacionales como Enrique Bordes y Luis Miguel Lus Arana “Klaus” (ambos de España).

Por último, en estos años vimos, vemos y celebramos la conformación de RIFCA, Red Interamericana de Festivales de Cine, Ciudad y Arquitectura que fue motorizada especialmente por el equipo de ArqFilmFest en su afán por hacer crecer estos proyectos que siguen emergiendo y cuyo fin es el hacer colectivo y la creación de espacios culturales en donde la ciudad, vista desde una mirada crítica, sea protagonista.

En el marco de la celebración de los 10 años del Arquitectura Film Festival Santiago, ArqFilmFest, una serie de miembros de esta comunidad, arquitectos, realizadores, críticos de cine, académicos, académicas y otras profesionales ligadas al festival, respondieron a la pregunta ¿De qué hablamos cuando hablamos de cine y arquitectura? Las respuestas son publicadas por ArchDaily en esta publicación y también las puedes encontrar en arqfilmfest.cl

Sobre este autor/a
Cita: Fabian Dejtiar. "10 Años de ArqFilmFest: ¿De qué hablamos cuando hablamos de cine y arquitectura?" 13 oct 2022. ArchDaily México. Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/990507/10-anos-de-arqfilmfest-de-que-hablamos-cuando-hablamos-de-cine-y-arquitectura> ISSN 0719-8914

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