Las mujeres superan a los hombres en número de profesionales en el ejercicio de la arquitectura, sin embargo, su representatividad ha sido sistemáticamente disminuida frente a la actuación masculina.
El debate sobre el papel de las mujeres en la arquitectura no es reciente, pero ha ganado fuerza desde 2013 con la petición de premiar retroactivamente a Denise Scott Brown como ganadora del Premio Pritzker 1991 y el posterior rechazo por parte de la organización. Desde entonces, el reconocimiento del papel de las mujeres en la arquitectura viene siendo un tópico constante en debates, conferencias, simposios y exposiciones en todo el mundo.