En una hilarante charla de TED del mundialmente famoso bloguero Tim Urban, el cerebro procrastinador se explica a través de tres personajes extravagantes: el Racional Tomador de Decisiones, el Mono de Gratificación Instantánea y el Monstruo del Pánico. Para la mayoría de nosotros que procrastinamos, el Mono domina mientras el Tomador de Decisiones es subyugado. El Monstruo del Pánico ingresa en el momento en que una fecha límite se acerca peligrosamente. Ahí es cuando todo el trabajo debe quedar hecho y en medio de muchas quejas y autodesprecio, nos prometemos nunca más postergar. Pero, por supuesto, no somos capaces de cumplir nuestras promesas y la rueda sigue girando...
Si bien Internet está lleno de listas y guías sobre cómo dejar de procrastinar, para mucha gente, de alguna manera simplemente no le ayuda en absoluto. Y mientras que los plazos, como señala Urban, funcionan para algunos en términos de terminar el trabajo tarde o temprano, la "postergación a largo plazo" afecta a quienes deben establecer sus propios plazos: propietarios de negocios, estudiantes de doctorado o independientes. Entonces, ¿cómo lo detenemos? Lo que necesitas dominar es el concepto de John Perry de "procrastinación estructurada", el mismo concepto que Piers Steel explicó anteriormente como "procrastinación productiva". Sigue leyendo para obtener algunos consejos extraídos de la literatura pro-procrastinación.
1. A de Aceptación
La mayoría de las guías de "auto superación" comienzan con esta gran palabra, ¿no es así? Simplemente comienza aceptando que nunca se trata de no tener suficiente tiempo, o de que otras personas y cosas te distraigan, se trata de tu propio hábito de posponer las cosas para más adelante. Pero en lugar de identificarlo como un dilema moral, maldición infernal o enfermedad cerebral, repítete a ti mismo que es todo lo contrario. No olvidemos que algunas de las personas más famosas de la historia fueron procrastinadores crónicos. Esto no quiere decir que la procrastinación sea una señal reveladora de genio, sino tan sólo que es algo muy humano.
2. Haz una Lista
Hacer listas es en sí mismo, uno de los placeres culpables de los procrastinadores para sentirse bien consigo mismos. Y si estás leyendo esto, es probable que ya seas un profesional en hacer listas (y no seguirlas). Eso generalmente ocurre cuando comienzas y finalizas solo con tareas urgentes y abrumadoras. La clave es mezclar las tareas que no deben ser nombradas con aquellas que son menos urgentes e igualmente importantes, pero también más fáciles, rápidas o más divertidas de lograr.
3. Rompe esa, gorda y gigante tarea, en más pequeñas
La mayoría de las veces, una gran tarea se compone de muchas más pequeñas y, a veces, todas requieren cantidades variables de tiempo y energía. Por ejemplo, una tarea como hacer un modelo a escala del último proyecto en el que está trabajando se puede dividir en subtareas como "preparar archivos para corte por láser", "organizar y ensamblar" y "agregar toques finales".
No solo lograrías las cosas poco a poco, sino que también podrías marcar muchas cosas rápidamente, ¡hola gratificación instantánea! Y para no olvidar, cuanto más larga sea su lista, más "opciones" tendrás en cuanto a qué hacer primero.
4. "Densenrreda tus tareas”
De manera similar a desglosar una tarea, lo que Urban llama "deshaciendo la tarea", es decir, asegurarse de que las tareas enumeradas no sean "vagas y turbias". Tomemos como ejemplo la tarea "búsqueda de sitio para la tesis" : ¿cómo iría a la caza del sitio si ni siquiera sabe lo que está buscando, aún no ha realizado una investigación, identificado sus requisitos y preseleccionado algunas opciones posibles? Conducir sin rumbo por toda la ciudad no es una opción, ¡y tampoco volar sobre los mapas de Google!
5. No ignores las diligencias, compromisos sociales y rutinas de ejercicios
¿Quién dice que preparar comidas, llamar a tu familia o encontrarse con amigos tiene que dejarse de lado cuando tienes trabajo que hacer? Según el Dr. Perry, cancelar los compromisos sociales es en realidad perjudicial para un postergador porque es cuando la lista se vuelve más pequeña, aumenta el estrés y nada actúa con la fluidez que debiera. Además de ser el procrastinator habitual y no cumplir con las tareas que se suponía que debías lograr, también terminaste sin conocer a las personas que se suponía que debías haber conocido de otra manera, por lo que es una situación de "perder-perder".
Del mismo modo, deberías hacer las diligencias diarias como parte de tu lista de cosas por hacer: pasear media hora caminando con tu perro, meditar, organizar tu despensa o limpiarla pueden actuar como anti-estrés en lugar de lo contrario.
6. Escucha tu cerebro
Escucha a tu cerebro cuando dice que está aburrido o agotado. Tal vez quieras pasar a otra tarea más interesante, o simplemente tomar un descanso rápido. Pero si bien es mejor abordar lo que te parece divertido o interesante cuando te da la gana, obviamente no significa que pases de uno al otro sin completar nada. Una vez que comienzas algo, solo asegúrate de terminarlo.
¿Y qué pasa si terminas primero verificando todas las cosas relativamente emocionantes y te quedan trabajos reales? Bueno, que así sea. Tienes que llegar a eso tarde o temprano. Solo recuerda, mientras te mantengas en la lista, ¡estás a salvo!
Para más información sobre el peculiar fenómeno de la procrastinación, lee los consejos de Adam Grant para "pre-crastinators" y cómo realmente ayuda a la creatividad, o el libro del Dr. Perry titulado El arte de la procrastinación: Una guía para el aplazamiento, la holgazanería y la posposición. Para aquellos que todavía sienten que purgarse del monstruo de la postergación es la única clave del éxito, revisen nuestro artículo anterior sobre el tema:
Las imágenes de este artículo fueron amablemente provistas por Andrea Vasquez.
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Ver memes de gatos enojones disfrazados. Revisar si hay algo nuevo en tu refrigerador cada diez minutos. Distribuir obsesivamente los libros sobre tu mesa. Renombrar las carpetas del computador. En fin, cualquier actividad irrelevante con tal de evitar comenzar tu lectura, tu ensayo, tu modelo, tu proyecto. Procrastinar ahora, sufrir después.