Tras la conversación que ArchDaily tuvo a través de Instagram Live durante la cuarentena con Pablo forero, uno de los fundadores de Taller Architects (antiguamente Taller 301) surgió la siguiente entrevista donde nos expuso los principios y enfoques de la joven práctica basada en Bogotá y Amsterdam.
Santiago Baraya (SB): Taller Architects se destaca por su participación en concursos, ¿De dónde viene ese espíritu de competencia?
Pablo Forero (PF): primero hay que hacer un disclaimer, y es que cuando contamos nuestra historia, no necesariamente es el camino que tiene que tomar todo el mundo. Pero cuando uno empieza a entrar en el mundo de los concursos hay mucha gente que sufre con la dinámica de estos porque requiere cierta stamina psicológica y también que hasta física.
Poco sabíamos Julián y yo que nuestro primer encuentro sería compitiendo entre ambos en una competencia de la Uncoli de atletismo, que es una competencia entre colegios.
SB: La presencia de su taller se ha expuesto más internacionalmente que en la escena local, ¿A qué se debe este camino?
PF: Gracias a la presencia en concursos en el extranjero, al ser finalistas uno tiene que ir a presentar su propuesta al país gestor. En un concurso en Kiev, Ucrania, nos ganamos el primer puesto después de haber presentado nuestro proyecto. Le agradecí al jurado porque, de hecho nosotros andábamos encorbatados, pues estábamos muy ansiosos de que nos juzgaran por nuestra juventud y no tanto nuestro proyecto. Pero el jurado fue muy profesional y nos dijeron “realmente no importa que ustedes sean jóvenes. Buscábamos un proyecto y el proyecto ustedes era el mejor”. Y esta experiencia fue muy significativa pues ahí conocimos a arquitectos de Europa, como Andreas Klok Pedersen ,quien fue parte del jurado, y empezamos a construir una red de contactos muy sólida, que es la que hoy en día nos tiene participando en proyectos a nivel internacional.
SB: ¿Cómo evolucionó el enfoque de ustedes dos para llegar a la visión de una oficina con presencia internacional?
PF: En realidad no evolucionó el enfoque. Desde el principio teníamos muy claro que queríamos tener una oficina con presencia internacional y siempre ha estado claro que la base del taller sea en Colombia, porque precisamente viviendo en este contexto y viajando a otros contrastando otras culturas con la nuestra nos dimos cuenta que eso tiene un valor inmenso. Si uno se va decae pierde muchas cosas que son valiosas de nuestro contexto.
Cuando empezamos a hacer proyectos por fuera, nos vamos dando cuenta que nuestra visión como colombianos se vuelve cada vez más fuerte y más valiosa precisamente por poder contrastar los contextos. Al final eso lo que hace es enriquecer nuestra cultura arquitectónica. Siempre hemos pensado que las fronteras son un invento humano. Nuestra profesión permite que operemos en cualquier parte del mundo. Las formas de habitar de las personas no son muy distintas, obviamente cambia el contexto, el clima, los recursos y hay algo cultural que es distinto, pero finalmente todos necesitamos dormir, ir al baño, encontrarnos socialmente y desplazarnos o movernos en una ciudad.
SB: Hay concursos en los que participan junto con oficinas con recorridos de mayor experiencia como tab o Juan Pablo Ortiz, ¿Cómo funciona el desarrollo de concursos así?
PF: Hay concursos en los que se participan junto con oficinas de recorrido o mayor experiencias -como los que mencionas-. El desarrollo de estos funciona de la siguiente manera: La participación en concursos -sobretodo privados- es como el dilema del huevo y la gallina; a uno lo dejan hacer un concurso de un museo si uno ya ha hecho museos. Osea, la experiencia uno la obtiene justo después de necesitarla. Entonces para empezar obtamos asociarnos con oficinas más experimentadas porque claramente tienen conocimientos que nosotros no tenemos. Lo chévere ha sido que hemos desmitificado un poco esa idea del “autor arquitecto como genio solitario”. Estas oficinas oficinas, la mayoría portan el nombre de quien las dirige, y en realidad la arquitectura es una construcción colectiva, y hemos creado metodologías donde el ego se deja afuera de la sala de reuniones y así nos enfocamos en pensar la mejor idea y el mejor proyecto que podamos pensar para dejarle al mundo y que ojalá se construya y se materialice. Por fortuna, con esas dos oficinas nos ganamos edificios institucionales, de una dimensión considerable, que para la experiencia que tenemos fue un salto bastante fuerte.
SB: ¿cómo deciden en cuáles concursos participar, -Qué parámetros tienen en cuenta para decidir-?
PF: Al principio hacíamos concursos que nos dieran exposición, independientemente de los premios. El primer parámetro es escoger concursos donde haya un jurado cuya experiencia reconozcamos y le tengamos cierta reverencia, eso mal que bien, alguien dijo una vez que en los concursos no se juzgan a los participantes sino a los jurados pues al final ellos son quienes, literalmente fallan. Entonces nos empezó a ir bien en contextos extraños con ese tipo de jurados y eventualmente ya la práctica en concursos empezó a evolucionar al punto que los concursos que estamos haciendo en China son por invitación, demostrando que estamos en capacidad de formular ideas interesantes para ese contexto, y en la medida que se están materializando, se está demostrando que esas ideas son buenos proyectos y buenas obras. Entonces ahora hay otras decisiones para participar en concursos. Pero usualmente el encargo y el jurado son fundamentales, y por último el premio, pues debe ayudar a sostener la operación para ser sostenibles.
SB: ¿Cúales son los desafíos a tener en cuenta para desarrollar un proyecto en otro país, tanto culturales como técnicos (bien sea burocráticos, tecnológicos, o simplemente gajes del oficio)?
PF: Como te comentaba, diseñar para personas aquí o en otra parte del mundo viene siendo algo standard, mal que bien no varía mucho en los distintos contextos. Como dice Willy Drews “Cada proyecto es un pequeño milagro” porque es poner de acuerdo a miles de personas en hacer una sola cosa, entonces esos milagros aveces tienen sus dificultades porque hay unos actores que tienen cierto poder que también son caprichosos y pueden entorpecer las cosas, pero son más quienes quieren sacar adelante los proyectos. Al final todo el mundo se termina entusiasmando de una idea, dándolo todo para que se vuelva realidad. Siempre y cuando se logren esos méritos para sacar esa idea adelante.
SB: En charlas previas han recalcado el valor del equipo en su práctica, ¿cómo funciona dicha horizontalidad?
PF: En el espacio físico de la oficina, todos rotamos los puestos, inclusive Julián y yo que somos los socios. Pero en realidad la horizontalidad es un estado que se modifica rápidamente en estructuras más verticales porque los proyectos necesitan una cabeza que está liderando el proceso y una estructura que apoye y empuje en la dirección que se necesite para sacar adelante ese proyecto. Entonces en realidad lo que tenemos es una estructura que en apariencia es horizontal pero que en principio se organiza verticalmente y luego se desorganiza o se re-estructura constantemente desacuerdo al encargo y a la gente que tengamos disponible en el momento.
SB: ¿Cuál es el siguiente paso para Taller?
PF: El siguiente paso -que estamos dando en este momento- es consolidar nuestra presencia en Europa. La idea es la oficina que ya tenemos con su primer empleado y su primer computador, y así eventualmente conseguir encargos donde podamos tener ya una oficina un poco más grande con un equipo base en Amsterdam, Holanda, pero insisto en que desde Colombia se haga gran parte del trabajo siendo el músculo que respalda lo que se haga allá.
SB: ¿Cuáles son los referentes que más influencia su práctica?
PF: Yo diría que la mayoría son internacionales, pues la visión que tenemos de la empresa es que opere a nivel global. Y muchas veces los referentes no son diseñadores sino como modelos de empresa y cómo logran consolidar una estructura organizacional que les permita tener proyectos por fuera de su país natal. BIG es un caso muy interesante, al igual que los holandeses MLA+, los alemanes Henn Architekten. Esos modelos de empresa nos gustan mucho, obviamente también hacen proyectos interesantes pero realmente nos fijamos más en los aspectos organizacionales y de negocios que desde la perspectiva del diseño.
SB: ¿Cuál es el Sueño o Visión cómo meta de Taller Architects?
PF: Nosotros creemos firmemente en el poder de transformación que tienen las ideas y básicamente eso es lo que nos motiva y hacemos constantemente. Lo hacemos de distinta manera, bien sea por investigaciones o por concursos o a través de proyectos, pero si algo ha demostrado la historia intelectual de la humanidad es que las ideas tienen la capacidad de transformar nuestro contexto y crear una mejor calidad de vida para las personas. Entonces eso nos proponemos, en cualquier rincón del mundo donde nos lo permitan.
SB: ¿Qué puede aconsejarle a las generaciones que se están formando en estos tiempos de repensar la práctica y sus resultantes?
PF: La arquitectura es una práctica que se debe dar independiente de tener pandemia o no. Lo que hace que una práctica se mantenga relevante es que constantemente tenga unas metas a largo plazo y cada cierto intervalo de tiempo se está repensando y cuestionando como puede hacer las cosas mejor y de manera distinta, acoplándose cada vez mejor también. Ahorita con el confinamiento me he dado cuenta que es interesante la opción de no tener que ir a la oficina, pero igualmente trabajar desde la casa como si se estuviera presente en la oficina, esa es una opción que estamos contemplando dejar abierta. Hay veces que a uno se le pegan las cobijas y no quiere terminar yendo a la oficina pero igual se tiene el entusiasmo para trabajar. Al final uno empieza a confiar en el equipo y lo que cada uno tiene que hacer dentro de los tiempo s que tiene. Entonces ya estamos repensando esas cosas, si necesitamos una oficina muy grande o no, pero creo que no hay que perder el horizonte por la coyuntura. Hay cosas que en el corto plazo, claramente han cambiado pero en mediano y largo plazo serán muy similares o cambiaran ligeramente.
Entonces les aconsejo cuestionarse y repensar la práctica constantemente y no estar convencido de lo que se está haciendo, de puertas para adentro y de puertas para afuera y en lo que uno diseña. Cuando uno empieza a hacer el mismo proyectico o la misma fórmula aquí y allá, hay que pensar cómo uno va evolucionando su práctica.
