
Como ocurrió en gran parte de la costa oriental de Japón, la ciudad de Onagawa sufrió los embates del tsunami de marzo de 2011, dejando más del 80% de las viviendas dañadas y desatando una inmediata crisis habitacional entre los ciudadanos. Con el apoyo financiero del Estado, Shigeru Ban desarrolló un plan estratégico para la construcción de viviendas temporales diseñando edificios de 2 y 3 pisos a partir de una serie de containers de carga.