Hay dos razones principales por las que las ventanas de los barcos son redondas. Son más fáciles de sellar y, sobre todo, son más resistentes a la alta presión que ejerce el agua sobre ellas. Esto se debe a que las esquinas son los lugares donde, naturalmente, se concentran las tensiones, debilitando la estructura en su conjunto. Es también por eso que las ventanas de los aviones son pequeñas y redondeadas; las altas presiones se distribuyen en las formas curvas, reduciendo la probabilidad de grietas o roturas.
En la arquitectura, las aberturas circulares son bastante antiguas. El Oculus ha sido una característica de la arquitectura clásica desde el siglo XVI. También conocido con la expresión francesa oeil de boeuf (u ojo de buey), las aberturas circulares o semicirculares se forman a partir de la construcción de arcos de mampostería, que permiten la creación de aberturas y la formación de vanos solo mediante el cierre de las piezas. Con el paso del tiempo y la incorporación de nuevas tecnologías y conocimientos constructivos, crear aberturas rectangulares en edificios comunes se ha vuelto más sencillo, racional y económico que los redondos. Aún así, continúan figurando en una multitud de proyectos.