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Arquitectos: NŌ Architects
- Área: 205 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Adrian Mora Moroto
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Proveedores: Cortizo, Sanindusa

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Rodeada de vides serenas que ondulan con la brisa, la Casa en El Viñedo respira una calma ancestral. En este rincón apartado del mundo, donde el tiempo parece diluirse entre los surcos de la tierra fértil, la naturaleza y la vivienda convergen en un abrazo armónico, tejiendo calidez en cada sombra, en cada rayo de sol filtrado entre los muros. Es un refugio que no impone su presencia, sino que la susurra, dialogando con el paisaje como un eco del territorio que lo vio nacer. Piedra, madera y cal se entrelazan en su arquitectura, narrando historias silenciosas que resuenan en cada paso, en cada textura, en cada rincón donde la luz se posa con delicada intención. Un recorrido casi ceremonial invita a quien habita este espacio a sentirlo, a escucharlo con los sentidos despiertos, a enraizarse en su esencia como la vid que hunde sus raíces en la tierra.




Bajo la superficie, en las entrañas mismas del viñedo, una cueva preexistente guarda los ecos de otros tiempos. Allí, en la penumbra serena, el susurro del pasado se filtra entre barricas centenarias, cargadas de sueños fermentados y memorias de cosechas doradas por el sol. Es un espacio sagrado donde el tiempo se ralentiza, donde la historia no se cuenta, sino que se respira, impregnando el aire con el aroma profundo de la madera y el vino.



La Casa en El Viñedo se concibe como un cofre, un refugio que resguarda el espíritu del lugar. Sus espacios, moldeados por la luz y la sombra, se abren y cierran al paisaje a través de grandes paños móviles que, como velos etéreos, revelan y ocultan la poesía silente de su entorno. Desde adentro, el exterior se cuela suavemente, trayendo consigo el susurro del viento entre las hojas y el aroma dulce de la tierra húmeda. No hay barreras definitivas, solo transiciones fluidas entre el hogar y el paisaje, entre el abrigo y la inmensidad. Porque aquí, habitar es más que ocupar un espacio: es fundirse con él, es ser parte de su latido eterno.
