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Arquitectos: Atelier About Architecture
- Área: 600 m²
- Año: 2025
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Fotografías:Yumeng Zhu, Haiting Sun
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Proveedores: Bulthaup, VMZINC, Viabizzuno

Descripción enviada por el equipo del proyecto. La Casa M es un hogar de varios pisos ubicado en la parte oriental de Pekín, enclavado entre árboles sombreados y una vegetación exuberante. El entorno emana una atmósfera y textura únicas. El propietario ha descrito muchas veces sus recuerdos de infancia grabados profundamente en la mente—las impresiones de hogar y vida: edificios de poca altura, ventanas que se abrían directamente a las copas de los árboles, luz solar y estanterías de libros imponentes, pisos oscuros de terrazo y las sombras parpadeantes de los árboles danzando en las paredes de ladrillo rojo. Estas imágenes, transmitidas a través de generaciones, se han convertido en parte del carácter de la familia y han sentado una base emocional y nostálgica para este espacio arquitectónico—una tapicería entrelazada con lo nuevo y lo viejo.



El sitio existente está rodeado de altos muros con un patio central también rodeado por estos muros. El patio sirve como la única fuente de luz para los edificios circundantes. Las habitaciones son largas y estrechas con ventanas limitadas, dejando gran parte del espacio interior en la oscuridad.



El diseño busca establecer un nuevo sistema espacial sumergido bajo los altos muros que lo encierran. Con el desarrollo vertical restringido, la estrategia se enfoca en la superposición horizontal al introducir cinco patios de diferentes escalas. Estos patios, tanto grandes como pequeños, pueden ser vistos desde lejos y explorados físicamente. Desde cualquier punto dentro de la residencia, se forma una conexión visual entre los espacios. Esto refleja la vida diaria de un hogar multigeneracional. A medida que los miembros de la familia se mueven entre estas habitaciones— a veces cerca, a veces separados—sus interacciones son acomodadas y profundizadas. Los espacios se interconectan de múltiples maneras, con huecos intencionales dejados entre las zonas para permitir vislumbres a través de ellas. La escena cambia continuamente, brindando nueva información de una perspectiva a otra incluso sin movimiento físico.



Al alterar las configuraciones espaciales, las orientaciones de las ventanas y la guía de la luz, la residencia captura las cualidades cambiantes de la luz natural a lo largo del día. El jardín delantero, el jardín lateral, las terrazas, la azotea y los atrios corresponden a diferentes aspectos de la vida diaria, ofreciendo en conjunto un rico juego de luz y sombra. Aunque los muros circundantes permanecen, la porosidad espacial entre los patios amplifica la percepción visual, estirando el sentido físico de la escala. La oscuridad se transforma en una gradación de grises cambiantes. Bajo el ocultamiento de plantas intercaladas, jardines, habitaciones y espacios de transición se superponen y definen, mientras que la arquitectura en su conjunto se mantiene abierta y fluida, ofreciendo una experiencia continua y cíclica a lo largo del sitio.



En el corazón del diseño arquitectónico está la creación de un espacio físico donde nuestros cuerpos puedan residir. El espacio transmite información, la arquitectura se manifiesta como experiencia, y la tensión dentro de los materiales ofrece las impresiones sensoriales y táctiles finales. Al categorizar y sintetizar el envejecimiento natural de los materiales de construcción originales, se desarrolló un material personalizado para esta residencia: un concreto pigmentado con agregados gruesos, fundido en formas trapezoidales con estrías verticales prefabricadas como paneles colgantes en seco de 900x2200 mm. Estos paneles forman una experiencia material secuencial tanto dentro como fuera del edificio.


Al mirar hacia atrás en este espacio físico introspectivo—envuelto en material y luz—la atmósfera se vuelve serena y sólida. La experiencia es como conocer a una persona: primero notamos su apariencia, luego entendemos su carácter y hábitos. Podemos aventurarnos en sus pensamientos y recuerdos más íntimos y, en última instancia, conectarnos con su espíritu y alma. La percepción es la métrica de la naturaleza que nos permite medir la autenticidad, experimentar alegría y asignar significado a todas las cosas. Nos guía en nuestras respuestas a los materiales, la construcción y el espacio. De alguna manera, este complejo proceso es la esencia de construir una casa—una reflexión sobre la emoción personal y la memoria.

