
-
Arquitectos: ENORME Studio, EXTUDIO, Smart and Green Design
- Área: 3500 m²
- Año: 2025
-
Fotografías:ArchExist

Descripción enviada por el equipo del proyecto. En sus 3.500 metros cuadrados, el pabellón de España ofrece a los visitantes una singular experiencia arquitectónica y expositiva, además de funcionar como escaparate de la innovación, la cultura y el tejido productivo del país. Durante seis meses, empresas, entidades regionales y otras instituciones utilizarán sus espacios para mantener encuentros, presentaciones y foros. La arquitectura se convierte así en una herramienta estratégica de visibilidad internacional.

El Pabellón de España es capaz de unir el sabor local con una experiencia colectiva y de proyección global, donde cualquier visitante se sienta acogido. Además, pone en valor uno de los lazos históricos entre España y Japón: desde que en el siglo XVI el navegante guipuzcoano Andrés de Urdaneta estableciera un próspero itinerario comercial y cultural entre el archipiélago nipón y el virreinato de Nueva España, a través de la corriente de Kuroshio, que fluye por el Pacífico Norte. Este legado histórico inspira y da sentido al lema del pabellón.

El vínculo compartido lo reafirma el segundo emblema de la propuesta, el sol, presente en la cultura nipona tanto como en la española, y que en su viaje de levante a poniente conecta los dos extremos del mundo. Como un reflejo recortado en el agua, la imagen del astro sirve para caracterizar el umbral que separa el acceso del interior del pabellón.

Una plaza mediterránea. A diferencia de otros pabellones que apuestan por fachadas imponentes, el Pabellón de España propone una arquitectura abierta y acogedora. Se presenta como un paisaje que recibe al visitante con un gran vacío frontal: una plaza inspirada en el espíritu mediterráneo, que invita al juego, al descanso y al encuentro.

Tras un suave escalonado que simula el oleaje del mar se asciende hasta la antesala de la exposición; la plaza del sol, presidida una pantalla led que ofrece siete piezas de videoarte que recurren a la simbología del sol, su papel para entender el equilibrio de nuestro planeta, y su fuerza como detonante de imaginarios en torno a un futuro más sostenible. Tras esta "fachada digital", la propuesta expositiva propone un recorrido en rampa con una suave pendiente en descenso, como haríamos al bucear. Envuelto en tonos ultramar, este trayecto simula una inmersión en las profundidades marinas y conduce a los visitantes hasta la salida, donde se encuentran la sala polivalente, la tienda y un restaurante cuyo menú pone el foco en los productos del mar. La salida, situada a pie de calle y en conexión con el Grand Ring, los colores se vuelven más vivos y una instalación audiovisual panorámica muestra imágenes asociadas al carácter vivaz y festivo de España y sus gentes, en una celebración de retorno a la luz.


Sostenibilidad y circularidad. La edición de la Exposición Universal de Osaka será la primera sin dejar un legado en la ciudad, ya que todas las construcciones tendrán que desmantelarse para que la isla recupere su función portuaria una vez finalice la muestra. Por este motivo, el pabellón se concibe como un ejemplo de circularidad donde, como sucede en los océanos, no existe el concepto de residuo y cualquier recurso tiene prevista una segunda vida. Todo ha sido diseñado con la mirada puesta en su posterior desmontaje y posible reutilización, ya sea para reconstruirse en otros emplazamientos o para su regreso a la cadena de producción.


El sistema constructivo apuesta por materiales naturales y de proximidad como la madera de cedro rojo japonés, por uniones sencillas ensambladas en seco y por el manejo de un único elemento para resolver distintos escenarios. De este modo, la madera se emplea en toda la estructura de pórticos, compuestos por un doble pilar en cada extremo y vigas en forma de T, que se repiten hasta cuarenta veces con distintas alturas para dar forma a los sucesivos volúmenes interiores del pabellón.

La elección del material facilita su montaje y aligera el peso de la estructura para simplificar la cimentación en el terreno de la isla artificial. Así, el edificio tiene una huella medioambiental casi nula que, como el propio ciclo del agua, ejemplifica un proceso continuo que prevé la reutilización futura de sus componentes, así como la incorporación de material reciclado.


En este proceso, el equipo de arquitectura ha colaborado con expertos artesanos, como Cerámica Cumella en el diseño de las piezas coloreadas de la fachada u Ondarreta que incorpora mobiliario fabricado a partir de maderas certificadas y tejidos reciclados. Asimismo, para definir las directrices sostenibles se ha contado con empresas especializas en gestión de residuos: CoCircular, cuya asesoría ha guiado todo el proceso de diseño; y los fabricantes Honext y Gravity Waves, que han suministrado respectivamente paneles de compartimentación fabricados con papel reciclado y revestimientos interiores de plástico procedente de redes de pesca.



La experiencia del visitante. La arquitectura del pabellón evoca tanto al océano como un sol reflejado en él. Ambos, los recursos más importantes del planeta y símbolos universales hacen referencia, por un lado, a cierta identidad nacional, la que España posee por su condición de península mediterránea y por su particular manera de entender la vida. No obstante, también se alude a una identidad colectiva y global, que hace que cualquier visitante de la Exposición Universal pueda sentirse identificado con la propuesta. Estos mismos recursos se han utilizado en el diseño de la identidad y el logo oficial de España bajo una dirección de arte que unifica arquitectura, exposición y marca.

La experiencia del visitante en el Pabellón de España se desarrolla en cuatro espacios que combinan inmersión, cultura y sostenibilidad. Comienza en La plaza del sol, una zona de espera concebida como una plaza española, con proyecciones audiovisuales y espectáculos en vivo que introducen un estilo de vida cercano y animado. Le sigue Corrientes hacia el futuro, un recorrido inspirado en la corriente de Kuroshio que simula una inmersión marina para explorar la economía azul y el vínculo de España con el mar. En Greetings from Spain, una instalación audiovisual celebra el carácter festivo y creativo del país mediante postales y selfis, invitando a reflexionar sobre el turismo y su impacto ambiental. Finalmente, Una España diversa presenta la riqueza territorial de las 17 comunidades autónomas a través de una pantalla que acompaña la salida hacia la tienda, el restaurante y las salas polivalentes.
