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Arquitectos: Daniel Fromer
- Área: 700 m²
- Año: 2023
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Fotografias:Evelyn Müller

Descripción enviada por el equipo del proyecto. El paisajista Rodrigo Oliveira se enamoró de un terreno de poco más de cinco mil metros cuadrados en el sur de Bahía. Con una topografía que recuerda a un anfiteatro natural, orientado hacia el paisaje y con una vista privilegiada al atardecer, la Casa ĪBA se integra entre jardines naturales y diseñados, respetando siempre el relieve original del lugar.


Orientada hacia la vista, la residencia está compuesta por tres bloques que se integran al paisaje, con amplias aberturas hacia los jardines tanto en las áreas de convivencia como en los espacios de circulación. El bloque principal alberga los sectores social, íntimo y de servicio de la familia, organizados en un plano que separa los distintos ambientes. Sus techos son variados: dos tejados —uno sobre el área social y otro sobre el área íntima, que cuenta con dos pisos— y una losa sobre el área de servicio. Los otros dos bloques complementan el programa: uno dedicado a las habitaciones de huéspedes y otro, un pabellón junto a la piscina, que funciona como área de apoyo y convivencia para el espacio exterior.

La arquitectura de la Casa ĪBA fue concebida con dos propósitos centrales: homenajear el paisaje y celebrar la vida familiar. Por ello, todos los ambientes cuentan con aberturas orientadas hacia los jardines. Además, el proyecto está pensado para acoger a todas las generaciones, garantizando espacios que dialogan y conviven en armonía — con áreas dedicadas a niños, adolescentes, adultos y personas mayores, donde cada uno encuentra su lugar sin interferir en el de los demás.


Con una esencia genuinamente bahiana, la materialidad de la casa incorpora elementos como la taubilha, la estructura de madera, el cemento quemado y la losa cerámica de Trancoso. Sin embargo, todo se aplica de manera sofisticada y contemporánea, alejándose de la estética rústica tradicional pero preservando la conexión con la naturaleza y la historia local.

Para Rodrigo, el jardín de la Casa ĪBA se ha convertido en un verdadero laboratorio. Entre los volúmenes, se han creado matas intermedias enriquecidas con nuevas especies y experimentos del paisajista, dando como resultado un jardín sorprendente y singular.


















