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Arquitectos: Healy Ryan Architects
- Área: 165 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Pier Carthew

Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa original es un sencillo bungalow de tablones de madera, con encantadoras ventanas de vitrales y detalles interiores también en madera. Sin embargo, en la parte trasera, una renovación poco inspirada de hace unas décadas no aprovechaba el patio trasero orientado al norte. Nuestra tarea fue actualizar la vivienda para acomodar a una familia joven y crear una conexión más rica con el paisaje y el jardín circundantes.

Al encontrarse en una zona patrimonial, la fachada que da a la calle y las habitaciones delanteras permanecieron sin cambios. La nueva ampliación en la parte trasera se diseñó tomando como referencia el bungalow original con frontón: la inclinación del techo y la línea de cumbrera se alinean con la casa existente, como si se tratara de una nueva extrusión de un molde antiguo.

Debido a limitaciones presupuestarias, optamos por colores estándar para el techo de acero. Elegimos el tono “Rojo Manor”, un acabado habitual en muchos techos de la zona. En contraste con los tradicionales techos rojos de chapa del vecindario, este color adquirió una nueva vitalidad.


La ampliación de la casa no supera los 25 metros cuadrados de huella. El diseño fue un ejercicio de planificación espacial eficiente, integrando ambientes que se perciben abiertos, conectados y altamente funcionales. Los servicios —baño, lavandería y lavabo— se dispusieron de forma compacta, mientras que los altos techos inclinados de la cocina, la sala de estar y el comedor aportan una sensación de amplitud y ligereza, que desmiente el tamaño relativamente reducido de la ampliación.


Una gran apertura orientada al norte en la parte trasera abraza el patio, mientras que una ventana de acento de policarbonato translúcido al sur aporta una luz más suave. Un rasgo clave de la ampliación es su interacción con la luz natural, que inunda los interiores con distintos matices y calidades a lo largo del día. Una ventana ranurada sobre el área del comedor enmarca vistas del cielo, mientras que otra, junto a las estanterías de la sala de estar, deja entrar el cálido sol de la tarde.



Al diseñar los dormitorios infantiles, imaginamos un esquema que fomentara tanto la conexión como la independencia. Incorporamos un pequeño patio como divisor lúdico entre las dos habitaciones, creando un espacio exterior compartido que funciona a la vez como retiro tranquilo y punto de encuentro. El patio se une mediante un pequeño puente de madera, que añade un toque de aventura a la experiencia diaria de los niños. Además, este patio transforma el antes oscuro pasillo de entrada en un corredor luminoso que ahora se percibe vivo y acogedor.



















