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Arquitectos: Manuel Ciarlotti Bidinost
- Área: 207 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Manuel Ciarlotti Bidinost
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Proveedores: Butalo Materiales, PVC Pro, Tecmabi

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Se trata de una vivienda familiar concebida en torno a la articulación de sus espacios públicos, en particular aquellos vinculados al mundo del niño. La propuesta busca integrar de manera gradual y tamizada el afuera, el jardín de invierno, la sala y el estudio, generando una continuidad que permite mantener esta relación en las distintas estaciones del año.

La casa se complementa con un ámbito secundario, denominado Casa B, situado a unos metros de la pieza principal. Este espacio flexible funciona como sala de ensayo, taller, quincho o residencia de invitados, ampliando así las posibilidades de uso doméstico y cultural. permite pensar la domesticidad extendida como campo de producción, ocio y encuentro sin interferir en la "Casa Familiar".


El proyecto se organiza a partir de un eje lineal que atraviesa el terreno desde su acceso, recorre la casa principal a través del jardín de invierno y culmina en la Casa B. A lo largo de este recorrido, los jardines se cualifican según su relación con lo doméstico: como fuelle de llegada, como expansión del jardín de invierno y como espacio intermedio de articulación entre ambas casas.


La materialidad se resuelve mediante una estructura de bastidores de madera apoyados sobre una platea de hormigón. Todas las luces son resueltas con tiranterías de madera de pequeña sección, capaces de sostener un interior de gran escala. Destaca la baranda tipo viga del balconeo del estudio, que asume gran parte de los esfuerzos estructurales del volumen superior y libera la planta baja.


El proyecto propone así una dialéctica entre compresión y expansión, entre chicos y grandes, donde espacios apretados anteceden ámbitos de gran volumetría. Este juego espacial no solo intensifica la experiencia del recorrido, sino que introduce una dimensión casi monumental en diálogo con los espacios adyacentes, afirmando la condición de la casa como pieza articuladora del habitar contemporáneo. Esta tensión entre lo íntimo y lo abierto constituye la atmósfera doméstica.




























