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Arquitectos: Malte Kloes Architekten
- Área: 9999 m²
- Año: 2025
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Fotografías:Karina Castro

Borna-Park: una comunidad moldeada por la naturaleza - En Borna-Park, la vida y el trabajo están íntimamente entrelazados con el paisaje. El lugar está rodeado de prados, campos abiertos y el río Pfaffneren, bordeado de árboles. La naturaleza es más que un simple telón de fondo: se convierte en la identidad de la comunidad residencial y laboral.


El nuevo desarrollo consiste en un edificio residencial y un taller, diseñados específicamente para satisfacer las necesidades de las personas con discapacidades. Juntos, crean un ambiente seguro y de apoyo para la vida diaria de los residentes. Los dos edificios se sitúan libremente en el paisaje, conectados por caminos suavemente curvados a través de un generoso parque. Para los residentes, el trayecto entre su hogar y el taller no solo es una parte esencial de su rutina diaria, sino también una fuente de experiencias sensoriales cotidianas a través del clima y la naturaleza.

El edificio residencial consta de dos unidades, conectadas a nivel del suelo y del sótano. La planta baja alberga los espacios públicos y comunes, comedor con cocina industrial, cafetería, así como la administración. Los muebles de madera de roble, los elementos acústicos suspendidos y los suelos de hormigón pulido crean un ambiente que resulta a la vez representativo y acogedor.


En las plantas superiores, los grupos residenciales están organizados como secuencias abiertas y continuas de espacios con acogedoras zonas de salón y comedor. La comunidad, por lo tanto, se convierte en una parte integral de la vida diaria. Una cálida paleta de colores en los pisos y la carpintería, en combinación con las superficies de madera expuesta y de concreto, crea una atmósfera cohesiva y acogedora.



El edificio del taller está concebido como un volumen de dos plantas con estructura de madera. Su planta se divide en tres segmentos funcionales, con una gran nave de almacenamiento de doble altura en el centro, que sirve tanto arquitectónicamente y funcionalmente como zona de transición entre las diferentes áreas del taller. Un distintivo techo a dos aguas inunda el salón y el piso superior con luz natural y soporta un sistema fotovoltaico del tamaño de un campo de fútbol.


En el interior, la estructura de madera de haya define el espacio. En combinación con las instalaciones técnicas a la vista, crea una expresión directa y robusta. El generoso acristalamiento interior establece múltiples conexiones visuales entre las áreas del taller, permitiendo que la luz natural del techo del cobertizo penetre profundamente en las habitaciones, al tiempo que proporciona condiciones óptimas para la supervisión del personal.


























