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Arquitectos: Pezo von Ellrichshausen
- Área: 36 m²
- Año: 2025
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Fotografías:Pezo von Ellrichshausen

Descripción enviada por el equipo del proyecto. A medida que los árboles cercanos envejecen, sin prisa, esta pieza sin escamas se volverá aún más pequeña. Atrapada contra un oscuro bosque de Coihues (Nothofagus dombeyi), la huella concentrada y sin dirección adquiere un sentido axial, explícitamente asimétrico, con un lado alto, quizás completando un cubo imaginario, y con su lado opuesto sin elevación alguna.



Dicha frontalidad convierte la pared en un retablo, un plano mudo reforzado por dos contrafuertes que sostienen una viga aparentemente inútil y por un dintel grabado (NI MAS NI MENOS) que contradice su mudez. Más allá de este umbral opaco, con el follaje cortado por un exagerado óculo circular, ya no hay distinción entre pared y techo.


Aunque dentro los vectores intencionales y gravitacionales (o "la voluntad del espíritu y la necesidad de la naturaleza", como diría Simmel) se diluyen en una justa diagonal, por fuera son bastante evidentes; la topografía es tanto artificial como carente de sentido, ya que alcanzar la cima no cambia mucho el panorama.

Este engañoso bloque de concreto artesanal es relativo de cualquier manera que se mire; desde lejos un monumento discreto, desde el bosque un plinto interrumpido, desde la incomodidad oblicua de la habitación algunas delicadas líneas blancas que difuminan la huella del encofrado. En su planitud casi sin grosor, la pared se vuelve irreversible; por fuera el marco comprometido de un templo para seis reinas y por dentro el simple dibujo de una cabaña de madera arquetípica. Afortunadamente, este dispositivo desordenado no es tanto para mirar, sino para trabajar en él; aquí se procesa una modesta producción orgánica de miel, de ahí las reinas.


















