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Arquitectos: ENNE Arquitectura
- Área: 750 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Leonardo Méndez (PESKAMBOI)
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Proveedores: Cetol, Loma Negra, Ternium
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Localizado en el noreste de Misiones (Argentina), territorio de los municipios de Andresito y San Antonio, es una de las principales reservas naturales de la provincia. Posee una extensión de 84 mil hectáreas, que junto a las 65 mil que posee el Parque Nacional Iguazú, se convierten en el principal vestigio de lo que fuera el bosque atlántico; ya que, en los países limítrofes, Paraguay y Brasil, la misma ha sido sustituida por el avance de la frontera agrícola.
En el parque, debido a la pureza de su suelo y cursos hídricos, existe una rica biodiversidad donde habitan infinitas especies de flora y fauna. Ello posibilita las actividades de avistamiento y estudios de la flora y fauna de la selva paranaense, convirtiendo al parque en punto de destino, principalmente, del visitante científico (profesionales y personas afines a la biología y ciencias ambientales). Con el fin de diversificar el perfil del visitante, generar actividades de concientización y de protección del ambiente a un público mayoritario y, que la actividad turística genere recursos que hagan sostenible el cuidado de las instalaciones, el Estado Provincial encaró la puesta en valor de las instalaciones y la incorporación de nueva infraestructura de observación.
Toda esta obra se aloja en el área de uso intensivo del parque, donde están permitidas las actividades humanas. El sitio ya estaba contado. Patrimonio futuro de las nuevas generaciones, que quizás puedan reconfigurar la manera en la que consumimos los recursos del planeta, y de convivir entres seres humanos y no-humanos. En ese sentido, el proyecto se reduce a estrategias que se apoyan sobre la preexistencia construida y nuevas con criterios de reversibilidad. Un manto de piedra basáltica, sobre la huella de la calle terrada, estructura el espacio accesible al público, conectando edificios existentes con los nuevos.
El solado de piedra permite la firmeza al transitar, sin perder la permeabilidad del suelo; y, en el tiempo, se funde con el sotobosque del monte. Los dispositivos de avistamiento, amplificadores de paisaje, son materializados en madera de reforestación (pino taeda). Esta decisión posibilita que su construcción no requiera de mano de obra calificada, en una obra ubicada muy distante de los centros urbanos, ya que está resuelta con técnicas conocidas por los pobladores de la zona. Los elementos resueltos en hormigón armado responden a mayores solicitaciones estructurales: las crecidas del arroyo Uruzú y la altura, en el portal-mirador de acceso.
Sistema constructivo de tablas y tapajuntas (técnica ancestral de la zona), obras reversibles, infraestructura que se "tiñe" de monte con el paso del tiempo, consolidar y ocupar tanto huellas como vestigios existentes, responden a la reflexión de cómo plantar edificios más que a la de planificar espacios en el territorio. Desafío proyectual que depara el presente momento global para nuestra disciplina.
