Clásicos de Arquitectura: Casa de la Cultura / Alvar Aalto

Construida originalmente como sede del Partido Comunista Finlandés, la Casa de la Cultura (Kultuuritalo en finlandés) se estableció desde el momento de su creación como una de las salas de conciertos más populares de Helsinki [1]. Compuesta por un bloque de oficinas rectilíneo con terminaciones en cobre, un auditorio curvo de ladrillo y una larga marquesina vinculando a ambos, la Casa de la Cultura representa un momento culmine en la obra arquitectónica de Alvar Aalto desarrollada en ladrillo rojo durante la década de 1950.

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Cuando comenzaron los trabajos para diseñar la Casa de la Cultura en 1955, la oficina de Aalto estaba simultáneamente ocupada con una carga considerable de trabajo derivada de otros encargos. Muchos diseños se encontraban a la vez en la mesa de dibujo durante ese período, desde una casa-estudio en Helsinki hasta una gran sala de conciertos en Oulu [2]. También, se encontraban en etapa de construcción otros múltiples proyectos diseñados por la oficina, incluida la primera fase de la Universidad Pedagógica de Jyväskylä. Sin embargo, fue la Casa de la Cultura la que se convertiría luego en el diseño más memorable producido por Alvar Aalto en ese año [3].

© Wittenborn & Company

El diseño tripartito de la Casa de la Cultura es un reflejo de la diversidad programática que se pretendió llevar a cabo dentro de sus muros. El hecho de ser la sede de un partido político significaba que la instalación tendría que estar equipada tanto para asuntos administrativos y burocráticos diarios, como para eventos públicos especiales. Todo ello en concordancia a las ideologías políticas que iba a representar. Los dos elementos principales del programa surgieron como los dos componentes protagónicos del complejo, sirviendo el espacio entre ellos como plaza pública y área de recepción [4].

Cortesía de Flickr, usuario Wotjek Gurak

En el sector izquierdo de la plaza se encuentra el edificio ondulado de ladrillos que conforma el auditorio. La construcción de una morfología irregular a través de ladrillos requirió una amplia experimentación; una unidad en particular tenía que ser capaz de formar paredes cóncavas y convexas con radios variables [5]. Los ladrillos resultantes de estos estudios no fueron rectangulares sino abanicados, donde cada uno de ellos conformaría un pequeño segmento de un círculo. Las esquinas redondeadas no solo permitían una mayor facilidad de montaje sino que también producían un complejo juego de luces sobre la superficie de la fachada e incluso ayudaban a proteger las paredes contra posibles fracturas [6].

Cortesía de Flickr, usuario Josep Maria Torra

Aalto había hecho un uso extensivo del ladrillo rojo en sus proyectos anteriores, pero fue en la Casa de la Cultura donde experimentaría por primera vez su uso en una forma no ortogonal [7]. Más tarde, emplearía un tratamiento similar en otros dos proyectos: el Dormitorio Baker y el auditorio Otaniemi. Sin embargo, Aalto hizo poco uso de esta tipología en su carrera; después de la finalización de la Casa de la Cultura en 1958, Aalto se apartaría completamente del ladrillo y en su lugar, principalmente durante la década de 1960, comenzaría a trabajar con baldosas cerámicas y revestimientos de mármol [8].

© James Taylor-Foster

El ingreso de los visitantes al ala del auditorio se realiza a través de un vasto y amplio vestíbulo que sigue la morfología de la curva de los asientos. Tres tramos de escaleras suben y bajan del vestíbulo, con sus barandas de bronce brillando bajo el efecto de las fuentes lumínicas curvas localizadas en la parte superior. Aunque está pensado con el objetivo principal de ser una entrada dramática al auditorio, el vestíbulo no está únicamente relegado a este propósito: de hecho, la presencia de un quiosco de música le permite, además, servir adicionalmente como un salón social autónomo. Las baldosas rojas del piso emulan las de una plaza exterior, fortaleciendo y reforzando aún más la sensación de que el vestíbulo es un destino potencial en sí mismo, tanto como el auditorio al que sirve [9].

© Wittenborn & Company

El auditorio fue diseñado como un espacio amplio y asimétrico, mucho más extenso que profundo. Materializada a través de hormigón, madera y baldosas, la sala se pensó para darle una gran importancia al control de la acústica: los materiales se ensamblan en paneles especializados que reflejan o absorben el sonido, en función de las necesidades particulares de cada sector de la sala. Algunos paneles pueden incluso ser retirados o intercambiados en función del número de asistentes y del tipo de evento que se celebre, manteniendo al mismo tiempo la disposición, el diseño general y la estética que Aalto había previsto [10].

Los asientos del auditorio se dividen en varias subsecciones, cada una con su propia huella y calidad visual. El espacio de la orquesta previo al escenario es amplio y plano, lo que permite una configuración variable al igual que lo que sucede con los paneles acústicos a lo largo de las paredes. Los pasillos representan la división entre sí de cada una de las subzonas, de igual manera que lo hacen un par de columnas de hormigón con aletas elegantes situadas en la parte trasera de la sala. Esta subdivisión crea la sensación de que cada zona de asientos es un espacio en sí mismo, a pesar de estar unificadas en su enfoque sobre el escenario [11].

© James Taylor-Foster

De pie, refutando silenciosamente las curvas sinuosas e irregulares del auditorio, se encuentra el bloque administrativo. "Bloque" es un término apropiado para el ala de las oficinas firmemente rectilíneas. Esta, en contraposición a los ladrillos únicos que dan forma a su vecino, se encuentra revestida en cobre. La naturaleza formal relativamente austera del edificio es adecuada para su utilización en asuntos burocráticos, en oposición a las reuniones públicas celebradas en el auditorio, al otro lado de la plaza [12].

Aunque sus usuarios originales se han disuelto, la Casa de la Cultura continuó funcionando como la sala de conciertos preferida de Helsinki desde su finalización en 1958. Es, como anuncia su sitio web, un "magnífico edificio" que "irradia una atmósfera del pasado" [13]. Evidentemente, la edad no ha empañado el brillo original de la Casa de la Cultura; de hecho, el edificio sigue siendo una de las obras más emblemáticas de Aalto de la década de 1950.

Cortesía de Flickr, usuario Wotjek Gurak

Referencias

[1] Kulttuuritalo. “Salón de la Cultura de Helsinki: sede de todo tipo de eventos”. Kulttuuritalo.fi. http://www.kulttuuritalo.fi/en/homepage (consultado el 21 de febrero de 2016).
[2] Fleig, Karl. Alvar Aalto. New York: Wittenborn & Company, 1963. p17.
[3] Quantrill, Malcolm. Alvar Aalto : Un estudio crítico. Nueva York: New Amsterdam Books, 1983. p171-172.
[4] Trencher, Michael. La guía de Alvar Aalto . Nueva York: Princeton Architectural Press, 1996. p44.
[5] Fleig, p188.
[6] Trencher, p45.
[7] Quantrill, Alvar Aalto, p173.
[8] Quantrill, Malcolm. La Arquitectura Finlandesa y la Tradición Modernista. Londres: E & FN Spon, 1995. p119.
[9] Trencher, p45-46.
[10] Fleig, p188-189.
[11] Trencher, p46.
[12] Trencher, p44.
[13] “Salón de la Cultura de Helsinki: sede de todo tipo de eventos”.

Galería del Proyecto

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Ubicación de la obra

Dirección:Kulttuuritalo, 00101 Helsinki, Finland

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Sobre esta oficina
Cita: Fiederer, Luke. "Clásicos de Arquitectura: Casa de la Cultura / Alvar Aalto " [AD Classics: House of Culture / Alvar Aalto] 20 may 2019. ArchDaily México. (Trad. Maiztegui, Belén) Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/917344/clasicos-de-arquitectura-casa-de-la-cultura-alvar-aalto> ISSN 0719-8914

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