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Arquitectos: BABELstudio, Bonadona Arquitectura
- Área: 757 m²
- Año: 2021
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Fotografías:Biderbost Photo
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Proveedores: Aromas del Campo, Isist Atelier, Joquer, Ondarreta, Santa & Cole, Stua, nanimarquina
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Situado en una ladera entre el parque natural de Urkiola y la reserva de la biosfera de Urdaibai, el solar del proyecto se encuentra ligeramente apartado de un conjunto de caseríos históricos del Barrio Aldana, un núcleo de edificios catalogados. La reconstrucción del antiguo Caserío Azkarraga, diseñado por BABELstudio y Bonadona Arquitectura, da cabida a tres usos diferentes, aunque interrelacionados, en una parcela que anteriormente estaba ocupada por una casa de piedra de dos plantas. El edificio original, de mediados del siglo XIX, y su ampliación más reciente, de una sola planta, se encontraban en ruinas y solo se pudieron conservar los muros de mampostería perimetrales, de hasta un metro de profundidad. La estructura del tejado, así como los elementos estructurales internos, estaban derrumbados debido a que el edificio estuvo abandonado durante mucho tiempo.
Las limitaciones normativas obligaron a mantener la huella original del edificio, incluido el volumen anexo, pero permitieron modificaciones sustanciales en la altura del edificio, las aberturas de la fachada y la elección de materiales. Al tratarse de un edificio en ruinas y tener cierta libertad en cuanto al diseño y los materiales, el proyecto de "reconstrucción" presentaba la oportunidad de restaurar la tipología tradicional del lugar eliminando todos los elementos arquitectónicos conflictivos. El diseño del proyecto se presenta como una arquitectura contemporánea y minimalista que se integra en los aspectos formales y volumétricos de su contexto arquitectónico. El objetivo del proyecto era dar con una solución de diseño adecuada para la nueva casa de la propiedad, un chef que anteriormente tenía un restaurante de renombre en Bilbao, su mujer y socia y sus tres hijos pequeños. Junto con la vivienda, había que integrar en un volumen compacto su nuevo restaurante -La Revelía- dedicado a la cocina regional y a los productos locales y un agroturismo anexo. Tres profundos recortes en la fachada de la volumetría abstracta del nuevo edificio manifiestan los accesos a cada uso.
Un generoso espacio abierto de doble altura acoge la zona de día compuesta de una cocina abierta junto a un comedor y una zona de estar. Tres aberturas de gran formato con puertas correderas integradas en la fachada permiten una continuidad espacial del interior y el exterior. La zona de noche, que alberga la suite principal con dormitorio y baño, y otros dos dormitorios individuales, se sitúa en el volumen anexo. Cada unidad tiene acceso directo al jardín circundante. Como en el proceso de diseño se decidió mantener este volumen adosado de cubierta plana, se ha logrado una terraza que proporciona una amplia zona exterior al agroturismo de la segunda planta. En el centro de la planta baja se encuentra una zona de spa con piscina y sauna, que, junto con el muro de hormigón estructural, actúa como bisagra entre el uso de vivienda y el de restaurante. En el restaurante, dos aberturas adicionales de gran tamaño en la esquina suroeste proporcionan la transición fluida entre el comedor interior y la naturaleza circundante, donde se encuentra un huerto para uso directo del restaurante. En contraste con la parte residencial, el interior se diseña en tonos oscuros, con paredes con revestimientos en negro y suelos de terrazo continuo, consiguiendo que las grandes aberturas enmarquen el paisaje como un lienzo. La cocina del restaurante está diseñada como una parte integrada en el comedor, separada por un cierre transparente de marco de acero y vidrio sobre una base de mármol, haciendo que la elaboración de los platos servidos sea visible y forme parte de la experiencia.