Para 2030, el 70% de la población china vivirá en ciudades, es decir, 1.000 millones de habitantes. Esta futura demanda por suelo urbano en ciudades ya altamente densificadas estimula a los gobiernos locales e inversionistas a negociar la venta de terrenos con vecinos de barrios deteriorados y/o de baja altura para levantar sendos rascacielos que den abasto a esta gran demanda interna. No obstante, este ciclo de negociación, compra, demolición, construcción y comercialización ha encontrado resistencia de propietarios que se niegan a aceptar las indemnizaciones ofrecidas, mientras las construcciones avanzan sin contemplaciones.
A estas viviendas se les conoce como las casas clavos (钉子户, Dīngzi hù) y a continuación, presentamos ejemplos de vecinos que se resisten a la expulsión inmobiliaria y gubernamental mientras carreteras, rascacielos, oficinas y centros comerciales se construyen en su jardín.