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Arquitectos: Jacobsen Arquitetura
- Área: 1296 m²
- Año: 2024


La diplomacia cultural se refiere al uso de la expresión cultural y el intercambio creativo para fomentar el entendimiento y construir relaciones entre naciones. En este contexto, la arquitectura ha desempeñado durante mucho tiempo un papel distintivo. Más allá de sus dimensiones funcionales y estéticas, sirve como un medio de comunicación, un lenguaje a través del cual los países expresan identidad, valores y ambición en el escenario global.
La arquitectura opera como una forma de poder blando — persuasiva más que coercitiva — permitiendo a las naciones proyectar influencia a través de una presencia material. Desde embajadas modernas en la era de la posguerra hasta pabellones monumentales en exposiciones mundiales, los gobiernos e instituciones han reconocido el potencial del entorno construido para moldear la percepción. Al encargar a arquitectos/as prominentes y adoptar lenguajes de diseño específicos, los países han utilizado la arquitectura para señalar modernidad, tradición, innovación o estabilidad.


Nicolás Valencia conversa con la arquitecta francesa Léa Namer, autora de Chacarita Moderna, la necrópolis brutalista de Buenos Aires, donde investiga sobre el Sexto Panteón en la capital argentina y la historia de su olvidada autora, Ítala Fulvia Villa.


Los suelos que pisamos están compuestos por capas de historia enterradas a través del tiempo: infraestructuras, vegetación, animales y seres humanos que habitaron los territorios conforman la colección de capas sedimentadas, depósitos históricos, que se combinan con capas geológicas de tiempos profundos. Esta interrelación entre lo artificial y lo geológico es especialmente evidente en las infraestructuras olvidadas enterradas bajo nuestras ciudades. ¿Cómo podemos desenterrar tanto la memoria como la evidencia material de ellos? ¿Y qué nos dice esto sobre lo que hemos olvidado colectivamente?





Foster + Partners ha completado el Aeropuerto Internacional Techo en Phnom Penh, Camboya, marcando un nuevo capítulo en la visión del país para el crecimiento sostenible y la mejora de la conectividad regional. Situado a 20 kilómetros al sur del centro de la ciudad, el edificio de la terminal del aeropuerto abarca 235.500 metros cuadrados y constituye la pieza central de un plan maestro de 24 kilómetros cuadrados. Inspirándose en la arquitectura vernácula de Camboya y el paisaje tropical, el diseño integra referencias culturales y una respuesta ambiental para crear una entrada contemporánea pero contextualizada para el viaje internacional. La primera fase, que incluye el módulo principal y el muelle norte, abrió al público en 2025, mientras que el muelle sur está programado para completarse en 2030.
