Es incuestionable que los entornos influyen directamente en el comportamiento y las emociones de sus usuarios. Se estima que los seres humanos pasan aproximadamente el 90% de su vida en espacios interiores, por lo que es muy importante que estos favorezcan positivamente nuestra capacidad cerebral, o que al menos no vayan en su contra. Existe un término específico para relacionar los estímulos que recibe el cerebro según su entorno: la neuroarquitectura. Se han publicado varios estudios sobre este tema, la mayoría centrados en su impacto en los entornos de trabajo. Este artículo pretende abordar este concepto desde sus puntos más esenciales, enfatizando su importancia en el diseño de espacios para niños en la primera infancia.
Collage realizado con fotografías de Matias Romero y Raquel Aviani / Secom UnB. (bajo licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 2.0 Generic y Creative Commons Attribution 2.0 Generic) a través de Wikimedia Commons
¿Qué sería de todo el entorno construido sin sus usuarios? Esta pregunta puede facilitar la comprensión de que la arquitectura y el urbanismo no sólo se conforman por el espacio físico, sino que, por el contrario, se vuelven relevantes con el movimiento, así como con los vínculos humanos y no humanos que, junto con los trazos arquitectónicos que conforman el paisaje urbano, provocan sensaciones que cada individuo experimenta de forma única.
Los arquitectos no hacen edificios. Los arquitectos hacen planos y modelos de edificios. Pero, por supuesto, alguien tiene que llevarlos a la realidad. La industria de la construcción es uno de los sectores económicos más grandes y todos interactuamos cotidianamente con el entorno construido, pero el trabajo de llevar un proyecto desde el dibujo a la vida real apenas ha evolucionado a lo largo de las décadas. Si bien el resto del mundo se ha mudado a la Industria 4.0, el sector de la construcción no ha seguido el mismo ritmo. La arquitectura, sin embargo, ha comenzado a adoptar algo de la digitalización. Después de todo, son muy pocos los que siguen trabajando con papel diamante sobre mesas de dibujo. Entonces, considerando el vínculo eterno entre la arquitectura y la industria de la construcción, ¿aprenderá este último algunos nuevos trucos tecnológicos por asociación? Y cuando lo haga, ¿cómo cambiará eso el rol del arquitecto?
Con la mayor parte del mundo viviendo en ciudades y pueblos en crecimiento, las personas tienden a pasar la mayor parte de su tiempo en espacios interiores. Cuando no estamos en casa, estamos trabajando, aprendiendo o incluso participando en actividades de esparcimiento en entornos cerrados. Sumando todo, pasamos el 90% de nuestro tiempo en el interior. Por lo tanto, es esencial garantizar una calidad ambiental interior cómoda, productiva y saludable, siguiendo parámetros bien regulados y prácticas de diseño que consideren la temperatura, la iluminación, la contaminación acústica, la ventilación adecuada y la calidad del aire que respiramos. Esto último es especialmente importante, ya que, al contrario de lo que podríamos pensar, la contaminación del aire es mucho mayor en interiores que en exteriores.
Mar del Plata es una ciudad balnearia ubicada en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, sobre las costas del mar argentino. Es considerada la segunda urbe de turismo más importante del país (tras Buenos Aires), y en época de verano su población puede aumentar en alrededor de un 300%, por lo que la ciudad cuenta con una gran cantidad de residencias de alquiler e infraestructura hotelera. Comprendiendo el valor de la pluralidad de los estilos que dan forma a Mar del Plata y celebrando la mixtura urbana, la productora audiovisual Obralinda ha creado el proyecto Arqmardelplata, una bitácora visual o recopilación forográfica donde nos invitan a redescubrir el heterogéneo universo arquitectónico de la ciudad, intentando detectar las constantes y variables que definen el acervo arquitectónico marplatense mediante el registro y la difusión de diversas construcciones que van desde lo patrimonial y lo consagrado hasta lo doméstico, lo vernáculo y lo anónimo.
La Arquitectura no se alimenta de sí misma. A diferencia de la pintura de Francisco de Goya, Saturno devorando a su Hijo, para la Arquitectura existen otras artes, ciencias y tecnologías de donde nutrirse, antes de recurrir a su propia especie. Sin estos otros afluentes fundamentales, ella no podría existir. Su riqueza es directamente proporcional, a la presencia de estos argumentos coadyuvantes.
Desde sus orígenes, la Arquitectura ha tenido una estrecha relación con la medida. Una obsesión, que es el traspaso entre el arte creativo y la técnica constructiva. Arte y técnica, unidos por la medida. Primero fue el cuerpo, luego fueron elementos proporcionales y normativos y finalmente son complejas métricas de variada índole. Históricamente, los tratados de Vitruvio, Leonardo da Vinci y León Battista Alberti, nos enseñaron relaciones matemáticas entre el arte y la naturaleza, como base fundamental de la Arquitectura.
https://www.archdaily.mx/mx/942958/la-nueva-metrica-reflexiones-sobre-normas-y-medidas-en-epocas-de-distanciamiento-socialManuel Amaya D.
La tercera generación de la oficina bogotana Bermudez Arquitectos conversaron con ArchDaily durante la cuarentena, dialogando sobre diversos temas de la práctica, de su aporte en la academia y los desafíos de trabajar en un estudio con legado familiar. A continuación podrás profundizar en la transcripción del Instagram live.
En ArchDaily siempre ha sido muy importante acercarnos con los y las arquitectas en conversaciones que develan formas de trabajar, historias y reflexiones –tanto personales como colectivas con el equipo de trabajo que conforman, así como con el gremio con el que se relacionan– para llevar conocimiento no solo a los profesionales que construyen el mundo que habitamos, sino también para que las futuras generaciones tengan acceso a todas estas herramientas y experiencias al momento de salir al campo laboral, siempre teniendo un ojo crítico frente al hacer arquitectónico.