El ingreso de luz natural, la mejora de las condiciones de ventilación y la posibilidad de potenciar la conexión con la naturaleza sin que esto implique una pérdida de la privacidad, han generado que los patios internos se transformen en elementos adoptados e incorporados con frecuencia en muchos planteos arquitectónicos.
Los patios interiores se caracterizan por ser zonas descubiertas o semicubiertas, localizadas en el interior de los edificios y con sus perímetros delimitados por paredes, galerías u otros elementos. Estos espacios, exteriores pero contenidos, cumplen en muchos casos un rol crucial en la configuración y organización de la planta de los proyectos y, en algunos casos, representan el único punto de conexión de los usuarios con el exterior.