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Arquitectos: NEBR Arquitetura
- Área: 330000 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Felipe Petrovsky

Descripción enviada por el equipo del proyecto. Entre las densas capas del Bosque Atlántico, en el corazón de Aldeia, se revela un puente. Diferente de los proyectos en los que NEBR Arquitectura suele abrirse al horizonte, aquí la travesía no busca lo infinito, sino lo íntimo. Se proyecta hacia el interior del bosque, penetrando en el verde como quien busca un refugio, un reencuentro consigo mismo.

El gesto arquitectónico nace de una premisa ancestral: el ser humano en su relación primordial con la naturaleza. En los primeros tiempos, el refugio, el camino y la luz eran extensiones del propio cuerpo; ahora, reinterpretados, se convierten en un espacio para la contemplación. Los senderos de Aldeia no solo conectan las orillas, sino que también restablecen los vínculos entre el hombre y el misterioso silencio del bosque.

Su estructura es ligera pero llena de significado. El diseño en madera soporta una pérgola que se despliega en una trama, convirtiéndose en un lugar de encuentro. Allí, el espacio se abre para la convivencia, pero también para el recogimiento, como si cada paso pudiera revelar tanto la presencia del otro como la presencia de uno mismo.

La iluminación, calculada con precisión técnica, va más allá de la función: revela y oculta, atrae y preserva. Como luciérnagas suspendidas en el aire, las luces marcan el camino y mantienen vivo el enigma del bosque. Una claridad de luz, sí, pero jamás una ruptura de la sombra.


Así, este puente no es solo un paso. Es metáfora y lugar. Es estructura y poesía. Es respeto a la naturaleza y invitación a la introspección. Un gesto arquitectónico que, en lugar de dominar, se curva y se funde con aquello que la selva siempre fue: refugio, misterio y esencia.


















