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Arquitectos: RAD+ar (Research Artistic Design + architecture)
- Área: 1000 m²
- Año: 2024
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Fotografías:William Sutanto
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La misión de Coconut Wellness Garden fue crear un centro de yoga único que despertara sensaciones y experiencias, al tiempo que cumpliera con los principios de uso equitativo. El sitio destaca por su paleta de materiales serena y natural, caracterizada por la simplicidad y la elegancia de las técnicas constructivas minimalistas. Para brindar a los usuarios una experiencia táctil inolvidable, se emplearon materiales que reflejan la estética y la atmósfera de la isla —como tierra apisonada in situ reforzada, madera y piedra caliza natural de origen local— utilizados de maneras no convencionales para complementar la belleza serena del paisaje existente.
Ubicado en una isla privada en Karimun Jawa, el jardín está diseñado como un destino prístino que prioriza la autenticidad de los espacios moldeados por la naturaleza por encima de cualquier arquitectura intensamente construida. La isla ofrecerá más adelante una amplia gama de servicios de alta calidad, convirtiéndola en un lugar ideal para la relajación y la renovación. El jardín de yoga es una de las amenidades que realza el paisaje natural, donde la luz solar crea un constante juego de sombras sobre las superficies de piedra natural cuidadosamente elaboradas.
Desde el exterior, el juego de luz y sombra sobre el edificio circular crea una experiencia matizada, uniforme y en constante cambio para los visitantes. Las formas fluidas de los muros interiores y exteriores respondieron a la presencia distintivamente orgánica y heterogénea de los cocoteros existentes en el lugar. Una disposición relajada de los tabiques interiores envuelve y disimula todas las irregularidades, conformando un espacio fluido que se conecta de manera continua con la naturaleza. Los muros de tierra apisonada reforzada con piedra caliza se prolongan físicamente hacia el exterior y dividen ópticamente el jardín en cuatro secciones: la plaza de yoga, el área de gimnasio, el aula interior de buceo y la terraza para contemplar el atardecer.
El plano circular, centralmente asimétrico pero simétrico en su conjunto, se adapta perfectamente al espacio de meditación. La circulación de los visitantes es un aspecto clave en la organización interna del pabellón de bienestar. Es fundamental garantizar un recorrido lógicamente dispuesto para evitar cruces o desvíos innecesarios. El proyecto presenta un plano casi circular, conformado por muros ondulantes inscritos que generan un círculo de 30 metros de diámetro. La periferia de este círculo inscrito funciona como ruta de circulación para los visitantes. Esta estrategia de diseño permite crear privacidad sin sacrificar la conexión con el entorno exterior. Los muros interiores se transforman en una configuración inclinada de asientos para acoger a un público numeroso durante conferencias o actividades de bienestar, si es necesario.
Inspirado en la sabiduría constructiva tradicional, el proyecto utiliza árboles locales para crear columnas apiladas de gran sección que sostienen un voladizo diagonal de techo de 8 metros. Estas columnas se disponen tanto vertical como horizontalmente para asegurar las vigas secundarias de madera más pequeñas. Revestido con tejas de madera en el techo y con un cielo raso de ratán, el techo ovalado flotante se inclina hacia el este, permitiendo que la luz natural de la mañana ilumine el espacio donde yoguis y buceadores inician su día.
El concepto sostenible inherente a la construcción tradicional en madera es especialmente destacable. Dado que el sitio se ubica en una isla privada, resulta fundamental minimizar el uso de materiales importados transportados por barco, ya que esto implicaría una alta huella de carbono. Este principio se materializa en la idea de una arquitectura que actúa simultáneamente como mobiliario y estructura. Un ejemplo ilustrativo es el uso de tierra y piedra locales para conformar los muros, junto con madera de coco tratada que sirve como base independiente para la estructura del techo. Estas construcciones emplean entramados de madera local como sistema estructural, donde las columnas se tallan con ensambles tipo mortaja para insertar pequeñas vigas de madera, sobre las cuales se colocan los paneles divisorios. Esta práctica refleja la sabiduría constructiva local y sintoniza con una ética de conservación de recursos. No solo ahorra materiales y espacio, sino que además integra estructura, mobiliario y espacio en un conjunto coherente.
