
-
Arquitectos: Altura Arquitectes
- Área: 638 m²
- Año: 2018
-
Fotografías:Pol Viladoms

Descripción enviada por el equipo del proyecto. La nueva Cabaña Illa se encuentra a una altitud de 2.488 metros, en el idílico entorno de los Pirineos andorranos: un lugar de extraordinaria belleza, fruto de la interacción entre las personas y la naturaleza. El proyecto consistió en la rehabilitación integral y ampliación del refugio existente, construido originalmente en la década de 1930 y caracterizado por su singular aspecto marcado por el paso del tiempo.

Uno de los principales desafíos del proyecto fue trabajar en un entorno protegido y sensible, parte del Patrimonio Cultural Mundial de la UNESCO. El equipo también tuvo que enfrentarse a condiciones climáticas extremas que limitaron la construcción a los meses de verano, la inaccesibilidad del sitio por carretera y la necesidad de una completa autosuficiencia energética.



Estos desafíos se convirtieron en oportunidades a través de decisiones de diseño estratégicas que se convirtieron en características definitorias del proyecto. Utilizar el edificio existente como base estructural minimizó tanto los costos de construcción como la generación de desechos en esta ubicación ambientalmente frágil.

Una estructura de marco de madera proporciona calidez y comodidad a los interiores, mientras ofrece una estética moderna. Su diseño aprovecha al máximo el espacio y la geometría del techo para deshacerse de las cargas pesadas de nieve durante el invierno y optimizar la ganancia solar a través de paneles fotovoltaicos.

Debido a la ubicación remota del sitio —accesible solo por helicóptero— se eligieron materiales ligeros y prefabricados. La mayoría de los elementos interiores fueron prefabricados en un taller y ensamblados en el sitio. Como resultado, el edificio pesa aproximadamente un tercio de una estructura convencional de características similares, y el tiempo total de construcción fue de solo seis meses.

El edificio opera completamente fuera de la red. Uno de los objetivos del proyecto fue asegurar al menos cuatro días de autonomía energética completa. Para lograr esto, el programa se dividió entre las nuevas y existentes estructuras: el nuevo edificio alberga las áreas que requieren acondicionamiento térmico, mientras que el existente acomoda funciones relacionadas con el servicio. La autosuficiencia energética se asegura a través de sistemas solares y fotovoltaicos, un sistema autónomo de tratamiento de agua que utiliza filtros de coco que permite el regreso seguro del agua al medio ambiente, y un sistema de ventilación controlada que minimiza el intercambio directo de aire con el frío extremo exterior.



El resultado es un refugio de montaña contemporáneo que responde tanto a la evolución de su contexto natural como a la creciente demanda de actividades montañesas en los Pirineos. El edificio una vez deteriorado ha sido transformado en un refugio moderno — ahora el cuarto más alto en los Pirineos — diseñado para albergar tanto a excursionistas como a cuidadores en un ambiente cómodo y acogedor, completamente equipado para disfrutar de este paisaje único y privilegiado.





















