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Arquitectos: tactic-a
- Área: 144 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Jorge Succar
¿Cómo materializar un sanitario que responda realmente a las condiciones de nuestras ciudades, a nuestros hábitos cotidianos y a nuestras formas de habitar el espacio público?
Si entendemos los parques —y especialmente aquellos de escala metropolitana— como grandes condensadores sociales, reconocemos en ellos el potencial de equilibrar el acceso al ocio, al espacio común y a la naturaleza. Son territorios donde se diluyen jerarquías, donde la ciudad se vuelve más horizontal y accesible. En ese sentido, los sanitarios dejan de ser un equipamiento secundario para convertirse en una infraestructura esencial: el punto donde la idea de ciudad puede materializarse como un derecho, como una experiencia tangible de cuidado colectivo.
El proyecto se concibió a partir de tres objetivos claros y complementarios: accesibilidad, entendida como la posibilidad real de ampliar el espectro de usuarios y promover inclusión, higiene y confort ambiental sin distinción; eficiencia operativa, orientada a garantizar limpieza cotidiana, durabilidad y mantenimiento simple, bajo una lógica de uso intensivo y desgaste inevitable; y sistema modular, capaz de repetirse estratégicamente en distintos puntos del parque, construyendo identidad a través de un lenguaje coherente y reconocible en el territorio.
El resultado es un dispositivo neutro pero significativo, una arquitectura silenciosa que no busca imponerse, sino arraigarse. Una pieza que aspira a dignificar lo cotidiano y a resistir el paso del tiempo con una presencia sobria, robusta y resiliente.
El sanitario se configura como una caja de concreto incrustada entre la vegetación —acacias, prosopis y arbustivas de la región—, estableciendo un diálogo directo con el paisaje inmediato. Dos bloques se separan mediante un vestíbulo central que integra lavamanos y espejo, favoreciendo el control visual y social del espacio. Entre el muro y la cubierta, una franja perforada permite la ventilación cruzada y la entrada de luz natural, reforzando la sensación de apertura y seguridad.
Más que resolver una necesidad básica, el proyecto propone una reflexión sobre la infraestructura pública como un gesto de dignidad. Un ejercicio de escala mínima, pero de máxima intención: construir desde lo elemental una arquitectura que haga visible la posibilidad de una ciudad más justa, más habitable y más humana.
