Arquitectos: Alejandro Piñol, Germán Ramírez, Miguel Torres, Carlos Meza Ubicación: Villanueva, Casanare, Colombia Diseño: 2006 Construcción: 2007 Superficie Construcción: 1,500 m2 Fotografía: Nicolás Cabrera
Si un edificio sostenible se entiende, como el resultado de la aplicación de materiales locales, mano de obra local, bajo presupuesto, adaptación climática y prevención del mantenimiento futuro, la Biblioteca Pública para la ciudad (tropical) de Villanueva en Colombia, se puede entender como tal. Antes que el proyecto se tuviera que enfrentar a estas realidades, intuitivamente se partió de una propuesta urbana espacialmente fuerte, presentada bajo una solución técnica artesanal y simple.
Programa El edificio consiste en dos diferentes volúmenes compactos, uno que alberga la biblioteca pública en la primera planta y usos (teatro, biblioteca infantil, oficinas administrativas, espacios de trabajo y baños) complementarios en la planta baja, mientras que el otro volumen acoge un plaza-corredor pública.
Materiales Cada uno de los volúmenes está construido de diferente manera y con materiales distintos, uno en bloques de piedra (tomados de una rivera vecina) y el otro de madera de pino (tomada de un bosque ecológicamente plantado). En su interior, cinco cajas metálicas entramadas entre sí agrupan el programa creando un conjunto permeable, permitiendo el paso del aire, en el cual se puede apreciar tanto la piedra como la madera.
La imagen exterior proyecta un edifico monumental debido a la escala del contexto, pero al mismo tiempo un objeto sencillo, un homenaje a los objetos artesanales de uso cotidiano, en pocas palabras un edificio moderno mínimamente tropicalizado construido por y desde el lugar.
El experimento está demostrando que si se escucha el contexto y se reinventa sin recurrir a formas arquitectónicas “espectaculares”, el proyecto se convierte en un catalizador social, y hasta el momento está siendo reconocido así por sus habitantes: como un autentico proyecto cultural más que una biblioteca, o incluso, una verdadera biblioteca.
El proceso constructivo llamó la atención de la población dentro de la cual se encontraban algunos ex-guerrilleros, los cuales tuvieron la oportunidad de trabajar como civiles “reinsertados”. Esto nos condujo a facilitar las técnicas constructivas, facilitando la colaboración, reinventando el significado de lo social tanto en el resultado como en el proceso. Ha sido necesario improvisar cursos de capacitación dentro de la obra a los cuales acudía gente continuamente para ofrecer su trabajo: “quilt strategy”.