Parques Mineros, Ecomuseos y Geoparques: Estrategias de puesta en valor / Editorial Stoq

La nueva publicación de la Editorial Stoq, "Parques Mineros" corresponde al tercero de una serie de libros publicados por la Red Reutilización Sostenible del Espacio Minero - REUSE, el cual reúne a un grupo interdisciplinario de investigadores patrocinados por el programa de cooperación Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED).

Manteniendo el foco central en la problemática de la utilización posterior del espacio minero tras el cese temporal o definitivo de la actividad extractiva, en este tercer libro la mirada se centra  en particular en las oportunidades y los posibles proyectos - implementados o en fase de proyecto -  para una puesta en valor de estos territorios con un sentido cultural y patrimonial. 

A continuación Joaquín Sabaté Bel nos habla sobre cómo preservar a través de la transformación: paisajes culturales de la minería.

El libro se organiza en cuatro partes;  en la primera con un enfoque monográfico y analítico los autores presentan casos de construcción de territorios a partir de la actividad minera en Chile y Brasil.  En la segunda parte se presentan metodologías e indicadores orientados a facilitar la incorporación del paradigma de la reutilización en la minería.  En la tercera parte se presentan diversas iniciativas de manejo o propiamente proyectos de ecomuseos o geoparques en Argentina, Ecuador, España, Bolivia y Perú.  Finalmente en la cuarta parte se discuten propuestas de recuperación ambiental aplicadas al paisaje post-minero en Bolivia y Colombia, y de recuperación arquitectónica al parque residencial minero en España.

Cortesía de STOQ

El texto recopila y sintetiza trabajos presentados en las “Jornadas de patrimonio post-minero”, realizadas en La Paz y Pulacayo, Bolivia, los días 9, 10 y 11 de octubre de 2014; y las “Jornadas de patrimonio industrial minero y desarrollo local”, realizadas en Guayaquil y Ancón, Ecuador los días 27, 28 y 29 de noviembre del mismo año. 

Cortesía de STOQ

La preservación a través de la transformación: paisajes culturales de la minería.

POR: Joaquín Sabaté Bel 

Cabe destacar el especial interés de esta nueva iniciativa de los profesores María Isabel López y Leonel Pérez de Bustamante. Se trata de una aportación más, en una corta, pero intensa y fecunda trayectoria en defensa de la preservación de los recursos patrimoniales de Chile.

¡Pero no tan solo, y es importante remarcarlo!

Muchas de sus investigaciones y propuestas en este campo, van un paso más allá de reclamar la mera preservación de aquellos recursos, y defienden articularlos para su puesta en valor, para impulsar en definitiva la construcción de una sociedad mejor, en tanto que respetuosa con su memoria, con el legado del esfuerzo de generaciones previas.

Cortesía de STOQ

Creo que se trata de una publicación valiosa y bien oportuna, por diversas razones.

La primera tiene que ver con algo que suelo explicar a mis estudiantes de doctorado en los seminarios sobre paisajes culturales, para recalcar la importancia creciente que van adquiriendo, y que seguramente Leonel escuchó unos años atrás en las aulas de la Escuela de Arquitectura de Barcelona.

Cortesía de STOQ

Les digo que la mayor parte de los planes urbanísticos del siglo XX se ocupan fundamentalmente de dos temas: dinámica poblacional y desarrollo económico. Afrontan el problema de la vivienda social proyectando complejos residenciales (polígonos, grands ensembles, housing estates...) y ordenan ámbitos para acoger adecuadamente actividades productivas (polígonos industriales). Y para conseguirlo aquellos planes utilizan la zonificación y las infraestructuras como instrumentos básicos.

Pero del protagonismo casi exclusivo de estos dos temas, avanzamos hoy hacia un nuevo paradigma. En este siglo XXI muchos de los planes y proyectos de mayor interés y carácter innovador priorizan un nuevo binomio: naturaleza y cultura; naturaleza y cultura como partes de un mismo concepto: patrimonio. En este sentido los paisajes culturales constituyen un vehículo para construir entornos más diversos y cargados de identidad, y el libro que el lector tiene en las manos ilustra bien este argumento, centrado en una tipología específica, los paisajes mineros.

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Resulta bien pertinente destacar el valor de tantos ámbitos mineros. No en vano, los primeros paisajes culturales se convierten en parques patrimoniales hace apenas cuarenta años, tenemos el National Coal Heritage Park (1972), en Estados Unidos, e Ironbridge Gorge (1973), en Inglaterra, reconocido además como Patrimonio de la Humanidad en 1986. También lo fue Sewell en 2006.

Lo es mucho más en Chile, donde contamos no tan solo con espectaculares paisajes de la minería, sino con testimonios relevantes de esta preocupación por los paisajes culturales, y, en particular de los mineros. Hay que citar en primer lugar los trabajos seminales del profesor Eugenio Garcés, desde su tesis doctoral sobre los paisajes del salitre1, a los posteriores libros sobre aquella pionera y rigurosa investigación, sobre Sewell y sobre Tierra del Fuego2. Entre otros antecedentes cabe citar asimismo la tesis doctoral de Leonel Pérez sobre el paisaje cultural de Lota Alto3, que tuve el placer de dirigir y varias investigaciones posteriores, sobre el turismo y el patrimonio minero; los poblados mineros patagónicos; la minería del carbón en Lebu o la reutilización sostenible del espacio minero4.

Otra razón del interés de este libro tiene que ver precisamente con la postura a adoptar frente al patrimonio heredado.

En diversas ocasiones nos preguntamos por qué nos apasionan estos temas y disfrutamos charlando sobre ello. Seguramente existen respuestas bien diversas y absolutamente legítimas. Les confieso mis razones, que sin duda comparto con Leonel Pérez. Nuestra formación, pero más aún, nuestra vocación, es de arquitecto urbanista. Por eso nuestro interés no estriba tan solo reivindicar el valor del legado patrimonial, y en reclamar su preservación. Para ello existen profesionales preparados: historiadores del arte, antropólogos, geógrafos, arqueólogos, museólogos y tantos otros.

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Nuestro deber como urbanistas comprometidos con el bienestar de las personas y de los territorios donde estas personas moran, es poner en valor los recursos que atesoran los paisajes culturales al servicio del desarrollo local, de la mejora de la educación y de la calidad de vida de los habitantes. Nuestro compromiso, nuestro empeño, es ayudar a convertirlos en lugares donde aquellos paisanos puedan vivir con mayor dignidad.

El libro expresa en cierta medida esta preocupación. Lo hace al complementar patrimonio minero con la condición de sustentabilidad. También al insistir en las propuestas y experiencias de reutilización, enfatiza esta perspectiva, que de manera elocuente y sintética, hemos denominado con los amigos holandeses, con los que compartimos esta pasión, la “preservación a través de la transformación”.

Creo que este libro esta escrito desde el convencimiento, que defiendo desde hace años, de que los paisajes culturales están llamados a jugar un papel relevante en el futuro, porque constituyen la expresión de la memoria, de la identidad de un territorio, que se puede ir enriqueciendo sucesivamente. No se trata por tanto de defender a capa y espada el mantenimiento de un legado patrimonial, sino, tal y como nos muestran estas páginas, de analizar minuciosamente el proceso de construcción de cada territorio y sus características. Frente a la banalización de tantos paisajes, se trata de intervenir en ellos con respeto, y a partir de ese reconocimiento riguroso, de hacerlo valorando su código genético y su memoria.

Seguramente comparto esta convicción con varios de los autores de este libro, de que “en el código genético de cada paisaje esta su alternativa”. Y que para intervenir en él debemos conocerlo y respetarlo.

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Esto es en definitiva lo que creo que nos proponen los autores de este libro.

En el primero de los capítulos, Leonel Pérez y Felipe Sanhueza analizan fuentes documentales y antecedentes históricos para reconocer, minuciosa y rigurosamente, el proceso de construcción de Curanilahue, y las huellas del trabajo en el mismo, lo que denomino su código genético.

A continuación Flavio Carsalade, Fabiana Araújo, Jeanne Crespo, Fernanda Borges y Fabiana Borges, demuestran asimismo la importancia de escudriñar la historia para entender el presente y construir un futuro que afronte las tensiones que se producen entre minería y desarrollo urbano, en un territorio tan extraordinariamente caracterizado por esta actividad, como Minas Gerais.

María Isabel López y Gonzalo Cerda reivindican los aportes de un grupo habitacional en Lota Bajo, uno de los campamentos carboníferos más relevantes de América Latina. Es un territorio ampliamente estudiado, en particular por uno de los editores de este libro, que le dedico una extraordinaria tesis doctoral. En este caso se defiende la singularidad de un proyecto que introduce patrones de modernidad, mejora las condiciones de vida del trabajador, y, lo más destacable, contribuye a construir tejido urbano.

Un segundo grupo de textos discute metodologías e instrumentos de análisis de los territorios mineros. Así José Enrique Sánchez y Juan Pablo Ferreira abordan un tema relativamente especializado, la evolución del valor de los sitios mineros y su potencial impacto en el desarrollo local. En un segundo artículo desarrollan una prolija metodología para la valoración y calificación de uso de un sitio minero, mediante algoritmos de calificación y tablas de parámetros de usos posibles.

Un tercer grupo de textos aborda una perspectiva marcadamente operativa, al analizar planes de manejo, eco-museos y geo-parques.

Guillermina Fernández, Aldo Ramos, Susana Ricci, Raúl Castronovo y Silvia Valenzuela arriesgan una propuesta de eco-museo en Tandil, al objeto de recuperar y valorizar una cantera de granito hoy ya cerrada. Lo hacen discutiendo detalladamente una clara metodología de análisis del valor del legado minero y de impulso de procesos de regeneración territorial, mediante estrategias de desarrollo local, y, en particular, a través de un eco-museo, donde recomiendan equilibrar los requerimientos de paisanos y visitantes. En un artículo posterior plantean una interesante discusión sobre la relación entre patrimonio minero, participación, turismo y desarrollo local, y la aplican al enclave minero de Sierras Bayas, también en Argentina.

Griselda Herrera, K. Erazo, Paul Carrión y A. Álvarez reivindican el reconocimiento como Patrimonio Cultural del Estado de Ancón, una de las ciudades más importantes de Ecuador, basándose en el potencial que presenta su geo-diversidad y patrimonio minero petrolero. Lo hacen proponiendo asimismo un geo-parque.

Antonio Pizarro defiende una intervención desde la sociedad civil como alternativa a los planes oficiales de reconversión de la actividad minera en la comarca de Andorra. Defiende precisamente poner en valor los viejos espacios mineros y dedicarlos a otros usos, lúdicos, divulgativos y turísticos, pero asimismo pedagógicos, mediante recursos didácticos (publicaciones, guías, talleres) para trasmitir la tecnología minera; y la investigación, recuperando la memoria histórica.

Josep María Mata, Ferran Climent y Jaume Vilaltella afrontan la ordenación territorial de un territorio dedicado antaño a la explotación del carbón, hoy abandonado, pero que ha dejado tras siglo y medio de actividad, un importante patrimonio minero y geológico y una gran geo-diversidad.

Proponen para ello la creación de una figura singular, un parque minero articulado a lo largo de una cuenca a través del camino de sirga. En un segundo artículo hacen un repaso de un valioso instrumento de puesta en valor del patrimonio geológico-minero y de impulso desarrollo al rural en áreas deprimidas tras el cierre de las minas, los museos mineros en España y Portugal. La primera constatación es realmente sorprendente, la existencia de más de un centenar de ellos, en una proliferación que los autores consideran excesiva. Es una lástima que en ese somero inventario desconsideren, por no ser “específicamente mineros”, aquellos que son de largo los más visitados, pues seguramente encierran lecciones a tener presentes.

Enrique Orche, María Pilar Amaré y María Pilar Orche nos descubren detalladamente la apasionante y aleccionadora historia de un caso paradigmático, un poblado minero, una pequeña company-town que alcanza un notable auge con la explotación del wolframio, y, tras un periodo de decadencia y cierre, es rehabilitada con éxito. Estos mismos autores explican a continuación un Plan de Manejo que han elaborado para recuperar el patrimonio natural y cultural, incluido el minero, de un poblado peruano, situado a 3.800 m de altura, que en su momento abasteció de mercurio a Potosí, permitiendo la obtención de plata por amalgamación.

Rodrigo Lafuente y Ana María Aranibar discuten precisamente sobre la recuperación de un ámbito minero al Sur de Potosí. Proponen para ello un modelo que muestra como aspecto más original la apuesta por la capacitación de la población y el aprovechamiento de los recursos endógenos, y como lugar excesivamente común, por alcanzar el reconocimiento de la UNESCO.

Los cuatro últimos textos se ocupan finalmente de mostrarnos estrategias de remediación ambiental en territorios mineros basadas en la recuperación de los impactos causados por la minería.

Máximo Liberman y Lía Peñarrieta presentan una experiencia de recuperación de prados húmedos altoandinos (bofedales), afectados por la explotación de turba en una región minera próxima a la ciudad de La Paz en Bolivia, a una altura de 4300 metros, por una Cooperativa Minera. Esta experiencia pionera se basa en un plan socialmente compartido: una escuela de gestión social y comunitaria del agua y prados húmedos, donde el saber local de las comunidades y el conocimiento académico, desarrollan y fortalecen las capacidades de los actores locales en cuanto a práctica, técnicas y formas organizativas interculturales

Oseas García, Jorge M. Molina y Norberto Marín se ocupan de valorar alternativas para la recuperación de territorios degradados por las actividades mineras y, en concreto, de la experiencia en la utilización de una especie utilizada desde hace veinte años en Colombia con excelentes resultados.

Luís Gerardo Ruiz desarrolla, a partir de la experiencia del Programa Municipal de rehabilitación de conjuntos urbanos de la posguerra en Zaragoza, un detallado método para la recuperación del parque residencial en territorios mineros. Éste se fundamenta en un tratamiento sistemático de la información físico-social y en la cuidada valoración de decisiones, propuestas e intervenciones. Cierra el artículo y el libro desgranando de manera muy clara una decena de lecciones aprendidas en este proceso.

Como el lector puede apreciar, la mayor parte de los paisajes descritos en este libro no pertenecen a la categoría de monumentales, tal y como se interpreta habitualmente. Más bien han sido, y son, paisajes rechazados, por las heridas físicas que han causado en el territorio, y por las afectaciones medioambientales. Son asimismo, en tantas ocasiones, paisajes en activo, total o parcialmente, lo que añade complejidad a su tratamiento, que debe buscar un adecuado equilibrio entre preservación y transformación.

La lectura de los textos aquí recogidos nos permite concluir que no hay territorios en declive, sino sociedades sin proyecto.

El inteligente aprovechamiento de territorios mineros, algunos notablemente degradados, puede constituir una rica experiencia, ya que pone en relación entornos construidos, con recursos naturales; bienes con sistemas de transporte y trabajadores con minas e ingeniosos sistemas de explotación. La apuesta por revalorizar estos recursos patrimoniales puede suponer, como nos muestran tantos ejemplos, un modelo económicamente más viable, ambientalmente más sostenible y atento a la identidad de cada territorio, y socialmente más justo. Una alternativa, por tanto, mucho más recomendable que reclamar otro tipo de incentivos, como un estímulo a la industrialización, al impulso de un polo turístico, o a la abusiva implantación de parques temáticos.

Conviene enfocar pues nuestros esfuerzos, a trabajar a favor de los destinatarios últimos de estas iniciativas, que a mi modo de ver no son los recursos patrimoniales, sino los residentes de un determinado territorio. Creo que éste debiera ser nuestro compromiso. Convenientemente transformados, dichos paisajes del trabajo en las minas pueden llegar a constituir un vehículo bien útil para construir entornos más diversos y cargados de identidad, no como escenarios acabados, resultado de una cultura previa, sino como realidades continuamente evolutivas.

Esto libro me recuerda lo que nos decía hace unos años en Canarias un grandísimo escritor y persona entrañable, José Saramago, que una sociedad que no respeta su territorio, y la huella del trabajo sobre este territorio, es una sociedad que no se respeta a si misma.

Notas.:

(1) “Las ciudades del salitre”. Un estudio comparativo de los modelos de asentamientos salitreros en la región de Antofagasta. UPC, 1987.

(2) Las ciudades del salitre, Orígenes, Santiago de Chile 1999; Las ciudades del cobre, Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile, 2007; Tierra del Fuego. Historia, Arquitectura y Territorio, Ediciones Arq, Santiago de Chile, 2013

(3) La mirada y la memoria. Elementos de estructuración y revalorización del paisaje cultural de Lota Alto, Chile. UPC, 2008.

(4) Entre los proyectos tenemos “Los paisajes del agua en la cuenca del río Baker: evaluación de sus potencialidades para el desarrollo turístico y la integración territorial de los centros poblados” (2008-2010) para FONDECYT, “Identidad, memoria colectiva y participación en el proceso de transformaciones contemporáneas del asentamiento minero de Lota Alto” (2004-2006), igualmente para FONDECYT; “Dinamización turística del patrimonio minero de Lota” (2009-2010), para INNOVA BIO BIO. Y entre los artículos, Sustentabilidad del turismo en el Patrimonio minero: modelo conceptual e indicadores para las ciudades del carbón de Lota y Coronel. EURE, 2012; Poblados Mineros Patagónicos: Paisajes Culturales y Estructura Territorial, REGISTROS, 2010; El paisaje cultural de Puchoco (Schwager): procesos participativos para su revalorización urbana, Labor & Engenho, 2010; Minería del carbón y evolución urbana desde 1862 a la actualidad, Urbano, 2010; con María Dolores Muñoz, Jimena Catriao, Carla Valenzuela o Isabel López.

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Sobre este autor/a
Cita: Begoña Uribe. "Parques Mineros, Ecomuseos y Geoparques: Estrategias de puesta en valor / Editorial Stoq" 04 nov 2015. ArchDaily México. Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/776032/la-preservacion-a-traves-de-la-transformacion-paisajes-culturales-de-la-mineria-por-joaquin-sabate-bel-en-parques-mineros-stoq> ISSN 0719-8914

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