Kliment Halsband Architects reflexiona sobre sus nuevas instalaciones quirúrgicas en Uganda

Este artículo fue publicado originalmente en Common Edge.

Si bien en los Estados Unidos los procedimientos quirúrgicos ambulatorios poseen un carácter rutinario, esto no sucede de igual manea en el resto del mundo. Según el Dr. Michael Marin, jefe de cirugía del Hospital Mount Sinai de la ciudad de Nueva York, en la actualidad, unas 5.000 millones de personas no pueden acceder a procedimientos quirúrgicos seguros y asequibles -una realidad que en el año 2010 provocó casi 17 millones de muertes en todo el mundo-. Buscando desarrollar nuevos modelos de atención quirúrgica para las comunidades locales que fueran independientes y autosuficientes, pudiendo funcionar fuera del contexto de los grandes complejos hospitalarios urbanos, el Dr. Marin se puso en contacto con Kliment Halsband Architects, una firma de Nueva York que no poseía experiencia en el diseño de espacios para la atención médica. Recientemente, me comuniqué con la directora de la empresa, Frances Halsband, la cual me contó cómo surgió el proyecto y qué aprendieron durante el proceso.

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Michael J. Crosbie: ¿Cómo fue para el estudio realizar un proyecto tan atípico?

Frances Halsband: Nunca habíamos hecho un proyecto fuera de los EE.UU. Ni tampoco habíamos trabajado en el campo de la salud. Cuando nuestro cliente, Michael Marin, se acercó a nosotros le dijimos: "No sabemos nada de instalaciones para la atención médica",a lo que él nos respondió "Es por eso que te los elijo". El proyecto debía desarrollarse en un sitio sin instalaciones de agua, electricidad, eliminación de residuos o Internet. El comentó que necesitaba un arquitecto que pensara las cosas de una manera completamente nueva, con enfoques innovadores. Quería repensar todo sobre el diseño de las instalaciones quirúrgicas. Vino a nuestra oficina (su hijo ya trabajaba en nuestro estudio) e hizo una presentación sobre por qué debíamos aceptar hacer el proyecto. Su argumento se basó en que actualmente, si bien hay muchos ejemplos de clínicas que funcionan en áreas desatendidas, estas únicamente ofrecen píldoras y medicina pues la cirugía se considera demasiado complicada, una tarea demasiado difícil. Incluso las cirugías simples -como curar una quebradura o una hernia- se consideran imposibles en lugares como éste. El nos comentó que si el proyecto era un éxito, podríamos salvar millones de vidas en todo el mundo. Así que aceptamos.

© Bob Ditty

MJC: ¿Por qué creyeron que ustedes eran los indicados?

FH: Al igual que otros grandes hospitales, Mount Sinai suele trabajar con grandes estudios de arquitectura especializados en el cuidado de la salud. Estas oficinas ya se encuentran acostumbradas a pensar en el diseño de los edificios de una manera específica. Él creía que este proyecto necesitaba de arquitectos con ideas simples y formas sencillas para resolver una cantidad de problemas que no podían ser solucionados a través de la compleja y costosa infraestructura para la atención médica disponible en los EE.UU. Él nos dijo, por ejemplo, que muchos de los equipos que posee el Mount Sinaí sólo eran adquiribles porque Medicare afrontaba los gastos. Pensó que si podíamos generar una solución simple para Kyabirwa, Uganda, podríamos replicarla en otros lugares. Él veía al proyecto como una posibilidad para determinar lo básico y necesario para realizar una cirugía en un lugar carente de infraestructura ¿cuál era la forma más fácil de brindar atención médica?.

© Will Boase

MJC: ¿Cómo abordaron este desafío?

FH: Empezamos haciéndonos preguntas como todo buen estudiante ¿Cómo se realizan estos procedimientos? ¿Adónde te diriges? ¿Cómo es la logística? ¿Cómo se utilizan los espacios? ¿Quiénes los usan? Al principio pensamos que tal vez el diseño debía ser similar a un prototipo de hospital de campaña militar, los cuales se instalan inmediatamente en cualquier sitio. Ese fue un callejón sin salida, pues las necesidades de la gente de Kyabirwa eran mucho más complejas. Volar con una instalación ya construida desde lejos no sería apropiado, y sería bastante difícil llegar allí en términos de costo y logística.

MJC: Entonces, ¿cómo evolucionó el diseño?

FH: Definimos tres módulos replicables con diseños distintos. El primero es un patio abierto, rodeado de mostradores de recepción y oficinas. El espacio debía ser generoso porque cuando la gente viene a operarse suele traer a toda su familia. Como hay poco personal de enfermería, tu familia te acompaña y se preocupa por ti. El siguiente módulo es un espacio de preparación para el paciente -previo a la cirugía- y de postoperatorio para su recuperación. Y el tercer módulo es el quirófano, con salas limpias y espacios de apoyo.

© Will Boase

MJC: Una característica distintiva del diseño es su cubierta de paneles solares. ¿Cómo fue su desarrollo?

FH: Nos dimos cuenta de que esta arquitectura debía tener una cualidad autóctona para que la gente pudiera reconocerla como algo familiar. Tomamos como referente a las plantas de banana, las cuales se encargan de colectar la luz del sol y proporcionar sombra en el suelo. Extendimos la metáfora y creamos "hojas solares" para brindar sombra y generar energía. Bajo estas pantallas solares, construimos los edificios en ladrillo local. Esta arquitectura responde a los lenguajes vernáculos del lugar, donde todo es de color naranja y rojo brillante. Los edificios típicos de la zona suelen ser de ladrillos cocidos al sol e impermeabilizados con una capa de estuco. Se optó por utilizar bloques de diseño, realizados con moldes propios y cocidos en hornos locales para que pudieran estar a la vista.

MJC: Entonces la actividad constructiva colaboró con la economía local, ¿no es así? 

FH: Exactamente. También conversamos con Joe Mizzi, el creador de la fundación 14+, encargada de construir escuelas en África. El nos comentó que lo esencial en estos procesos es tener a alguien en el sitio que nos pueda comunicar lo que está sucediendo allí e involucrarse en la toma de decisiones a medida que surjan las preguntas. Nosotros encontramos a esa persona en George Everest: un agrimensor inglés, que vivía allí y trabajaba como gestor y contratista general. Entendía nuestros dibujos y la intención de nuestro diseño, y lo mas importante: conocía la cultura local. George fue una bendición. Contrató a los trabajadores, los vistió, encontró lugares para que vivieran, organizó a los equipos de construcción y les enseñó las técnicas y habilidades necesarias. George usaba un drone y sobrevolaba el proyecto cada semana, mostrándonos la construcción en detalle. Esto nos posibilitó entender lo que estaba sucediendo allí sin tener que ir al lugar. Con el drone, sentíamos que teníamos tan buena comprensión de los detalles como la que tenemos en cualquier edificio de los que construimos aquí en Nueva York.

© Will Boase

MJC: Ahora que el hospital quirúrgico ya se encuentra abierto ¿Cómo creen que está funcionando? 

FH: En septiembre, durante el día de la inauguración, Mount Sinai transmitió en directo el primer procedimiento quirúrgico -una operación de hernia- el cual pudo ser monitoreado por cirujanos desde Nueva York pues para ese entonces ya tenían WiFi y cable de fibra óptica. Fue muy emocionante para nosotros, aunque tal vez representó demasiada información para el grupo de arquitectos e inversores que miraron el procedimiento. En la Universidad de Nueva York, de manera paralela, estábamos diseñando el "Colegio de Salud Pública Global", donde un grupo de estudiantes de postgrado siguió el proyecto de cerca, por lo que también los invitamos a ellos a observar lo que estaba sucediendo. Algunos estudiantes solicitaron una beca para visitar el centro quirúrgico, entrevistar a la gente del pueblo y registrar las influencias del centro en la comunidad local. Volverán a viajar nuevamente, y nos enteramos que uno de ellos espera poder trabajar allí, una posibilidad maravillosa.

MJC: ¿Creen que este proyecto -a medio mundo de distancia- ha cambiado la forma en la que ejercen la arquitectura? 

FH: Nos ha dado mucha más libertad para cuestionar las premisas implicadas en los proyectos de diseño, especialmente en los cuales ya poseemos mucha experiencia. ¡Revísalo! Para este proyecto en espacial, contamos con un pequeño equipo}y quisimos involucrarnos en algo que fuera útil no solo para las personas, sino también para la sociedad y la comunidad. En nuestra firma, el proyecto ha generado interés para trabajar en proyectos similares a futuro y la participación de los estudiantes de medicina graduados de la Universidad de Nueva York ha sido reveladora. Ellos nos hicieron preguntas sobre el diseño que tal vez nunca nos hubiésemos hecho nosotros mismos. Esto nos ha recordado el valor de la colaboración interdisciplinaria. 

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Sobre este autor/a
Cita: Crosbie, Michael J.. "Kliment Halsband Architects reflexiona sobre sus nuevas instalaciones quirúrgicas en Uganda " [ Kliment Halsband Architects on Its New Ugandan Surgical Facility ] 19 dic 2019. ArchDaily México. (Trad. Maiztegui, Belén) Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/930378/kliment-halsband-architects-las-nuevas-instalaciones-quirurgicas-en-uganda> ISSN 0719-8914

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