
A mí parecer los mejores y más relevantes momentos de un edificio o de cualquier ciudad son aquellos que son gratuitos, y por ende no absolutamente necesarios, pero su mayor frecuencia y existencia, tiende a mejorar la calidad de vida de todas las personas. Cuando lo gratuito se vuelve algo recurrente, se genera una conciencia de que es un bien necesario, y por ende deseado.
Mayor cantidad de áreas verdes, veredas anchas y arboladas, una buena plaza o un zócalo con comercio en primer piso, son algunas acciones donde lo que prima no es un afán de maximización económica inmediata, sin embargo repercuten positivamente en la calidad de vida y la ciudad.















