El término Dúplex –en lo que respecta a tipologías de vivienda- permite múltiples interpretaciones lo cual, en muchos casos, da lugar a una aplicación y uso ambiguo. La definición del concepto dependerá principalmente del país o región en el cual se esté utilizando, admitiendo principalmente dos concepciones. En primer lugar, puede considerarse un dúplex a una unidad de vivienda que posee dos pisos o niveles conectados entre sí por una escalera interior, usualmente esta definición aplica para apartamentos y residencias ubicadas en países como España o Canadá, generalmente presentes en centros urbanos. También se puede considerar como dúplex a un caso específico de proyecto donde dos viviendas se unen en paralelo, teniendo cada una su entrada individual, pero compartiendo una pared central. En general, es habitual que el diseño de estas casas se encuentre definida por una intencionada simetría axial, comportándose como casas gemelas que tienen las mismas cualidades y la misma disposición en planta. Este tipo de viviendas dúplex son especialmente comunes en Argentina, Bolivia, Reino Unido, Australia y algunos sectores Estados Unidos.
Concebidos con el fin de sacar provecho al máximo de los espacios, el mobiliario empotrado ha ido cobrando cada vez más popularidad resultando una manera práctica de resolver las necesidades de sus habitantes. La capacidad de adaptación al espacio arquitectónico les permite a través de diversas configuraciones o materialidades satisfacer múltiples usos y funciones e integrarse en la arquitectura. Pero es interesante plantearnos la siguiente pregunta ¿es este tipo de mobiliario el que se adapta a los espacios residuales de nuestras viviendas o más bien puede convertirse en el protagonista y generador de los espacios que proyectamos?
Las herramientas desarrolladas en torno al trabajo de la madera, junto con las nuevas técnicas de producción, seccionamiento y tratado del material han permitido, gradualmente, obtener productos muy variados y de alta calidad -con diversos tamaños, resistencias, tonalidades, formas y colores-. Estos avances han permitido que la madera, como recurso, sea capaz de satisfacer las más variadas necesidades en torno a la construcción, oficiando de estructura, cerramiento, revestimiento o mobiliario en una gran cantidad de proyectos de arquitectura.
Este martes 27 de julio, se anunció que la Iglesia de Atlántida de Eladio Dieste, una de sus obras más reconocidas en Uruguay, ha sido incorporada a la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Ya sea como cerramiento de un sistema constructivo en seco –como Steel frame o Wood frame, montándose sobre armazones constituidos por perfiles de acero o madera-, o como revestimiento exterior en obras construidas con sistemas tradicionales, la chapa acanalada se presenta como una opción ventajosa a la hora de materializar las terminaciones exteriores de un proyecto arquitectónico debido a su economía, su mínimo mantenimiento y su versatilidad, permitiendo materializar tanto cerramientos verticales como cubiertas.
¿Vivirías en una casa construida en una fábrica? La evolución tecnológica en materia de diseño y producción arquitectónica está provocando cambios innegables en la forma en la que pensamos y construimos arquitectura. La posibilidad de materializar una vivienda a través de un sistema de partes fabricado de manera industrial en un ámbito externo al emplazamiento final de la obra ha abierto la puerta para que numerosos arquitectos y arquitectas investiguen y experimenten con nuevos materiales y tecnologías nutridas de la fabricación digital.
El Programa de Crédito Argentino del Bicentenario para la Vivienda Única Familiar, usualmente conocido como PRO.CRE.AR, es un programa creado en el año 2012 por el gobierno nacional de Argentina para apoyar e incentivar la construcción de nuevas viviendas en el país a través de créditos económicos. Mediante este programa, muchas familias accedieron a la posibilidad de materializar su primera vivienda propia lo cual, a la vez, generó un incremento en la demanda del diseño y la construcción de obras nacionales. De esta manera, los créditos de viviendas también les abrieron las puertas a oficinas y estudios jóvenes para producir y construir arquitectura local, sorteando las limitaciones impuestas por el marco económico del propio crédito y sus condicionantes de superficie y tiempo.
Aunque el uso de los arcos en la arquitectura se remonta al II milenio a. C., fueron los romanos quienes los consolidaron como elemento de ingeniería y símbolo de las victorias militares, que ahora vemos en exceso como arcos conmemorativos. Poco después, diferentes civilizaciones y culturas adoptaron el arco para sus propios fines, uniendo la necesidad estructural y la estética. En este artículo, veremos cómo los arcos pasaron de ser elementos estructurales significativos a cautivadores detalles decorativos.