
La automatización ha llegado hasta nuestros propios escritorios. Si hace algunos años creíamos que la tecnología podría tocarlo todo, menos la especificidad y el detalle del diseño arquitectónico en sí mismo, estábamos equivocados.

La automatización ha llegado hasta nuestros propios escritorios. Si hace algunos años creíamos que la tecnología podría tocarlo todo, menos la especificidad y el detalle del diseño arquitectónico en sí mismo, estábamos equivocados.