
Posiblemente muchos arquitectos lamentan haberse quedado dormidos durante la clase de normativa territorial, o haberse quedado “trabajando para taller” en el ejercicio de tramitación de expedientes municipales, cuando se ven enfrentados a la primera firma en un proyecto real y a un cliente que supone que este profesional patrocinante que contrató para su proyecto, tiene perfecta claridad de la legislación vigente y la forma de obtener los permisos municipales para su construcción.