
Todos sabemos que estudiar arquitectura involucra pasar la mayoría del tiempo frente a un monitor/restirador trazando planos, cortando maquetas o ver la vida pasar mientras el modelo se renderiza. Pero sabemos que hacer arquitectura no sólo es eso, toda buena obra lleva consigo una carga teórica y reflexiva (entre otros factores) que guían los gestos del proyecto.