Después de dos semanas de nominaciones en la 16ª edición de los Premios Obra del Año 2025, nuestra comunidad evaluó más de mil proyectos y seleccionó a los 15 finalistas. Los premios de este año celebran la excelencia en diseño, innovación y sostenibilidad, específicamente en la región de Latinoamérica y España, destacando una selección excepcional de proyectos en la lista de finalistas. Como un premio basado en la participación del público, nos enorgullece afirmar que sus elecciones reflejan auténticamente el estado actual de la arquitectura, y la calidad de los finalistas de este año subraya aún más la excelencia y diversidad presentes en el campo.
https://www.archdaily.mx/mx/1028656/conoce-a-los-15-proyectos-finalistas-del-premio-obra-del-ano-2025-de-archdaily-en-espanolArchDaily Team
Durante la exposición Time Space Existence, organizada por el Centro Cultural Europeo en Venecia, el arquitecto galardonado con el Premio Pritzker Alejandro Aravena y su firma ELEMENTAL presentaron un prototipo a escala real para un nuevo enfoque en soluciones de vivienda incremental. Titulado el Núcleo USB, que significa prototipo de vivienda de Unidad de Servicios Básicos, esta propuesta tiene como objetivo demostrar cómo la construcción eficiente puede proporcionar todos los componentes esenciales de la vivienda en un espacio mínimo. El prototipo es también el resultado de una colaboración entre la oficina de arquitectura y el fabricante e investigador de concreto Holcim, y está construido a partir de un nuevo tipo de mezcla de concreto neto cero. También incorpora agregados completamente reciclados, en alineación con los principios de economía circular. La colaboración tiene como objetivo demostrar una forma más consciente del medio ambiente y rentable de proporcionar servicios esenciales a comunidades en riesgo sin dañar el planeta.
Mientras estaba en el sitio en Venecia, la editora gerente de ArchDaily, Maria-Cristina Florian, tuvo la oportunidad de sentarse con Alejandro Aravena y discutir las implicaciones de esta colaboración, la urgente necesidad de vivienda y el papel del arquitecto como coordinador de un proceso que involucra a muchos actores.
La presencia de inteligencia artificial (IA) en la arquitectura ya no es una promesa futurista, sino una realidad concreta que transforma radicalmente la manera de diseñar. En cuestión de segundos, sistemas computacionales son capaces de procesar y validar múltiples variables — formales, programáticas, contextuales, normativas — conduciendo a los arquitectos/as a soluciones altamente optimizadas. Sin embargo, mientras celebramos esta revolución algorítmica, surge una inquietud crítica: ¿puede la inteligencia arquitectónica limitarse a una operación lógica de datos? En respuesta, cobran fuerza enfoques que revalorizan modos de construir basados en la experiencia sensible, en la adaptación al territorio y en la transmisión intergeneracional de conocimiento. En este diálogo entre inteligencias artificiales y ancestrales, emerge una comprensión más profunda. La verdadera inteligencia no reside en las herramientas en sí, sino en la intencionalidad y la sensibilidad con que las utilizamos para responder a las complejidades del contexto.