Instrucciones de uso es una intervención colectiva que estará hasta finales de enero en las salas de CentroCentro, en Madrid, en la que participan PKMN (pac-man), Taller de Casquería y Guillermo Trapiello. Comisariada por Negocios Raros, se presentan obras que analizan métodos creativos de transformación urbana: entender el espacio cultural como un espacio de uso que se activa mediante la interactuación del ciudadano con las piezas diseñadas por los arquitectos. Las obras presentadas cobran sentido cuando son utilizadas, habiendo sido ideadas con el objetivo de jugar, construir, aprovechar y disfrutar de estos artefactos.
Instrucciones de uso es un nuevo ejemplo del momento de cambio por el que pasa el rol que desempeña el arquitecto en la sociedad. La superación de los límites entre arquitectura, arte y diseño, tanto por el carácter de las propuestas desarrolladas como por el mensaje que llevan implícito, es una muestra del panorama multidisciplinar en el que se encuentran los nuevos arquitectos. Por otra parte, la intervención supone además la revisión de la posición del arquitecto como intermediario entre ciudad y ciudadano. Ya no es la persona que ofrece un resultado final y cerrado sino que pasa a convertirse en un agente más de un proceso continuo y dinámico.
La exposición se compone de tres propuestas: Living Room de Guillermo Trapiello, Skyline games de PKMN e International Urban Factory de Taller de Casquería. Todas las piezas parten desde el aprovechamiento de los recursos existentes y la transformación de los espacios que habitamos en lugares de uso y disfrute, más cercanas al ritmo de vida que propone esta década. De esta forma se presenta una exposición en la que se busca que el público participe, que sea un agente activo de la construcción (literal) de la propuesta.
Se pretende crear un vínculo real entre la cultura, la ciudad y sus habitantes, recuperar aquellos lugares que las instituciones alejaron de los ciudadanos, sus verdaderos dueños. Superar la idea del espacio expositivo como algo ajeno en el que nos convertimos en observadores externos pasa por ponerlo al servicio del usuario, logrando la implicación, y por tanto la vinculación, del espectador con la obra, del ciudadano con su ciudad. Ese mismo público-constructor es responsable de la activación de las piezas que sirven, siempre, para algún fin. Encontramos todo dispuesto para que el público lo utilice, lo haga suyo y se apropie de este espacio público que le pertenece.
Más información en la web de la exposición