La burbuja de lo intrascendente

Por Andrés Briceño

“(…) el conocimiento es una expresión de la responsabilidad común por el bienestar colectivo de la humanidad y del planeta como un todo.” ((Rifkin, Jeremi, “La Civilización Empática, La Carrera hacia una Conciencia Global en un Mundo en Crisis”, Editorial Paidos, 2010.))

Lo relevante para algunos, puede ser irrelevante para otros.

Ese es un hecho que usualmente deambula en ámbitos particulares y no insinúa la casualidad del hecho colectivo, y fundamentalmente universal.

Si no hay alimento, mueres, sino defecas mueres. Esto, es un hecho relevante para todos, es decir universal.

Cuando hablamos de una necesidad universal, su relevancia adquiere la dimensión necesaria para que las instancias que generan el conocimiento adecuado, las puedan solucionar de la manera más eficiente y específica posible. Este es el ámbito que a arquitectos diseminados por todo el mundo, pareciera nublarles las ansias del arte.

El arquitecto chileno Alejandro Aravena, ha expuesto con notable lucidez la dinámica que vincula al ser del arquitecto con la responsabilidad y el bienestar social, y que en general a los arquitectos pareciera importarles tangencialmente o con un cariz limitado, o deformado por la propia disciplina, y que con el paso de los años, la tecnología y las enormes diferencias entre los que tienen el conocimiento y los recursos para aplicarlo, se ha constituido en una forma de hacer “arquitectura”, desviando la atención a el ego que la forma propone y no al bienestar social que construye y puede constituir. Es decir, el hacer desde una burbuja, desde un origen irrelevante para el colectivo.

La pregunta inicial, es determinante para trazar un camino adecuado en búsqueda de una solución otorgada por un lenguaje formal particular, o en su defecto, en la conclusión de una investigación que buscaba responder algo trascendente, por ejemplo; ¿cómo otorgar soluciones habitacionales sin recursos para países que experimentan terremotos?, como es el caso de Haití o Chile, o, ¿ de qué forma puede contribuir la arquitectura a superar los traumas de la violencia producida por el narcotráfico en México?, o ¿a partir de qué estrategia la integración urbana puede mejorar las condiciones de nutrición de los niños en países en subdesarrollo?. Por décadas, este tipo de necesidades universales se han alejado tanto de las preguntas iníciales del ámbito arquitectónico, que parecieran no pertenecer a los desafíos de nuestra naturaleza.

Que quede claro, no es sólo un signo de la profesión, sino que es un fenómeno fomentado por el paradigma creado por el consumismo: la diferenciación.

La revista Annals of Improbable Research ((http://vimeo.com/12420268)) , entrega la antítesis de los premios Nobel a las investigaciones más absurdas del momento: los IgNobel. Investigaciones que comprometen el trabajo de científicos en todo el mundo, tan irrelevantes como descubrir que la gente se come a gusto un paquete de papas fritas rancias, siempre y cuando estén muy crujientes al morderlas, o que las pulgas de los perros pueden saltar más lejos que las pulgas de los gatos.

No se trata de situarse sobre un discurso que apele con gravedad al interés de un personaje en particular, sino más bien, es situarse en una plataforma que permite visualizar la energía perdida en ello, y eso inmediatamente transforma al hecho en algo relevante.

Hablar de energía y de recursos para producirla, es una necesidad que nuestra contemporaneidad demanda, y la complejidad de ello aumenta día a día. El planeta, no resiste otros 100 años con el nivel de estrés que le imprimió el siglo XX. Eso ya es un hecho.

El conocimiento está para brindar soluciones, sólo hace falta la voluntad efectiva para salir de burbujas y enfrentar el descampado que otorga el desequilibrio de recursos en el mundo.

Un ángulo hacia la tontería, es decir, un trayecto que asume una búsqueda soportada en el conocimiento particular a partir de una pregunta intrascendente. Cosa de arquitectos.

Hace unos días, tuve la posibilidad de asistir a una conferencia de un arquitecto y académico polaco llamado Tomasz Jaskiewicz, que se encuentra desarrollando una investigación para comprender lo que él y la institución académica que le soporta, entiende como el “futuro de la arquitectura”. Se expuso una serie de conceptos con mucho potencial pero aplicados al juego insípido de la experimentación por la experimentación. Por ejemplo, modelos a escala real con espacios que tenían la capacidad de transformarse completamente, como una masa líquida, debido a la interacción del propio usuario y que a través de articulaciones hidráulicas o cámaras de aire absolutamente deformables podían interactuar con el usuario. La búsqueda y los recursos asociados a ella son una energía simplemente desperdiciada.

presentación igNobel

Alejandro Jodorowsky ha expuesto más de una vez, que el inicio del camino que transformó su trabajo fue la muerte de su hijo, y a través de ello, entender que el arte por el arte no es el camino que justamente el arte necesita, sino que el ángulo y su energía debe dirigirse hacia la búsqueda de la sanación.

Más de 200 millones de personas no tienen agua potable en Sudamérica, 1.400 millones de personas (equivalente a ¼ de la población de los países desarrollados) viven con menos de US1.25 por día, 1.000 millones de personas pobres emigrarán a las ciudades para el año 2030, son algunos de los datos trascendentes, que fácilmente se pueden obtener en publicaciones en todo el mundo.

Los países poderosos, poseen e invierten millones de dólares al año para la generación del conocimiento, el ranking de las universidades más importantes del mundo es abrumador, y más del 80% de ellas son de EEUU y el resto de los países desarrollados, y un mínimo porcentaje corresponde a países en vías de desarrollo o derechamente subdesarrollados.

Jeremy Rifkin, un connotado intelectual, sociólogo y economista norteamericano, ha lanzado su último y tremendamente inspirador libro llamado: La Civilización Empática. En él, Rifkin desarrolla una base teórica que desnuda a la humanidad como un ente que ha desarrollado su crecimiento moderno sobre la base de la competencia y la diferenciación sistemática y ególatra del consumismo, lo que se contradice con la esencia empática del ser humano. Para él, el futuro de la humanidad está condicionado en cambiar ese paradigma y transformarlo en una red integrada de colaboración y la conciencia empática.

El futuro, es entender la realidad, y direccionar el tránsito de la energía hacia la superación de la necesidad global e interconectada y no hacia la creación de burbujas de conocimiento que buscan solucionar invenciones y no realidades.

Créditos: -Foto 1 (Burbuja) -Fotos 2 y 8 Edificio Media-tic, Barcelona – Andrés Briceño G. -Foto 4 Premiación IgNobel, 2009 – Alexey Eliseev. -Video, Tomasz Jaskiewicz on Vimeo

Sobre este autor/a
Cita: Invitado. "La burbuja de lo intrascendente" 29 nov 2010. ArchDaily México. Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/02-61553/la-burbuja-de-lo-intrascendente> ISSN 0719-8914

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