Rubén Moreira, valiosa huella en la historia y arquitectura ecuatoriana

Es poco común encontrar arquitectos que abarquen una amplia gama de manifestaciones teóricas y prácticas de la profesión. Este es el caso de Rubén Moreira [1], quien con similar y destacada solvencia aborda el diseño arquitectónico, la investigación y la crítica, la historia de la arquitectura y la docencia [2].

Rubén Moreira no solo inició su práctica profesional en una etapa muy fecunda de la arquitectura ecuatoriana sino testimonió búsquedas y transformaciones [3]. Formó parte de una generación de arquitectos que reflexionó sobre proceso, método y producto arquitectónicos [4]. Dicen mucho de sus inquietudes los estudios de posgrado en Italia con dos personalidades de la teoría de la arquitectura: Bruno Zevi y Manfredo Tafuri [5] Abordó la docencia en proyectos e historia y la investigación de historia de la arquitectura. Impulsó el MAE [6], la Exposición y Guía crítica de la “Arquitectura de Quito 1915-1985” que analiza por décadas contexto, autores y obras destacadas.

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Rubén Moreira. Image © Romulo Moya

Por su trayectoria y compromiso fue subdecano primero y decano después, de la Facultad de Arquitectura [7]. Su antecedente, la Escuela se forjó y a la vez fue expresión del proceso de reconocimiento del rol del arquitecto en el medio [8]. Fue precisa la convergencia de la explotación petrolera y el desarrollo urbano, y la afluencia de arquitectos europeos expulsados por el nazismo, el retorno de arquitectos graduados en el exterior y la introducción de nuevos enfoques, materiales y tecnologías. Para Rubén, en ese devenir, fue sustancial la década de los 60 [9] que anticipó los grandes cambios de los 70:

Al graduarse arquitectos, como Luis Oleas y Milton Barragán, (ellos) comienzan a imponer el sello del racionalismo, … la arquitectura cúbica, y a mucha gente le empezó a gustar porque era muy funcional [10]

La generalización de la arquitectura moderna en Quito, precedida por la acción de los pioneros, se produce al configurarse como opción clara a la “arquitectura neocolonial” que había sido asumida por “la burguesía quiteña” [11]. La nueva modernidad buscaba consolidarse como expresión de su tiempo, y en ello participó.

La arquitectura racionalista

Cortesía de Revista Trama. Edición #18-19, Julio de 1980, página 23

El reconocimiento de sus habilidades por las ciencias físico-matemáticas durante sus estudios secundarios [12] y el impacto de una realidad en proceso de transformación influyeron en su decisión. La ciudad de su niñez y primera juventud no era la misma, la capital manifestaba notables cambios. La Comisión de la XI Reunión Interamericana de Cancilleres empezó a actuar para embellecerla y equiparla con trazados viales, edificios institucionales y hoteles que generaron una nueva impronta apropiada a la magnitud del encuentro [13]. Esa realidad que asomaba con una nueva escala urbana y el lenguaje de la arquitectura moderna, se difundía en la prensa y se podía palpar, lo motivaron a estudiar arquitectura.

Concibe a la arquitectura como “técnica y arte, a la vez”. Sostiene que “a través de la historia, siempre se buscó racionalizar los procesos de diseño y constructivos” y que el movimiento de inicios del siglo XX ha sido llamado Racionalista “porque revolucionó y rompió con los cánones de la arquitectura ornamental, cuando predominaba el esteticismo sobre la función” [14]. Esa idea gravitó durante su trayectoria. Por eso, da más peso a la formación que a las habilidades innatas, aunque reconoce dos componentes importantes: “la formación y el gusto o la afición”. Ellos le permitieron contribuir a la expresión formal resultado de la adaptación del estilo internacional.

La arquitectura y sus referentes

Cortesía de Revista Trama. Edición #135. ImageCasa de la familia Miranda: perspectiva

El ambiente de la Facultad de Arquitectura fue propicio para desarrollar sus apreciaciones sobre la arquitectura, nutridas por los aportes del profesor Jaime Dávalos en “la valoración del espacio y su continuidad”, y la oportunidad de observar las obras de dos jóvenes profesores recién graduados: Barragán (1958) y Oleas (1960) y, sin duda, de Alfredo León. Todos “eran los representantes más claros de la nueva vanguardia y, sí, compartíamos sus intenciones” [15].

En historia de la arquitectura dio un salto cualitativo, reforzó aportes pioneros [!6] saliendo del ámbito de la arquitectura colonial para identificar el paso de los historicismos a la arquitectura moderna. El joven profesor Carlos Velasco, con su visión “más ilustrada y teórica” y conocimiento de los maestros modernos, “le ayudó mucho en la cátedra de Historia” [17]. Moreira estableció relaciones entre el contexto general, el entorno físico, las obras y arquitectos, “siempre he pensado que el análisis de las obras a través de la historia es el mejor método para la proyectación arquitectónica” [18]

Apuntó a identificar autores y edificios significativos en Quito, muchos de los cuales han desaparecido tras la vorágine del crecimiento vertical y propugnó su conservación. Incorporó estudiantes a la investigación, ampliando así el interés por las construcciones historiográficas [19] Destacó tendencias y la aceptación por muchos usuarios de un esquema funcional y expresión austera que otros consideraban demasiado fría, optando por el énfasis en lo plástico [20].

Los Talleres cenáculos de la crítica

La reflexión sobre nuestras prácticas individuales y sociales es una necesidad para avanzar en el desarrollo profesional; a ello aportaron los talleres. El Taller Cuatro contó como colaboradores a un grupo de estudiantes “admiradores de Juan Espinosa y Rodrigo Samaniego” que después de su disolución, crearon el Grupo 6 [21] junto a esos talentosos arquitectos, reafirmando una tendencia diferente de adaptación de la nueva arquitectura. Moreira dice: “veíamos de cerca las obras y nos gustaba lo que hacían pero siempre fuimos muy críticos” [22]. Crearon un espacio de diálogo mientras compartían oficina y gastos, “nos preocupaba la formación teórica y nos reuníamos frecuentemente en casa de cualquiera de nosotros a discutir de arquitectura y de arte, a analizar los proyectos individuales y visitar las obras, formábamos equipos para participar en concursos” y difundir conceptos.

La crítica y el diálogo los llevó a rastrear orígenes y sus pasos se dirigieron a los tradicionales barrios de Quito, como San Juan “un barrio muy hermoso que muestra la arquitectura popular [...] las casas eran de fachadas planas, con ventanas muy pequeñas y cubierta inclinada”. Valoraron la arquitectura espontánea, sus proporciones, formas y materiales, proceso que alimentó el diseño de una arquitectura que, “rescatara los elementos vernáculos y materiales como la teja, la piedra, el ladrillo y la madera” [23].

La vivienda, ejemplo de adaptación

Cortesía de Revista Trama. Edición #135. ImageCasa Carlos Calisto: fachada

Los miembros del Grupo 6 diseñaron viviendas para usuarios de clase media y alta donde se dio “la convergencia de conceptos [...] que nos permitió aplicar en la práctica una ideología sobre la arquitectura que veníamos desarrollando al interior de la Facultad”. El diseño de su casa (Casa Moreira-Viteri, 1967) en 180 metros cuadrados contempló espacios continuos bajo la gran cubierta inclinada. Entre medios niveles, acordes a la topografía, eran protagonistas las visuales y el espacio, adjetivado por la calidez del ladrillo y la madera. Lo funcional se ordena en público y privado; la circulación es centro conector, las diferencias de altura generan fluidez [24].

Crítica y autocrítica

Una mirada contemporánea explica la elección realizada y otra presente da paso a la autocrítica. A las búsquedas de raíces y la adaptación de ideas internacionales a condiciones locales, obedecen los resultados. “Para nosotros en ese tiempo, era un crimen hacer las ventanas de hierro, pero ahora, al contrario, sería un crimen hacerlas de madera.” Opciones como esta delinean una tendencia que se alejaba de la ortodoxia del movimiento moderno a pesar de la admiración por la obra de sus maestros y su “purismo geométrico” [25]. Junto a la crítica, asumió la autocrítica, teniendo consciencia de sus circunstancias:

Pienso que dentro de esa línea racionalista, nosotros, tal vez, deberíamos haber tomado el hilo conductor y evolucionar un poco más en esa tendencia, pero nos inclinamos por lo localista. Si estuvo mal o bien no lo sé, pero fue estimulante rescatar nuestra arquitectura [26]

En la arquitectura como en la docencia enfatizó que una obra es un producto condicionado por el contexto mundial y latinoamericano, las situaciones socioeconómicas y políticas del Ecuador y la incidencia del ambiente cultural.

Quizá las dimensiones todavía aprehensibles de la capital permitían a su ojo atento y curioso no solo seleccionar obras sino conocer a los creadores y compartir ese conocimiento que trasciende a la generalización para particularizar a los seres humanos, relaciones y emprendimientos [27]. Habló de sus colegas y de sí mismo, de obras importantes y de las circunstancias de su concreción, como en la Alianza Francesa o la Condamine [28], edificios paradigmáticos que continúan siendo motivo de estudio [29].

El primer multifamiliar en altura

Cortesía de Revista Trama. Edición #135. ImageUnidad Educativa Naval

Advertimos su entrañable aprecio por el Conjunto Mañosca [30]. Canalizó su interés social diseñando el primer multifamiliar moderno del Banco Ecuatoriano de la Vivienda en Quito. Su singularidad residía en ser resuelto en cinco pisos con estructura antisísmica de muros portantes de bloques de hormigón, armados con varillas de hierro y reforzados por columnas esquineras de poca sección (20 x 20 centímetros) propuesta que le hizo el ingeniero Carlos Larrea [31] con quien trabajó el proyecto.

En lo formal, es una obra de equilibrada volumetría que refleja la función en la modulada composición de los planos de fachada, resultado de la aplicación de la coordinación modular en base al bloque. Aunque ha transcurrido medio siglo, conserva sus atributos originales.

En este caso, como en otras obras [32], reitera el tratamiento dado a la arquitectura residencial, adaptado al clima y potenciando la textura de los materiales a la vista, madera o piedra, o revocando el ladrillo para lograr mayor expresividad. Escribe un artículo e identifica las obras en altura más sobresalientes y “las razones: el desarrollo urbano que empezó en Quito, el costo del suelo, la aparición de las nuevas tipologías funcionales (edificios administrativos, comerciales, bancos, departamentos en altura, etc.)”. El multifamiliar se inscribe en un proceso de crecimiento vertical de las ciudades que resultará indetenible.

Una amplia y trascendente trayectoria

Siempre con acuciosa idoneidad desempeñó trabajos como asesor y consultor municipal [33], concretó obras de rehabilitación arquitectónica y urbana [34], recibió distinciones en concursos, continuó su ejercicio profesional particular en los últimos años, luego de haber trabajado en forma independiente [35], como miembro y asesor del equipo MCM+A [36], donde aporta sus saberes y experiencia en obras de gran significación.

Evelia Peralta es arquitecta y subdirectora de la revista ecuatoriana TRAMA.


Cortesía de Revista Trama. Edición #135. ImageSketch de Rubén Moreira

  1. Arquitecto, FAU, UCE, 1966, escuela creada en 1946, la Facultad en 1959. Actividad en el Colegio de Arquitectos-P, Presidente, 1989-1993, y en Bienal de Arquitectura de Quito. Asesor académico de la FPAA, Premio FPAA, Miembro Fundación Museo de la Arquitectura, Venezuela, Asesor curador Premio Mies van der Rohe.
  2. Incursionó en desarrollo urbano y rehabilitación urbana y arquitectónica.
  3. La producción en este lapso fue abordado en la década de los 70, entre otros, por Rolando Moya Tasquer, Evelia Peralta, Rubén Moreira, Carlos Maldonado.
  4. Los miembros del G6, se dedicaron a la reflexión y a la crítica, dictaron conferencias y publicaron la revista “Apuntes de Arquitectura”. Integró el equipo docente del Taller 1 de la FAU-UCE.
  5. El “Curso de Crítica Operativa de la Historia de la Arquitectura”, Univ. de Roma, con Zevi se centró en análisis de casos históricos (1971-1972) y la pasantía en Instituto de Historia de la Arquitectura, Venecia, con Tafuri, en análisis teóricos sobre arquitectura moderna.
  6. Impulsó la creación del Museo de Arquitectura del Ecuador (MAE, 1990) cuando fue Presidente del CAE-P y consiguió del Municipio de Quito en comodato la casa sede en el CHQ, rehabilitada por el CAE (1993-97) y por concurso inició la investigación. MAE fue integrado a Red de Museos (2003-05). Moreira fue su Director hasta 2009. La Guía crítica (coautoría con Yadhira Álvarez), es coedición CAE-P, MAE, TRAMA, Quito, 2004.
  7. Decano de FAU, UCE, 1981-1983.
  8. Evelia Peralta y Rolando Moya Tasquer, Trama Revista de Arquitectura No. 7/8, Ed. Trama, Quito, 1978.
  9. Fundación del Colegio de Arquitectos, Quito, 1963.
  10. Sonia Kraemer entrevista a Rubén Moreira, en Varios autores “Casas y Arquitectos Modernos en Quito”. Una generación referencial”. Colegio de Arquitectura-CARq, USFQ, 2011.
  11. Ídem 10.
  12. Ídem 10.
  13. En Presidencia de Camilo Ponce y coordinación del Ministro de OOPP, Sixto Durán-Ballén, se realizan el Palacio Legislativo (A. León), la Cancillería (M. Barragán), el Hotel Quito, las residencias universitarias de la UCE (M. Arias) y PUCE (E. Gortaire).
  14. Rubén Moreira “Consulta e Información para Trama”. Refiere a A. Loos: “Ornamento y Delito”.
  15. Ídem 14.
  16. Como Carlos Maldonado o Boanerges Navarrete.
  17. Ídem 10.
  18. Ídem 14.
  19. Rubén Moreira “La Mariscal Sucre. Análisis Histórico de la Vivienda” en Trama 7/8, Ed. Trama, Quito, 1978.
  20. Ídem 10.
  21. El G6 tuvo como antecedente al TA4 que estaba integrado por los Arqs. J. Espinosa, R. Samaniego, J. R.l Pólit y el Ing. Montenegro. El G6 (1965-1970) fue integrado por J. Espinosa, M. Solís, F. Garcés, R. Samaniego, C. Córdova, R. Moreira, y el Ing. I. Larriátegui.
  22. Se refiere entre otros a Oleas y Barragán. Idem 10.
  23. Ídem 10.
  24. Ídem 14. En el marco del G6 las casas Jones, Leroux, Jácome, Moreira-Viteri(1967) y en equipo ganaron “el concurso del Palacio Municipal, Loja, y el 4° premio en el edificio del Bco Central, Guayaquil”, entre otros.
  25. Le Corbusier y, en especial, Mies van der Rohe. En ese momento llegaban pocas revistas o libros especializados. Más tarde visitó el Pabellón Alemán en Barcelona y la Torre Seagram en NY.
  26. Ídem 10.
  27. Rubén Moreira “La Arquitectura moderna de la década del Sesenta” en Quito. 30 años de Arquitectura Moderna. 1950-1980. Ed. PUCE, FADA, Trama, Quito, 2004.
  28. El equipo para Concurso Sede Alianza Francesa (1967) se integró por invitación de Diego Banderas, con R. Moreira, J. Espinosa, M. Solís (anteproyecto) y F. Banderas (Planos definitivos). Obra paradigmática construida 1968-1971. La Escuela La Condamine, diseño de Diego Banderas, R. Moreira y J. Espinosa, fue Premio Nacional Bienal de Arquitectura de Quito, 1978.
  29. Rolando Moya T., Evelia Peralta, “Diego Banderas Vela. Obras y proyectos”. Ed. Trama, Quito, 2003.
  30. Conjunto Mañosca (1967) y viviendas en BEV, antes trabajó desde 1961 en Instituto Nacional de la Vivienda.
  31. Carlos Larrea Borja, ingeniero innovador, hizo aportes en sistemas constructivos y estructurales.
  32. Como el edificio para el Ministerio de Agricultura, Portoviejo, coautoría con Ignacio Moreira.
  33. Consultorías en planes de desarrollo urbano a municipios de Portoviejo y Puyo; y, en mejoramiento de la imagen urbana, en Quito.
  34. Entre ellos Almacenes El Globo, Pasajes Baca y Comercial Arzobispal, entre 1994-2000.
  35. Rubén Moreira, Idem 14. Entre 1975 y 1995 trabajó independiente, compartió estudio con R. Samaniego, G. Bustamante, R. Noboa, A. Viteri, R. Ayala, F. Andrade, y conformó equipo para concursos, como en la sede de CEPE en el que ganó el 1° Premio.
  36. Integrado por Pablo Moreira, Natalia Corral, Rubén Moreira. Obtuvo premios en colaboración con otros profesionales: Felipe Loayza y otros, el 2° Premio concurso Casa de la Música, 1995; el 1° Premio concurso “Penalillo” auspicio de la Junta de Andalucía, con Pablo Moreira, Natalia Corral, Yadhira Alvarez y Felipe Loayza, 1998.

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Sobre este autor/a
Cita: Evelia Peralta. "Rubén Moreira, valiosa huella en la historia y arquitectura ecuatoriana" 12 ene 2018. ArchDaily México. Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/886721/ruben-moreira-valiosa-huella-en-la-historia-y-arquitectura-ecuatoriana> ISSN 0719-8914

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