Entrevista a Rozana Montiel: una de las 71 invitadas por parte de las directoras artísticas a la Bienal de Venecia

Además del pabellón nacional, México tendrá presencia en la muestra general con la participación de Rozana Montiel (Rozana Montiel Estudio de Arquitectura) como una de las 71 invitadas por parte de las directoras artísticas.

En esta entrevista, la arquitecta mexicana nos cuenta en qué consistirá su participación en la muestra así como el panorama general de la participación de México que se conjugará con el tema 'Freespace' y cómo su trayectoria y los recientes proyectos contagian e influyen en la pieza que se presentará del 26 de mayo al 25 de noviembre de 2018 en El Arsenal de Venecia.

¿Qué significa para ti ser una de las 71 invitadas por parte de las curadoras para la creación de una pieza en la 16. Muestra de Arquitectura de la Bienal de Venecia y qué otras actividades desarrollarás?

Rozana Montiel: Este tipo de reconocimientos son siempre un apoyo a la investigación de mi despacho Rozana Montiel Estudio de Arquitectura. En esta edición de la muestra, además de una pieza en sitio y los proyectos públicos que la respaldan, presentaremos en inglés y posteriormente en español, nuestro libro HU: Common Spaces in Housing Units (UH: Espacios Comunes en Unidades Habitacionales), que compila por comisión de INFONAVIT y publicado por Arquine, nuestra investigación e intervenciones en espacios públicos de unidades habitacionales. El libro avanza una propuesta nueva de diseño, ya que presenta en post-its una serie de aforismos gráficos que documentan tanto un proceso como un producto arquitectónico.

¿Qué temas buscas abordar con la creación de esta pieza y qué relevancia tiene ponerlos sobre la mesa en este tipo de eventos de carácter internacional?

RM: La temática propuesta por Yvonne Farrell y Shelley McNamara para esta edición de la muestra es un manifiesto de Freespace. Para mi, el término “Freespace” produce un juego de palabras: en español sugiere un imperativo: “(actuar para) liberar espacio”, y un recurso: “tener espacio libre (para actuar/comprometerse)”. La pieza de nuestro estudio explorará el tema Freespace como un imperativo para actuar y un recurso social de libre acción. Nuestro enfoque será sobre cómo ambos fenómenos “hacen lugar” (placemaking).

Hacer lugar o crear lugares significa, para nosotros, liberar espacios que activan un sentido de comunidad. Retiramos las barreras físicas que desarticulan un espacio, y transformamos los bordes y límites sociales en horizontes de interacción. En el contexto urbano, la arquitectura que “hace lugares” genera oportunidades económicas, educativas y culturales que sustenta ámbitos de resiliencia y equidad. Es importante poner estos temas en la mesa porque la arquitectura, a través de sus espacios, sean privados o públicos, desemboca en una construcción social.  

¿Qué aprendizajes te dejó tu participación en las muestras anteriores y qué aspectos detonó en tu práctica que retomaste para trabajar en la exhibición de este año?

RM: Mi participación en las bienales anteriores me ha enseñado que una pieza para ser efectiva debe ser pensada y producida en función del espacio en el que va a ser emplazada.

Al crear lugares buscamos el contenido de nuestra arquitectura en el contexto mismo; el paisaje se convierte en programa; transmutamos barreras por horizontes; modificamos la percepción del espacio; resignificamos el uso de materiales sencillos; trabajamos con los usos temporales del espacio; armonizamos espacio público y privado, vegetal y construido, interior y exterior; pero sobre todo creemos que la belleza es un derecho básico: que el diseño de espacios comunes habitables transforma la vida de sus usuarios.

En nuestra pieza procuramos que el espacio produjera un efecto de manera inmediata, que ofreciera una experiencia de libertad al usuario de un modo muy contundente, con materiales muy sencillos: el espacio arquitectónico se entiende a partir de la proxémica, en el uso mismo del espacio. Es una pieza reflexiva más que referencial; tiene muchas capas de lecturas gracias a que trabajamos conceptualmente con la experiencia del espacio. Para nosotros un espacio público libre es un espacio incluyente, seguro, con equidad de género, que ha sido pensado desde diferentes disciplinas, capas y escalas, que procura un programa variado para distintos públicos y que puede estar activo las 24 horas. Es un espacio que se presta para la convivencia y producción cultural.  De un modo más elaborado, es un espacio en el que el uso del tiempo no es lineal porque permite diferentes narrativas, atmósferas y lecturas espaciales.

¿Cuál es la aportación de México a la escena global de la arquitectura en esta 16. Muestra que no se ha visto en ediciones anteriores?

RM: La arquitectura contemporánea en México es diversa y se caracteriza por una búsqueda; y eso será algo valioso reflejado en esta muestra. Parte ha dejado de mirar al exterior en busca de formas; su diseño revalora la materialidad de las representaciones locales y las relee a través de la espacialidad. El hecho de que en México aún haya una tradición de albañilería que sepa trabajar cuasi-artesanalmente con la materia de construcción permite hacer cosas que en otros países no se pueden; la tecnologización en el ámbito de la construcción en ese sentido no hace escuela. Tenemos lo mejor de dos mundos. La materialidad tectónica del territorio libera y resignifica una memoria biocultural: las formas arquitectónicas nos comunican un arte de habitar el espacio y las alianzas materiales que se pueden forjar con la tierra y su paisaje.

Una de las características de tu trabajo es que habla constantemente de un ‘estar juntos’, tal es el caso de tu último proyecto ‘Común-Unidad’ que resultó ganador del MCHAPEmerge 2018, ¿de qué forma las ideas de este proyecto influyen y se conjugan con el ‘Freespace’?

© Sandra Pérez Nieto

RM: Nuestros proyectos proponen espacios para una gestión social resiliente; el acontecer de estos espacios puede ser resultado de un “estar juntos” o no. Lo importante en una visión arquitectónica que hace lugares es abrir espacios de gestión libre, producir horizontes de interacción que permitan a los participantes negociar abiertamente en ese espacio en común sus propios límites. La activación del espacio público le facilita a un grupo observar en qué “están juntos” y en qué no, construye comunidad proporcionando foros para la discusión abierta de las problemáticas existentes. El bien de una comunidad puede o no residir en “estar juntos”, pero su punto de partida para el diálogo es un espacio en común.

Además de lo que ya te he respondido, para nosotros Freespace es implementar un diseño que a través del bienestar y la habitabilidad nos enseña a ser ciudadanos libres. Conocemos los espacios públicos libres a través de nuestro uso cotidiano y nuestra convivencia en el contexto vecino más inmediato. Los reconocemos porque tejen aspectos privados en un contexto cívico. Tienen lugar cuando el diseño de espacios públicos considera a la gente como el elemento clave en la gestión y producción del espacio.

No te pierdas la cobertura exclusiva de la participación de México en la Bienal de Venecia aquí.

Sobre este autor/a
Cita: Mónica Arellano. "Entrevista a Rozana Montiel: una de las 71 invitadas por parte de las directoras artísticas a la Bienal de Venecia" 15 may 2018. ArchDaily México. Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/894540/entrevista-a-rozana-montiel-una-de-las-71-invitadas-por-parte-de-las-directoras-artisticas-a-la-bienal-de-venecia> ISSN 0719-8914

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