¿Cómo redefinir la arquitectura para emergencias de migración?

Actualmente a la mayoría de ciudadanos del mundo nos han direccionado hacia el confinamiento por el COVID-19. Al haber pasado ya más de dos meses en estas circunstancias, puede haber dos reflexiones genéricas - independiente a las problemáticas personales de cada hogar. La primera puede ser que nos adaptemos y vivamos en relativa armonía dentro del espacio en el que habitamos, y la segunda puede ser que el espacio habitable no sea suficiente para nuestra comodidad. Profundizaremos partiendo de la segunda con el fin de empatizar con la población que está en condiciones de riesgo y decide abandonar su vida en un lugar determinado para migrar hacia mejores posibilidades y como la arquitectura atiende o se ausenta de la emergencia migratoria.

Menciono la coyuntura del aislamiento preventivo porque es lo más cercano que podemos sentirnos con respecto a la realidad de quienes tienen que abandonar sus hogares por motivos de fuerza mayor. A nosotros nos entra la duda si habrá un mejor lugar para habitar, donde nuestra seguridad personal y colectiva no se vea amenazada, sin embargo por ahora sigue siendo una opción, pues depende de nosotros mismos el cuidado de nuestra salud. Para quienes no hay opción, y deciden aventurarse en travesías que además de pagar los valores monetarios que les piden los gestores - en su mayoría ilegales - para llevarlos de un punto a otro, hay un precio incalculablemente mayor que nadie garantiza; la vida propia y la de sus acompañantes. Esto sin contar los sueños y aspiraciones que cada una de esas personas. 

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¿Qué tan desafiante puede estar la situación de alguien para que soñar y aspirar a una vida mejor sea un lujo? Son varias las circunstancias en todo el planeta en las que la migración es un tema de emergencia. Tomemos las definiciones de la RAE sobre este concepto que dice: “ Acción y efecto de emerger […] Situación de peligro o desastre que requiere una acción inmediata”, y de arquitectura “Arte de proyectar y construir edificios”.

Para efectos del enfoque de este artículo podemos redefinir la arquitectura para emergencias de la migración como el atender una situación emergente como consecuencia del migrar mediante el pensamiento proyectual arquitectónico.

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Para entender las problemáticas de la migración por causales humanas, vamos a desglosar sus etapas. Primero hay una causa por la cual se toma la decisión, esta puede ser por la guerra inminente, como ha pasado por los últimos 50 años en Colombia por el conflicto armado entre las guerrillas, el ejercito, los narcotraficantes y los paramilitares. O el conflicto en medio oriente por el control del paso entre el oriente y el mediterráneo. O conflictos religioso-políticos como lo han sufrido los pueblos originarios en el Amazonas, el Wall Mapu en el Cono Sur o los budistas tibetanos, entre tantos otros. En resumidas cuentas, es la disputa por el territorio.

Tras dichas disputas entonces los pobladores se ven enfrentados a dos opciones; quedarse y asumir las consecuencias o buscar para donde ir. Cuando los conflictos son internos -como en el caso de Colombia, Venezuela o Chile- pueden migrar a las grandes ciudades o países vecinos, pues, por lo general, los territorios en disputa suelen estar lejos de las concentraciones urbanas principales. Cuando los conflictos involucran otras naciones la cosa se complica un poco más pues puede que no sean bienvenidos o inclusive reconocidos por sus compatriotas y vecinos próximos - como es el caso de Siria o Palestina. Entonces estas personas deben cruzar a veces más de medio mundo en busca de alguna nación que les de una oportunidad. La mayoría buscando dirigirse hacia territorios en Europa o  hacia los Estados Unidos.

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En estas instancias de tránsito los desplazados se enfrentan a territorios inhóspitos. En el caso del medio oriente donde deben cruzar en medio de los áridos desiertos de la península arábiga donde los habitantes sirios huyen hacia el Líbano o Jordania. En el caso de esta última, llevan controlando el paso de los refugiados a través de la línea fronteriza tras el tratado de Sykes-Picot en 1916 aprovechando los recursos naturales del desierto para levantar bermas a lo largo de la línea divisoria.

Migrantes en las bermas de Sykes-Picot. Image Cortesía de Territorial Empathy

Territorial Empathy, que en su práctica profundizan en la empatía de los migrantes en situaciones críticas ha proyectado la propuesta No Man's Land (Tierra de nadie) una solución cuestionando la temporalidad de esta pausa en la trayectoria de los desplazados por la guerra en Siria. Como el gobierno de Jordania debe controlar cada vez más el ingreso del pueblo sirio, los refugiados quedan estancados en un tramos de 7 Km de grosor entre Siria y las bermas de la linea de Sykes-Picot. Tras el cierre total de los pasos en esta frontera, los refugiados se han concentrado principalmente en dos campamentos. En 2017 se estimaba que el campamento Rukban albergaba 77.500 refugiados en 7.116 albergues y en el campamento Hadalat 7.500 en 1.428 albergues.

La base de la propuesta es dar una solución con una temporalidad más prolongada, dotando los campamentos de refugiados de asentamientos un poco más dignos ya que el tiempo de la estadía de los refugiados en estos lugares es incierto. 

No Man's Land propone agrupar a los refugiados en torno a torres atrapa-nieblas que darían solución a una de las problemáticas principales de estos asentamientos que es el acceso a agua potable.

No Man's Land. Image Cortesía de Territorial Empathy

Junto con las torres se propone la alteración topográfica que propicia la agricultura mediante la canalización de las aguas recolectadas.

Territorial Empathy también aporta una propuesta para los migrantes venezolanos que llegan a la capital Colombiana en donde están más de 300.000 Venezolanos que son el 22,27% de los inmigrantes del país vecino en el país según informa CNN en español. Para esto propusieron ante la ONU su proyecto Transient Elements (Elementos transitorios) asentándolos en la Plaza Bolivar, uno de los espacios públicos más icónicos de la capital y el país.

Render de Transient Elements en la Plaza de Bolivar, Bogotá. Image Cortesía de Territorial Empathy

Transient Elements cuestiona la relevancia de dicha plaza para servir ante la emergencia inminente de esta población que no se sabe hasta cuando podrán volver a su país, dotándola con arquitectura temporal y digna para las necesidades básicas de cualquier ciudadano, pero en este caso, enfocados a los migrantes de Venezuela.

Muchos de los migrantes usan Colombia como territorio transitorio para dirigirse a otras naciones donde puedan asentarse. Los venezolanos deciden dirigirse al resto de Sudamérica. Sin embargo, hay otro grupo de migrantes que usan el territorio colombiano cómo pasaje hacia el norte a través del Tapón del Darién, una de las selvas más densas del mundo.

La colaboración de Taller Sintesis y Utopías Project, desarrolló el documental Caminantes del Darien que pone en evidencia la problemática. Según datos de ACNUR los migrantes principalmente provienen de Haití, Cuba, Camerún, Índia, Bangladesh y Ghana. Más de 70.000 migrantes cruzan por el puerto de Turbo, ciudad colombiana más cercana a la frontera con Panamá. Sin embargo esta cifra no cuenta los que se aventuran a pié a través del Darién. Según Migración Colombia, pasan aproximadamente 12.000 personas por año por esta vía.

En este caso no hablamos de cómo la arquitectura atiende a este punto de la emergencia, sino más bien la ausencia de la misma. Si bien en el Darien hay senderos de entrada, al interior, nuevamente es tierra de nadie y también hay disputa territorial entre las fuerzas al margen de la ley. Al no haber infraestructura ni antes ni después de cruzar la selva, los migrantes se aventuran arriesgando sus vidas. 

Migración global hacia el Darien. Image Cortesía de Utopías Project
Travesías hacia el Darien. Image Cortesía de Utopías Project
Travesía hacia EEUU. Image Cortesía de Utopías Project

Esta problemática se les presenta de manera parecida al llegar a la frontera en México y los Estados Unidos, donde no hay selva pero si uno de los controles fronterizos más exigentes del planeta. 

En este paso, los mexicanos llevan usando para cruzar, no por disputas territoriales pero si por las mejores oportunidades que les da el país vecino. Aquí, si hay presencia de elementos arquitectónicos para marcar la frontera a través del famoso muro. El arquitecto Rael San Fratello replantea la utilidad de dicho muro para que vaya más allá de su funcionalidad como división en el plano vertical, a través de la instalación en un rosado que contrasta la opacidad política del muro, mediante unos balancines para que las personas de ambos lados de la frontera puedan interactuar jugando. Si bien este último ejemplo no le es útil a los migrantes que pretenden cruzar la frontera, si da cabida a una declaración social y política en el acto de migrar, replanteando la temporalidad de la problemática desde una perspectiva más permanente.

Cortesía de Rael San Fratello

La última etapa -para quienes lo logran- es asentarse en los países que los acogen. Entonces se ven expuestos a otras problemáticas ligadas con la adaptabilidad cultural y económica en la nueva sociedad, donde ya la arquitectura debe atender la problemática desde la planeación, el esparcimiento urbano y la informalidad de quienes dejan de ser población flotante.

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Sobre este autor/a
Cita: Santiago Baraya. "¿Cómo redefinir la arquitectura para emergencias de migración?" 20 may 2020. ArchDaily México. Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/939858/como-redefinir-la-arquitectura-para-emergencias-de-migracion> ISSN 0719-8914

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