Los ambientes bien diseñados son críticos para reducir el riesgo de accidentes y reducir el tiempo de respuesta en caso de una caída. Para los arquitectos, el trabajo de crear ciudades y viviendas seguras es esencial, especialmente cuando observamos las tendencias demográficas en el mundo. Realizar este trabajo de arquitectura, a través de un buen proyecto y una correcta especificación de productos, es por sobre todo un gesto de cariño y preocupación por nuestros familiares y conciudadanos mayores. Se hace primordial plantear las preguntas ¿Para quiénes? ¿Qué necesidades tienen?, para desde ese punto de partida pensar cómo podremos mejorar su calidad de vida.
Es una invitación consciente que lleva a la arquitectura a tomar un rol activo en nuestra sociedad actual, un cambio positivo que entregue diseño y calidad de vida.
Factores como la reducción de la flexibilidad, los reflejos y la musculatura corporal, junto con el empeoramiento de la visión y la audición, hacen que los adultos mayores sean especialmente susceptibles a los accidentes domésticos. Según un documento del Ministerio de Salud de Brasil, "se estima que uno de cada tres personas mayores de 65 años sufrirán caídas y que uno de cada veinte de los que han sufrido una caída sufre una fractura o requiere hospitalización. Entre los mayores de 80 años o más, el 40% se cae una vez al menos todos los años". Una caída puede ser extremadamente debilitante y reducir la esperanza y la calidad de vida de un adulto mayor. La gran mayoría de las caídas se producen al interior de sus propias viviendas, específicamente en zonas húmedas como baños y cocinas.Para hacer que las zonas húmedas sean más seguras para las personas mayores, el principal desafío es entregar a los usuarios comodidad e independencia sin perder el buen diseño.
Este es un tema aún más crítico si observamos los cambios en las pirámides de población de la mayoría de los países del mundo. Debido a la disminución de las tasas de fertilidad y al aumento de la esperanza de vida, muchos países, ya sean desarrollados o en desarrollo, presentan una mayor cantidad de adultos mayores. Como señala la OMS, entre 2015 y 2050, la proporción de la población mundial mayor de 60 años pasará del 12% al 22% y, en 2020, el número de personas de 60 años o más ya superó al número de niños menores de 5 años. El ritmo de envejecimiento de la población es cada vez más rápido.
Para los adultos mayores, los peligros más comunes en un baño incluyen duchas, tinas y pisos resbalosos, asientos de inodoro demasiado bajos, barras de apoyo insuficientes, obstáculos innecesarios y muchos otros.
Sin embargo, algunos detalles y soluciones insertadas en el entorno pueden mejorar la seguridad. Para esto, la empresa CHC ha desarrollado una línea de productos orientada a este tema, denominada Espacio Senior. En el diseño de baños, específicamente, la seguridad juega un papel esencial y los revestimientos deben respetar las características antideslizantes, aportando además una estética adecuada. El piso en ningún caso debe ser resbaladizo, mucho menos cuando está mojado.
Otros elementos particularmente críticos son la ducha y el inodoro. Para facilitar el acceso y minimizar el riesgo de caídas en estos lugares, los platos de ducha extraplanos deben estar ubicados a ras de suelo, o no superar los 10 centímetros de altura. Esto, además de evitar drásticamente el riesgo de caídas, evita mayores esfuerzos para acceder a este espacio, proporcionando una mayor independencia para el usuario. Estos también deben presentar una superficie antideslizante.
Agregar asientos especializados en el espacio de la ducha también ayuda a prevenir caídas y accidentes, sumando autonomía a esta acción cotidiana. Las sillas de baño Stand Alone, Sitz y Sthul, con un diseño de alta resistencia y durabilidad, facilitan el uso a aquellos que necesitan sentarse durante el baño.
En el caso de los inodoros y grifos, es importante que cumplan con la accesibilidad universal. Un diseño con una altura superior a un inodoro estándar proporciona al usuario una mayor facilidad de uso, evitando mayores esfuerzos al intentar sentarse. Los grifos y lavamanos con formas redondeadas y suspendidas permiten que los espacios estén despejados y libres de ángulos rectos metálicos que podrían generar cortes en caso de ser utilizados como soporte de emergencia en el momento de una caída inesperada.
Además, uno de los componentes más utilizados en los baños accesibles son las barras laterales. Este complemento simple entrega confianza y protección a las personas mayores en su vida diaria. Dependiendo del espacio, existen opciones rectas, angulares y flexibles, y cada una de ellas se puede instalar en cualquier dirección. Están fabricadas en acero inoxidable de alta resistencia y tienen una superficie antideslizante para una mayor seguridad de agarre. Es fundamental que sean seguras, con un buen anclaje a la pared, ya que recibirán importantes cargas.
Consulta esta breve guía para diseñar baños para adultos mayores y revisa en detalle el Espacio Senior CHC aquí.