Hay obras que emplazan los grandes egos de quienes practican esta profesión, y hay arquitecturas que proponen lo contrario. Prácticas cuyas obras armonizan -de manera casi poética- los elementos arquitectónicos construidos con respecto al entorno natural donde se construyen. También están las obras que se acoplan al orden morfológico de la naturaleza, resultando en un lenguaje orgánico y generando así espacialidades interiores sumamente peculiares y únicas.
Una tendencia de diseño emergente está llenando el vacío entre el mobiliario y la arquitectura dando forma al espacio a través de los objetos en la intersección de ambos, creando un entorno dinámico y altamente adaptable. Ya sea como consecuencia del aumento de la demanda de flexibilidad en los espacios pequeños o como expresión arquitectónica de una sociedad orientada a los dispositivos, los elementos que se encuentran entre la arquitectura y el mobiliario abren la puerta hacia una mayor versatilidad del espacio. Estos objetos operan en la convergencia de las dos escalas de la interacción humana, tallando un nuevo enfoque de diseño para los espacios interiores habitables.
La arquitectura emergente aprovecha al máximo los espacios pequeños y las experiencias íntimas. Como estructuras temporales, los pop-ups no son nada nuevo, se remontan al menos a la época romana como escenarios temporales de festivales llamados ludi. Ampliando los límites de la arquitectura, cuentan con un toque ligero para un impacto máximo, cada uno construido para hacer una declaración. Hoy en día, a menudo se diseñan en torno al ciclo de vida completo de un proyecto para minimizar el impacto ambiental.
Históricamente, las persianas ligeras de cuerda y madera han oficiado como elementos de protección -ancestralmente materializadas con fibras vegetales o cañas entretejidas- que permitían, mediante mecanismos de gran simpleza, graduar la entrada de luz y repeler la lluvia en los proyectos de arquitectura. Han sido especialmente utilizadas en regiones mediterráneas y tropicales ya que, además de ofrecer protección solar y control visual, su cualidad permeable habilitaba el ingreso de aire en los recintos, permitiendo una ventilación eficiente y económica de los espacios interiores.
A inicios de 2020, junto a las medidas de aislamiento social, publicamos varios artículos con el fin de ayudar a nuestros lectores a aumentar la productividad y la comodidad en sus oficinas en casa. Después de meses en esta rutina, las encuestas muestran que más del 80% de los profesionales quiere seguir trabajando desde sus hogares incluso después de que termine la cuarentena. Además, una buena parte de las empresas también están satisfechas, mostrando una alta tendencia para adoptar esta práctica como definitiva, ya que la mayoría observó que el trabajo a distancia puede ser tanto o más productivo que el presencial.
Sin embargo, con respecto a los niños y el estudio en el hogar durante la pandemia, el resultado no fue tan positivo. Una de las principales razones es que es muy complicado conseguir que los estudiantes se concentren y se motiven durante mucho tiempo frente a las pantallas. La falta de interacción física con otros niños y niñas también puede ser un factor importante. Por eso, hasta que no mejore la situación a nivel mundial, es probable que el regreso a las escuelas se siga postergando. Con esta situación en mente, decidimos compartir en este artículo una serie de estrategias eficientes para transformar los espacios de estudio en casa en buenos aliados para el aprendizaje.