
Ante una crisis climática sin precedentes, los techos verdes se consolidan cada vez más como una tendencia global de arquitectura, proporcionando múltiples beneficios sociales, económicos y medioambientales en zonas urbanas. Siguiendo el ejemplo de modelos pioneros como el de Copenhague, ciudades alrededor del mundo están reemplazando cubiertas grises por verdes bajo el anhelo de apuntar hacia un futuro más sustentable y saludable. Por lo tanto, se ha transformado en una operación recurrente en proyectos que buscan ser compatibles con los desafíos propios de la ciudad contemporánea.