
Este año el río Rímac se hizo sentir. Si lo habíamos olvidado o pretendíamos darle la espalda como todos los años, esta vez reclamó ruidosamente su lugar en la ciudad. Y se desbordó, aumentó su caudal, erosionó sus márgenes, se llevó lo que pudo a su paso; una serie de desastres que dejaron al país en afanes de una reflexiva reconstrucción a través de una mejor planificación urbana. A continuación, les presentamos un consecuente concurso de ideas que se coloca precisamente en el cauce del problema.











.jpg?1442258711)







