Atentos, un concurso que plantea (y cuestiona) tres ejes muy importantes de la realidad arquitectónica peruana. Por un lado, habla de la integración de los arquitectos como ciudadanos, cuyo rol social es indispensable. Asimismo, en la misma línea, plantea visibilizar a los sectores olvidados de la ciudad (y sus habitantes) para intervenir en ellos –con ellos– uniendo fuerzas entre profesionales (conocimiento/experiencia) y familias (ideas/necesidades). Y por último, la no menos importante problemática, sino gran acertijo: la vivienda social, precaria y ausente en nuestro país, cuyas oportunidades de relación al espacio público están ahí latentes. Tras esta unión de visiones, hay un mensaje muy sensible, y es ampliar nuestra visión a asuntos realmente fundamentales que atender desde la arquitectura, en pro de tener ciudades visibles.
Aunque son fotografías contemporáneas amateur, no nos quedemos con la simple vista, miremos más allá. Estos “falsos cerros” esconden huacas que –hayan sido centros ceremoniales, complejos administrativos o depósitos de alimentos– nos dejan como mensaje ese develar de capa tras capa, donde se van descubriendo distintas etapas de la historia y las formas de vida de nuestros antepasados prehispánicos, brindando una forma de asombrarnos al ver debajo de las superposiciones del tiempo. Las huacas nos enseñan a ver con mayor amplitud y perspectiva.
¿A dónde creen que van estos niños corriendo con la maqueta? A primera vista, es surreal esta imagen; el objeto parece un fotomontaje allí, pero es real. La maqueta va rumbo a una nueva vida, a ser una casa voladora o un barco balsa… el juguete favorito en la mejor de sus suertes.
Cuando anunciamos hace unos meses la convocatoria a este concurso, surgió esperanza y expectativa sobre los resultados que se obtendrían de un planteamiento tan crítico y necesario para nuestra realidad. Lima, fundada alrededor del río Rímac, su fuente de vida; hoy le da la espalda, y hasta sus residuos. “Su ribera es un espacio desolado, contaminado, y vulnerable”, denunciaron las premisas a resolver. Especialmente este año 2017, los huaycos evidenciaron la urgencia de reforzar sus bordes y con todo lo sucedido, el olvidado “río hablador” reclama su lugar.
Hace algunas semanas vimos desplomarse edificios en la ciudad de Morelos en México, producto de un sismo de grado 7,1. Esa desgracia nos hizo recordar que somos igualmente vulnerables ante este tipo de desastres, y por unos días la prensa buscó en el COEN, INDECI y cuanto experto podía encontrar información sobre la posibilidad de un evento similar en nuestro país, y cómo afectaría nuestras urbes.
Como era de esperar, se puso en evidencia la gran vulnerabilidad de las ciudades de la costa, en especial Lima, y no tanto por la calidad del suelo, sino por el abrumador porcentaje de viviendas construidas sin ningún tipo de intermediación profesional, y por ende carentes de un diseño sismo resistente que aporte seguridad a sus habitantes.
En la arquitectura clásica se intentó siempre tener presente los preceptos platónicos sobre ‘lo bueno, lo bello y lo verdadero’. La belleza, el bien y la verdad eran conceptos inseparables. Lo bello era estética y funcionalmente bello, y lo funcionalmente bello era bueno. Lo verdadero era el conocimiento de la realidad, y el conocimiento, inherentemente, era bueno y bello. Hacer arquitectura bella implicaba hacerla buena y verdadera. La belleza en la arquitectura, entonces, no solo era valorada a través de criterios estéticos, sino también a través de la moral. Y la moral, subjetiva y cambiante según las sociedades y los tiempos, siempre ha sido establecida por las personas. Aquellas quienes determinaban qué era lo bueno definían también los cánones de belleza, imponiendo, de alguna manera, una verdad.
¿Existe lo bello en la arquitectura limeña? Después de ver la foto que encabeza este ensayo podríamos concluir que evidentemente no existe. Pero seguro dirán que no se puede generalizar, que una sola muestra no representa la totalidad de la “bella” arquitectura limeña. Probablemente Ud. lector esté en lo correcto, pero vamos, seamos sinceros, en Lima existe la industria de la construcción, existen las inmobiliarias y las construcciones informales. Pero más allá de eso, no hay mucho con que sentirse maravillado por el hermoso juego de los volúmenes bajo la luz, como afirmó alguna vez Le Corbusier es la arquitectura. Aunque todos sabemos que la luz en Lima no nos favorece.
Finalmente las huacas trascenderán más allá de los límites mentales y físicos. “En Reserva”, proyecto liderado por la arquitecta Marianela Castro De la Borda, ha sido elegido para representar al pabellón peruano en Venecia el próximo año. Con una propuesta de un tejido que entrelaza 447 nudos -447 huacas-, enfatizando así el significado integrador de estos antiguos centros ceremoniales como puntos de encuentro, regenerando tensiones entre espacio y tiempo. Extensa carga poética que nos recuerda a los nudos infinitos del artista peruano Jorge Eduardo Eielson y sus reinterpretaciones de los quipus, sistema de nudos incaico utilizado para contar y preservar información.
Monumentos arquitectónicos, hitos históricos, rincones olvidados, tierras de nadie; sean entendidos como cuerpos llenos o vacíos, resulta ser toda una reflexión liberadora del espacio. Las huacas renacen a su esencia y potencial de un importante espacio público que interconecta memorias de la ciudad, como respuesta reflexiva a un tema de visión crítica planteado para la Muestra Internacional de Arquitectura 16 de la Bienal de Venecia 2018: “Un espacio libre que describa generosidad de espíritu como sentido de humanidady que revele la capacidad de la arquitectura de conectar con la historia, el tiempo, el lugar y la gente”.
“No nos interesa hacer muchos proyectos, nos interesa hacerlos con tiempo”.
La arquitecta japonesa Kazuyo Sejima -socia fundadora de SANAA, ganadora del Premio Pritzker 2010 y creadora de una sólida trayectoria profesional en varios países del mundo- dictará una charla magistral en Lima el 16 de octubre donde expondrá su "sencillez y escala de lo necesario", como parte del Seminario Internacional "Alteridades. Visiones de la Arquitectura Hoy", organizado por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la PUCP con motivo del Centenario de la universidad. Asimismo, se presentarán Billie Tsien y Stan Allen, entre otros arquitectos internacionales que forman parte de este evento.
Este año el río Rímac se hizo sentir. Si lo habíamos olvidado o pretendíamos darle la espalda como todos los años, esta vez reclamó ruidosamente su lugar en la ciudad. Y se desbordó, aumentó su caudal, erosionó sus márgenes, se llevó lo que pudo a su paso; una serie de desastres que dejaron al país en afanes de una reflexiva reconstrucción a través de una mejor planificación urbana. A continuación, les presentamos un consecuente concurso de ideas que se coloca precisamente en el cauce del problema.
Lima es una ciudad de atmósferas, un reflejo material de los diferentes períodos históricos que se evidencian tanto en su Centro Histórico -declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad- como en los paisajes de sus malecones. Los motivos para visitar la arquitectura de Lima son diversos: es el resultado de una compleja interacción entre la tradición y las múltiples tendencias arquitectónicas consecuentes de su particular historia.
No sólo existen antiguos e históricos edificios, la ciudad presenta una cierta diversidad de arquitectura contemporánea que se manifiesta sencillamente mientras uno recorre sus antiguas calles repletas de balcones, casonas, iglesias y sitios arqueológicos.
Conoce a continuación un listado de 20 sitios que todo arquitecto debe conocer y visitar.
La nueva sede del Banco de crédito del Perú, destinada para la Dirección Central de la institución, es un referente de la arquitectura peruana del siglo XX bajo su vínculo con la modernidad. Emerge como arquitectura del poder debido a su sofisticada monumentalidad. Ubicado lejos de la ciudad, en una urbanización de clase media y alta de la Molina, en la unión de la cordillera de los Andes y la ciudad. La escala monumental del edificio de 5 pisos se impone sobre la escala barrial de la zona que cuenta con viviendas de 2 a 3 pisos.
Los ingenieros, quienes construyen sólidamente nuestros sueños arquitectónicos, esta vez construirán su propio sueño de arquitectura sostenible para la nueva sede del Colegio de Ingenieros del Perú, a cargo del estudio Arquitectura&Ciudad. Así, será la primera vez en el país que un gremio profesional decide edificar dentro de los parámetros internacionales de sostenibilidad, por lo que el diseño es concebido bajo los estándares de la certificación LEED (Leadership in Energy & Environmental Design), que se respetarán desde la demolición del inmueble que actualmente se encuentra en el lugar ubicado al centro de Miraflores, Lima.
Frente a construcciones convencionales que tienen un consumo negativo de recursos, la arquitectura sostenible impacta menos el medio ambiente en las ciudades. Las arquitectas del proyecto sostienen que se lograría una mejor calidad de vida, pues se prioriza la orientación del inmueble, buenas vistas panorámicas, iluminación controlada, reducción de hasta 48% de consumo de energía y de agua, menos uso de carburantes, un mayor control de la calidad interna del aire, y protección de la radiación directa del sol hacia el interior, con el fin de que la vida interna sea más agradable; mientras que desde el punto de vista económico, significa un ahorro importante en el mantenimiento del edificio.
La elección de este proyecto fue resultado de un concurso privado organizado por la Directiva del Colegio de Ingenieros del Consejo Nacional, mediante el cual invitaron a oficinas con experiencia en proyectos institucionales. La construcción se planea iniciar en Agosto de este año y finalizaría en Diciembre del 2018. A continuación, detalles de la propuesta.
“Aunque parezca raro, este es el único concurso de ciudad y patrimonio que hay en el país. Es un concurso ciudadano votado por ciudadanos. Lo que premiamos son esas muchas miradas a Lima, porque es una manera de conocer, entender y querer a esta gran y difícil ciudad”. Nos cuenta Javier Lizarzaburu, gestor de la página “Recuperemos la memoria de Lima como ciudad milenaria” y de la campaña Lima Milenaria, quien heroico e incansable cada día nos recuerda y rescata bellas capas históricas limeñas. Un develar que se aprecia en la iniciativa de este V Concurso de Fotografía de Lima Milenaria realizado a fines de Mayo, abierto con libertad a cualquier peatón con cámara que valore, critique o cuestione la ciudad.
Cabe destacar que este año ha habido una participación récord: “de un promedio de 50 imágenes en eventos anteriores saltamos a unas sorprendentes 228 fotos”, de 78 personas. Además, por primera vez, se salió de las fronteras locales con participantes de otros seis países: Colombia, Chile, México, Estados Unidos, Francia y España. Finalmente, no menos trascendente, los premios fueron libros donados generosamente por distintas personas, empresas e instituciones que apoyan este relato. Con esto se cierra una cadena cultural:desde que con un clic se detiene el tiempo y la causa, hasta compartir una fotografía reflexiva, así como premiar con saber al conocimiento; nos deja un gran mensaje de integración de nuestra memoria a la ciudad -o viceversa-, y de vuelta al círculo.
Es así que este concurso, “caleta” -es decir, sutil, perfil bajo, modesto- y maravilloso, es más que un despliegue visual, un abrumar de los sentidos y del pensamiento. Pues te quedas pensando en estas Limas que estamos dejando pasar. Muchos sentimientos encontrados, desde orgullo hasta decepción y más.¿Un mea culpa quizás? Imágenes cotidianas, al paso, o con enmarque, algunas estaban ahí pero no las habíamos visto desde ese ángulo, hay las que nos dan el encuentro o aquellas que vamos en búsqueda porque no son tan accesibles, las desconocidas o las olvidadas…todas válidas visiones de amantes de Lima. Miren y lean bien, pues esto no es un concurso pro, es sinceridad pura sin mayor maestría que la conciencia.
Camarín.- dícese del aposento individual o colectivo, donde los artistas se visten, maquillan o preparan para actuar.Frente al concepto convencional, tres cosas son reveladoras aquí. /Este “aposento individual o colectivo”, siendo un espacio tan íntimo, se descontextualiza para estar en una exposición de arte y así traslada su intimidad privada a la exhibición pública, en una doble connotación tan sobrecogedora como liberadora, una introspección extrovertida./“…donde los artistas…” somos todos, con lo cual invita a ser artistas protagonistas por una noche o es que siempre lo somos. /“…se visten, maquillan o preparan para actuar.”, aquí se perenniza ese momento previo antes de actuar -esa soledad, sinceridad y concentración- como un importante evento final de exposición/. Ypor fuera este camarín aparece, enaltece y luce como icono de esta nueva concepción.