The Indicator: Por qué no existe buena escritura de arquitectura (y francamente, no se necesita)

The Architect’s Journal recientemente anució su convocatoria para el “AJ Writing Prize” (Premio de Escritura AJ), una búsqueda anual para encontrar “al nuevo mejor escritor de arquitectura”.

Ya en 2011 (¿cómo me perdí esto?) se había publicado un tratado escrito por uno de los jueces, Alan Berman, sobre las cualidades que debiera tener la buena escritura de arquitectura.

Ahora bien, por favor considere que estoy destruyendo el ensayo de Berman al remover la siguiente cita de la corriente de su pensamiento, pero dicho esto, este párrafo destaca: 

La escritura de arquitectura debe ayudar a que todos comprendan cada uno de los edificios y al mismo tiempo ayudar a los arquitectos a diseñar otros mejores. Esto no quiere decir que sea un manual de instrucciones o que ignoraremos la importancia de la multitud de esfuerzos intelectuales que exploran la situación humana – sobre la cual los arquitectos siempre debieran ser conscientes. Más bien, es decir que el comentario arquitectónico debe aspirar a la claridad y precisión de la expresión por medio de una terminología lúcida y la simplicidad en su estructura. 

Si esta es la medida para una buena escritura arquitectónica, o de la escritura que está al servicio de la arquitectura, entonces “abandonad toda esperanza, aquellos que entréis aquí.”

No hay nada de malo con escribir como una “ayuda” a la arquitectura, pero escribir sobre la arquitectura tiene que ser concebido como algo mucho más grande que un simple facilitador de la práctica arquitectónica y sus resultados. El escribir genera una mediación con la arquitectura de la misma manera que genera una mediación con la vida. Propongo que no debería existir escritura arquitectónica, sino simplemente escritura que pasa a ser sobre la arquitectura. 

De todos modos, ¿qué es la buena escritura sobre arquitectura? Creo que en realidad es sólo una buena escritura. Como W.H. Auden escribió una vez: 

For poetry makes nothing happen: it survives
La poesía hace que nada suceda: sobrevive 
In the valley of its making where executives
En el valle de su propia elaboración donde los ejecutivos 
Would never want to tamper, flows on south
 Nunca quieren alterar, fluye hacia el sur 
From ranches of isolation and the busy griefs,  
De los ranchos de aislamiento y las tristezas ocupadas, 
Raw towns that we believe and die in; it survives,
 Pueblos en bruto en que creemos y morimos, sobrevive, 
A way of happening, a mouth.
Una forma de suceso, una boca.

Ahora, no voy a entrar mucho en este asunto de la “boca”, pero en esencia, como yo lo veo, es que la poesía, o la escritura, hace que las cosas sucedan. Coaccionan el significado de las cosas y las sitúa en un contexto más profundo. 

La arquitectura es una forma de poiesis o “elaboración”. Desde la poiesis derivamos a la poesía – palabra utilizada como verbo: hacer. Martin Heidegger la utiliza como “dar a luz” o lo que él llama una “ocasión de umbral, o un momento de éxtasis cuando algo se aleja de su posición como una cosa para convertirse en otra.”

Esto es lo que una buena escritura sobre la arquitectura – o cualquier cosa – puede hacer. Así que ¿por qué poner límites en la llamada escritura arquitectónica? Sería interesante ver que pasaría si AJ abriera los parámetros más allá de los límites e invitase a escribir y que esto genere movimiento en la arquitectura, o que suceda en otros niveles. 

Si escribir sobre arquitectura es servir a la profesión en algún nivel, ¿no sería mejor que se acercara a la imaginación popular, más allá de los confines de la institucionalidad insular donde arquitectos y “escritores de arquitectura” sólo hablasen entre ellos?

Escribir en éxtasis y locura sobre la arquitectura exige una autentica respuesta a la arquitectura, e incluso, una provocación dirigida en contra de ella. No puede ser impuesta por una fórmula. La escritura va más allá de la “claridad y precisión de expresión”. No se trata de una "terminología lúcida y simplicidad en la estructura." Esto estaría por debajo de la arquitectura que la propia escritura está tratando de explicar o capturar.

Hacer frente a la arquitectura con la escritura es un acto de éxtasis. No es tímida ni técnica. Se trata de una “boca”. Es una auténtica “boca”. Así que vamos a ver lo que los concursantes de AJ traen. Esperemos que no se tomen los consejos de la escritura en serio.

Guy Horton es un escritor que vive en Los Angeles. Además de la creación de "The Indicator", es un frecuente colaborador en The Architect’s Newspaper, la revista Metropolis, The Atlantic Cities, y The Huffington Post. También ha escrito para Architectural Record, GOOD Magazine, y la revista Architect. Puedes seguirlo en Twitter @GuyHorton.

Sobre este autor/a
Cita: Horton, Guy. "The Indicator: Por qué no existe buena escritura de arquitectura (y francamente, no se necesita)" [Why Good Architectural Writing Doesn’t Exist (And, Frankly, Needn’t)
] 30 oct 2013. ArchDaily México. Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/02-306295/the-indicator-por-que-no-existe-buena-escritura-de-arquitectura-y-francamente-no-se-necesita> ISSN 0719-8914

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